La vida de un chico malo.

Capítulo 2 : Universitario.

-No te vayas- Me pidió Kaelie mientras intentaba sujetar mi brazo en un intento fallido.

-Tengo que irme, ya sabes que mis visitas son así- dije giñandole el ojo. Me levanté de la cama y recogí mi ropa a medida que me la ponía. Kaelie también se levantó envuelta en las sábanas y trató de convencerme a besos de volver a la cama.

-No Kaelie- dije apratandola suavemente.-Ya sabes cual es nuestro trato.

-Si, me lo dejaste muy claro.- respondió volviendo a la cama- Solo tendremos sexo, nada de relaciones amorosas y vendrás cuando quieras, y nunca te quedarás a dormir. Es el mismo trato que tienes con todas, no?

-Así es, y me gustas más cuando me haces caso- respondí colocandome los zapatos.

-Si no fueras tan guapo no me acostaría contigo- puntualizó.

-Pero los dos sabemos que si lo soy y que te encantan mis visitas- dije dirigiendome a la puerta, salí de su habitación sin despedirme, como siempre, y caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta de la calle.

Era tarde por la noche y el frío aire me golpeó la cara haciéndome querer volver a entrar, pero en vez de eso me dirigí hacia mi auto que estaba estacionado justo al frente. Lo primero que hice al subirme fue encender la calefacción, luego puse en marcha el motor y me dirigí rumbo a mi casa. Iba pensando en lo guapa que era Kaelie y lo mucho que me gustaba acostarme con ella cuando de repente algo se atravesó en mi camino y tuve el tiempo justo de frenar antes de impactarlo.

Me baje del auto lo más rápido que pude y lo primero que note fue que no era "algo" con lo que casi chocaba, sino "alguien" y ese "alguien" era una chica que miraba mi auto como si jamás hubiera visto uno en su vida, creo que estaba en shock o algo así.

-Estas bien?- Le pregunté porque ella no se movía ni nada.

-Qué?- Preguntó desconcertada y luego levantó su mirada hacia la mía y pude apreciar sus hermosos ojos grises- S-si, yo solo no te vi venir en el auto.

-Deberías tener más cuidado- comenté mirándola de pies a cabeza, no me importaría ligar un poco con ella.

-Si, gracias por el consejo- respondió y se dio la vuelta para volver a su camino.

-Espera- grité para que no siguiera caminando, quizá lograra conquistarla y convertirla en una de mis cuantas amantes. Ella se giró y me observó- Deja que te lleve a donde sea que vayas, después de todo casi te atropello y además es muy tarde como para que andes sola en la calle.- dije tratando de convencerla.

-Y de qué debería tener miedo según tú? Porque de lo único que sé que tengo que protegerme es de tipos como tú. - Respondió- Y deja de mirarme como si me sacaras la ropa con los ojos!

Esta chica leía la mente acaso?, debajo de los jeans y el chaleco que traía puestos se notaba que tenía un cuerpo precioso.- Solo deja que te lleve, no tienes mucho cuidado y es probable que alguien que no sea tan bueno conduciendo como yo te atropelle.

-Idiota! - Gritó y volvió a caminar perdiendose en la oscura calle.

Negué con la cabeza y volví a entrar en el auto, ella habría sido una buena conquista, cualquiera de las chicas que conocía habría aceptado que la llevara en mi auto, al que únicamente nos subiamos Daemon y yo, pero ella se negó, y además a que se refería con que tenía que protegerse de tipos como yo? Tan pinta de delicuente tenía? O era la actitud de chico malo? Quizá era lo mejor para esa chica, y para cualquiera, mantenerse lejos de mí.

Llegué a casa y como esperaba Daemon no estaba, subí a mi habitación y me quite los zapatos y la chaqueta y me dejé caer sobre mi cama. Era tarde y tenía que dormir para prepararme para el próximo día que me esperaba, el sueño me fue consumiendo lentamente hasta que todo fue oscuro.

Desperté gracias al sonido de la puerta al abrirse, ese debía ser Daemon llegando. Me senté en la cama y mire el reloj que estaba al lado de mi cama.- Mierda -exclamé dándome cuenta de la hora que era, 7:30 am, Dios iba a llegar tarde a mi primer día de universidad! Si, dije universidad, estaba bien que mi vida estuviera completamente jodida y que probablemente el resto de mi vida iba a tener que seguir órdenes de Kyle, pero no quería sentirme como un inútil.

