Stargate Sovietico (Cold War)

Capitulo 19 Guerra de Liberacion contra Vulcano (2)

13 de Julio de 1948. Novus Roma. Campo de Batalla

La artillería golpeó primero. Los cañones divisionales resonaron y los proyectiles de 76 mm cayeron con estruendo, la metralla causó un terrible precio entre el enemigo, su formación fue desgarrada por grandes rasgaduras sangrientas, claramente visibles desde la cima de la colina desde donde Durov estaba observando.

Los Hombres Bestia se habían formado en una formación mucho más apretada, sin duda para preservar la ferocidad de su carga por el peso del número. Durov los había dejado, y se había demostrado que tenía razón, con sus tripulaciones de artillería bien entrenadas manejando ocho rondas por minuto con facilidad. Pero la artillería, mientras mataba a una docena de Hombres Bestia con cada ronda, no podía igualar el poder del Katyusha.

Pronto se oyeron rastros de fuego, como las lanzas de los dioses, los cohetes se elevaron hacia el enemigo, interrumpidos pero aún peligrosos. Los romanos se acobardaron de miedo, y sus caballos se encabritaron y tartamudearon de terror ante el sonido, un chillido para despertar a los muertos, que comenzaba con el zumbido del encendido y terminaba cuando el cohete chocaba contra el suelo. Las explosiones arrojaron una nube de tierra y polvo sobre el enemigo, junto con grandes cantidades de humo que dificultaron la visibilidad. Sin embargo, en todo caso, el ataque de la tropa de cohetes había sido más devastador que cualquier proyectil de artillería. El sonido por sí solo habría infundido el miedo a su dios en los Hombres Bestia.

El coronel recordó una batalla en enero hace unos años. En alguna llanura prusiana desolada había presenciado el mayor bombardeo de artillería que había visto en toda la guerra. Durante cinco horas y media se bombardeó un frente de cuatro kilómetros, se dispararon quinientos cañones de artillería y miles de cohetes y mortteros, con aviones de ataque terrestre y bombarderos sobrevolando en todo momento. Casi se había quedado sordo, e incluso con los trozos de tela que habían rasgado y metido en sus oídos, sus cabezas todavía habían estado sonando durante una semana.

Después de que cayera el último cohete, Durov sabía que los lanzadores se retirarían, pero los cañones siguieron disparando, esta vez apuntando a cualquier bolsillo no tocado por la compañía de cohetes, de los cuales, según vio Durov, eran pocos. Los rusos, acostumbrados a la guerra moderna, empezaron a vitorear y los oficiales se dirigieron a su coronel en busca de órdenes. Frunció el ceño, mirando al enemigo, que, a pesar del bombardeo, había comenzado a ponerse de pie y una vez más avanzaban, esta vez abriéndose camino entre sus parientes muertos a medida que avanzaban.

Durov: ¡Avancen! - rugió y lanzó su mano hacia adelante como una espada.

Respondió un trueno de botas, romanos con clavos y rusos con suelas de goma a paso rápido, con sus estandartes rojos ondeando(La de Hoz y el martillo ya Aguila rodeado de Lauereles). Las dos compañías que Durov ha comprometido estaban protegidas cada una por dos siglos de romanos, colocados en cinco filas delante y detrás de los fusileros. Los otros regimientos elíseos habían sido colocados en los flancos y Thurius ha confesado que no confiaba en ellos. Los hoplitas de ascendencia griega, que luchaban con escudo y lanza, se encontraban en el flanco extremo izquierdo, junto con la caballería tribal tracia, mientras que una compañía mixta de doscientos escaramuzadores formada por sirios, galos e holandeses tomaba el derecho.

Detrás de Durov, los elementos motorizados de la fuerza se enrollaron. Los tanques pasaron junto a él, tambaleándose precariamente en el borde de la cima antes de estrellarse al otro lado de la cresta, los T-34 como una manada de lobos, con el poderoso AF-2(N/A:Seria el IS-2, pero.. como Fedorov es el Lider de la Union.. el tanque se lo llamo AF) en compañias de los 2 de los primeros T-55 en el Batallon, adornados con dos enormes banderas, siguiendo ligeramente por detrás. Después de los tanques llegaron los cañones de asalto, que se posicionaron en la cima de la colina para hacer llover fuego desde la distancia, así como las fuerzas mecanizadas del Batallon, semiorugas y carros exploradores, que actuarían como reserva móvil junto con la última compañía de fusileros. Equipado esta vez con el doble de la dotación normal de ametralladoras pesadas.