Capítulo 10

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(¡Esto no pinta bien! ¡Tengo que seguirlos!)

Aprovechando la oscuridad, los sigo. De pronto, alguien me sujeta del hombre. Intento no gritar.

—Hola. Oí el alboroto y vine a investigar. ¿Qué está pasando?

Los dos hablamos en susurros.

Llevan al hombre que fue desterrado de la comunidad. Está malherido. ¡Lo llevan a alguna parte!

Decido no decirle a Jacob adónde sospecho que lo están llevando.

— ¿Deberíamos intervenir?

—Sigámoslos y veamos qué pasa.

— ¿Qué es ese ruido?

—Nos han oído. Sígueme. Necesitamos escondernos.

(¡No hay tiempo! ¡Tengo que esconderme sola!)

Me escondo detrás de un arbusto, intentando no hacer ruido. El olor de la tierra húmeda acaricia mi nariz.

—No es nada. Vamos, date prisa. Quiero terminar con esto.

—Sé que oí algo...

El crujido de sus pasos se acerca cada vez más.

(Por favor, no me encuentres...)

— ¡Ho...hola, amigo! ¡Hic! ¡...Me gusta tu mascara! La mía... Oh... creo que la perdí... ¿Dónde está...?

—Es solo un borracho...

— ¿No la has visto...? Juro... juro que estaba por aquí...

— ¡Idiota! ¡Ese es el comandante Jacob!

—Sí, eso... Jacob. Ey... ¿Qué le pasa a tu amigo...? ¿Está bien?

—Ha bebido demasiado, eso es todo. Estará bien cuando se le pase la borrachera.

—Hnnnng...

—Está bien... si tú lo dices. Ahora... ¿Dónde dejé esa máscara...?

Los hombres ignoran a Jacob y se marchan.

Una vez que se pierden de vista, me uno a Jacob.

—Eso estuvo cerca.

—Sí. Hay que seguirlos con cautela. Ahora estarán con la guardia alta.

—Voy detrás de ti.

Me fascina la elegancia y la facilidad con que Jacob acecha al grupo de enmascarados.

Sigo unos pasos atrás, con el corazón acelerado, y me doy cuenta de que tengo que tomar una decisión.

(Tengo que decirle a qué nos enfrentamos. ¡Tengo que contarle de los zombies!)

—Jacob, hay algo que tienes que saber antes de que los sigamos ahí dentro...

Sin aliento, le cuento lo que descubrimos en los depósitos.

— ¿Qué...? ¿Me has estado ocultando esa información? ¿Por qué?

—Lo siento mucho, Jacob... Le prometí a Zero que...

— ¿Pusiste una promesa que le hiciste a un extraño antes de tu deber?

—Es que...

Me doy cuenta de que no tengo argumentos válidos para respaldar mi decisión.

—Lo siento, Jacob.

—Estoy muy decepcionado, pero me alegra saber con qué voy a encontrarme ahí dentro.

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