Me di una ducha lo más rápido que pude y me vestí a la misma velocidad, me mire un segundo al espejo y observe mis ojos verdes que tanto le gustaban a las chicas y revolvi un poco mi cabello negro, luego tomé mi teléfono y las llaves del auto y baje corriendo las escaleras. Pensaba irme sin desayunar pero mi estómago rugio cuando sentí el olor a huevos proveniente de la cocina, me dirigí hacia el olor y encontré a Daemon haciendo el desayuno.

-Hey, estas listo para tu primer día de universitario? -Dijo Daemon como saludo.

-Claro que estoy listo, qué haces cocinando tan temprano?- Pregunté.

-Te prepare el desayuno idiota, pero que conste que fue sólo porque es tu primer día y porque Janine me convenció de hacerlo. Pero vas a tener que conseguirte una novia que te cocine, Evan porque yo no pienso volver a hacerlo -respondió.

-Y para que quiero una novia si mi mejor amigo puede cocinarme? - Pregunté bromeando - Además sabes que eso no va conmigo.

-Evan, tienes 20 años y soy tu mejor amigo hace la mitad de ellos, y jamás me haz dicho que te guste alguien y nunca haz tenido una novia, si no supiera que te acuestas con la mitad de las chicas de esta ciudad pensaría que eres gay -dijo bromeando.

-Idiota- respondí - que tú estés tontamente enamorado de Janine no quiere decir que yo también tenga que enamorarme, Janine me cae muy bien y por lo mismo creo que debería aconsejarle que te dejara por alguien más guapo- bromeé.

-Si yo fuera tú dejaría de molestarme y me iría a la universidad porque tienes 5 minutos para llegar -dijo riendo.

Mire el reloj, tendría que volar para llegar a tiempo, le dirigí una mirada asesina a mi amigo y corrí hacia la puerta. Me subí al auto y encendí el motor prácticamente antes de cerrar la puerta, el campus de la universidad quedaba cerca, pero el tráfico en las mañanas era terrible, después de manejar unos 3 minutos a 100/km y insultar a varios conductores que se me cruzaban en el camino logre estacionar mi auto, me baje y ya no se veía nadie. todos debían estar adentro ya, para ser un chico malo me preocupaba mucho de la puntualidad, así que corrí hasta la entrada y después por el pasillo en busca del auditorio dónde nos explicarían el sistema de esto. Vi una gran sala al final del pasillo que estaba casi repleta de gente, tenía un minuto así que corrí como nunca y nisiquiera me di cuenta de que había tropezado con alguien hasta que estaba en el suelo, levanté la vista buscando al idiota que me había hecho caer para poder partirle la cara, pero lo único que logre ver fueron unas lindas piernas, levanté un poco más la mirada y me tome con un lindo cabello ondulado que olía al paraíso y por último vi sus ojos, grises como una tormenta.

-Tú de nuevo?! - Gritó mientras se levantaba, le ofrecí mi ayuda pero se negó.

-Si, bueno tampoco es como que yo esperara verte aquí - respondí.

-Idiota, por tu culpa voy a llegar tarde -exclamó.

-Lo mismo digo- comenté mientras observaba como las puertas se comenzaban a cerrar. Observe a la chica ojos de tormenta y un segundo después ambos comenzamos a correr hacia las puertas.

Logramos entrar justo a tiempo y nos sentamos en los últimos dos asientos libres. Ella suspiró al tomar asiento a mi lado y un segundo después una mujer de unos 40 años dio pequeños golpecitos en el micrófono que tenía en la mano, lo que hizo que todos le prestaramos atención.

-Buenos días, jóvenes -comenzó la mujer que se presentó como la directora Marianee - Es un gran placer para mi darles la bienvenida a esta universidad... - La mujer continuó así durante unos 30 mimutos, explicandonos las normas y dándonos algunas instrucciones -... Y por último si quieren ser grandes psicólogos tendrán que poner todo su empeño en tratar de descifrar los enigmas de la mente humana y su mayor desafío será descifrar su propia mente. -Concluyó la mujer. Todos comenzaron a levantarse para ir a su primera clase, me gire para preguntarle a la chica ojos de tormenta como se llamaba y que clase tenía primero, pero ella salió del auditorio antes de que pudiera decirle algo, esto iba a ser divertido. Negué con la cabeza y me dirigí hacia mi primera clase.