Dónde María se moría por Daniela, y buscaba conquistarla, de cualquier forma.
Y Daniela rechazando a esta, simplemente jugando a hacerse la difícil, un pequeño y simple juego que nunca pasará a mayores ¿Verdad?
Jamás terminar por besarse con ansias...
Eran exactamente las ocho de la noche, hacía un poco de frío, y María esperaba sentada en su sofá, revisando cada detalle de su casa, que todo estuviese limpio y en orden.
Faltaba tan poco para que por sus puerta cruzará Daniela, pues había quedado en tomar un café en su casa, y se preguntarán, ¿Cómo demonios fue que Daniela acepto?, Fácil, si no hacistia, mañana Daniela estaría siendo despedida.
La puerta sonó, María se levantó del sofá, casi corriendo, habría la puerta con una sonrisa, misma que se borró cuando vio la insoportable cara de Alex, demonios como no lo pensó, era obvio que Daniela vendría acompañada de es zorra que lleva por novia.
—Hola—dijo Alex sonriendo, claro que María devolvió la Sonrisa, claro una enorme y falsa sonrisa. Su sonrisa se volvio real cuando vio a Daniela cruzar su puerta.
—Pense que estarías trabajando Alex
—Estaria trabajando ahora mismo, pero mi bebé me pido que la acompañará, y no me molesta para nada, venir a tu bella casa
—Lastima que a mí sí me molesta—murmuro Maria, obio nadie la escucho
Pasaron los minutos y estubieron charlando regalando se sonrisas falsas, por parte de Maria, tubo que tolerar las estúpidas palabras "bonitas" que Alex le decía a Daniela, bebieron café y vieron una película, con palomitas.
El los últimos meses, Daniela pareció aberse olvidado de aquel torpe beso, por otro lado Maria, moría por recrearlo.
—Ahora vuelvo—menciono María abandonando la sala, caminando al baño, entro y puso el pestillo a la puerta, suspiro y se dejó caer en el retrete con la tapa puesta, sentandose encima de el.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los minutos pasaron, María pareció ya tardar mucho dentro del baño, Alex observando la casa, Daniela algo nerviosa, por tuvo que aceptar, total si María la despedía podía buscar otro trabajo.
—¿Se habrá atorado?
Pregunto Alex, mirando a Daniela con duda.
—No lo creo—Respondió Daniela, sonriendo, y mirando los ojos de Alex
Terminaron de reír, ambas observandose mutuamente, mirando sus labios, fue lento el movimiento que Alex hizo, cuando tomo el cuello de Daniela, y beso sus labios, Daniel suspiro contra sus labios al sentir el tacto, y respondió moviendo sus labios, y pasando sus manos al cuello de Alex.
Alex tomando su cintura, sin parar de besar, cuando el beso termino, Alex juntó sus nariz y ambas sintiendo si respiración ajitada.
Daniela volvio a juntar sus labios desesperadamente, Alex bajo sus besos la cuello de Daniela, está soltó un suspiro bajito y bonito al sentir los labios de su novia en su cuello.
Las manos juguetonas de Alex levantaron la blusa de Daniela, permitiéndole sentir su suave y delgada cintura, subió un poco más, casi llegando a su tórax, Daniela suspiraba al sentir las manos frías de su novia subir por su cuerpo.
Daniela jalo a Alex, ambas quedaron acostadas sobre el sofá, Alex comenzó a besar el pecho descubierto de Daniela, y enrollo sus piernas con las de Alex.
La pasión entre ellas Hiba subiendo, ambas estaban quedando exitadas, Alex provocaba que Daniela se estremeciera, al punto de arquera la espalda.
La Taza del baño resonó.
María salió.
—¡En la sala no!
Ambas sobresaltaron, quedando inéditas, Daniela estaba a punto estallar de vergüenza, María las miraba con cara de haber visto un fantasma.
Alex garraspeó y acomodo su cabello, Daniela acomodo su cuello, y solo volvieron a sentarse , sabiendo que acaban de sufrir una horrible vergüenza.
Estaban tan distraídas besandose, que olvidaron que estaban en cada ajena.
Pero, los accidentes pasan ¿No?.
—Sera mejor que nos vallamos—hablo Daniela.
Alex tomo su mano, y se pararon, Daniela salió si decir más, Alex tomo sus bolsos apresurada y sonrio sin mirarla.
—Hasta luego María
Y la Puerta de cerró.
María congelada, a un no podiendo creer lo que Hiba a suceder en su sofá, en su sala. Pero muy dentro de ella moría de envidia y celos, mucho más adentro, estaba triste por no poder ser ella quien besaba así a Daniela.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
