Capítulo 5

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Horacio estaba en la habitación de Volkov sentado en un pequeño sillón frente a la cama mientras veía al ruso armando su valija.

-Tienes muy mal gusto- El joven se paró y se acercó al armario del mayor. -Todo es negro y monótono- Dijo rebuscando algo que resaltara entre sus camisas. -No hay colores- Sentenció frustrado.

-Yo me siento cómodo así la verdad- El ruso se defendió. -Me gusta mi ropa oscura, no veo la necesidad de innovar- Viktor se cruzó de brazos y Horacio lo miró con reproche.

-Observa- Dijo el menor tomando su mano y alzándola frente a ambos. -Tienes un tono de piel hermoso y frío- Lo analizó. -El negro te hace ver pálido como un vampiro- Comentó. -Podrías probar utilizando morado alguna vez, o tal vez un azul marino- Comenzó a divagar y Volkov lo vio enternecido.

Desprevenidamente, Viktor lo tomó de la barbilla y se inclinó para dejarle un beso fugaz en los labios. Se alejó tras unos segundos y Horacio lo miró ruborizado. Habían acordado que podían besarse de manera natural, sin pedirlo, cuando lo desearan y la verdad estaban teniendo resultados muy positivos.

Horacio tomó su rostro, lo acercó a él nuevamente y Viktor entrelazó sus manos sobre su espalda baja.

-Si no fuera por la sesión iría a Rusia con ustedes- El menor no iría al viaje porque la fecha coincidía con un trabajo que tenía pendiente. -¿Qué voy a hacer una semana sin ti?- Habló sobre sus labios antes de dejarle un beso corto. En algún momento habían comenzado a mecerse mientras se abrazaban.

-No exageres Horacio, serán solo tres días- Viktor sonrió y le respondió con otro beso, esta vez un poco más largo.

-¿Y si te enamoras de otro ruso y te olvidas de mí?- Hizo un puchero, estaba jugando. Viktor suspiró.

-Sí, me temo que eso definitivamente puede pasar- Dijo asintiendo y fingiendo pena por él.

-Es injusto- Horacio hizo un pequeño berrinche. -No puedo competir contra eso, apenas soy mitad ruso- Se estiró dispuesto a besarlo, pero Viktor lo esquivó.

-A mí me parece injusto que tú pienses eso cuando quien sale en la portada de Vogue no soy yo- Comentó. -Quien fue reconocido como una de las personas más atractivas del mundo no soy yo- Continuó. -Quien trabaja y sale con los modelos más codiciados del mundo no soy yo- Horacio se mordió el labio inferior conteniendo la risa ante el repertorio que le estaba enumerando. -Y lo más importante- Preparó su gran cierre. -El que nació con el rostro de un ángel, eres tú- Le dijo viéndolo a los ojos y acariciándole la mejilla.

Horacio se sonrojó y sus labios se curvaron en una sonrisa. Tenía veinte años, era uno de los modelos más famosos del mundo y le habían dicho absolutamente de todo en su vida, pero nadie jamás lograría hacerlo sentir tan único y especial como Volkov.

-Ya prosto tvoya (Soy solo tuyo)- Confesó mirándolo a los ojos. Viktor comprendió perfectamente lo que había dicho y se sorprendió, no solía escuchar al joven hablando en ruso, pero era algo a lo que podría acostumbrarse. Le había hecho una declaración muy íntima y que hubiera elegido hacerlo en su idioma natal lo volvía aún más especial. -Nikogda ne zabyvay (Nunca lo olvides)- Susurró como si alguien más pudiera oírlos. Horacio lo tomó del rostro y volvió a unir sus labios, pero esta vez había algo distinto. Era un beso cargado de posesión y deseo. El menor estaba ansioso por probar algo más de Volkov y supo que el sentimiento era mutuo por la manera en que el ruso le correspondía.

Sus besos acalorados iban acompañados de caricias sobre la ropa.

-No quiero ser solo algo pasajero y que me olvides- Horacio confesó en el momento en que se detuvieron agitados buscando aire.

Zapretnyy plod (Fruto Prohibido) - VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora