◘6◘

31 4 0
                                    


                               

Lucas acababa de escuchar unos truenos. Ayer llovió y aquel día resultaba muy nublado y a unos cinco grados. Eran las siete de la tarde y el estaba corriendo como de costumbre los sábados por las tardes. De normal salía más tarde, hacia la noche, antes de cenar. Pero ese día Lucas presentía que iba a llover así que decidió salir antes. Tenía un auricular con la música puesta en la oreja derecha mientras observaba el cielo nublado. Llevaba una hora y media corriendo y faltaban un par de manzanas para llegar a su apartamento.

“Mierda, tengo que ir al supermercado” Aceleró un poco el ritmo. Empezaron a caer unas ligeras gotas sobre su rostro. Observó que el suelo estaba marcado por pequeños puntos de agua. El joven volvió a acelerar. Quería llegar pronto a casa para ducharse e ir al supermercado. Luego le esperaba una larga pila de regalos que tenía que envolver para su familia. El martes comenzaban las vacaciones de navidad y por tanto él ya no tenía que asistir a la universidad. El jueves, se dirigiría con su coche hacia Valencia, donde pasaría las navidades allí. Tenía ganas de ir, y de ver a sus padres y a sus hermanos. Tenía ganas de estar en familia, desde verano no los veía y necesitaba un poco de cariño familiar.

El agua caliente de la ducha lo relajo mucho, había estado las últimas semanas muy estresado con los exámenes finales de la primera evaluación de la carrera de Nutrición. El lunes le dirían cuales había suspendido.

Se miró al espejo  con la toalla colocada en la cintura. Había mejorado en musculatura, ahora se gustaba más, además había definido la espalda, que era lo que él quería. Lucas no era nada creído, aun que tuviera todas las razones para serlo. Se cuidaba muchísimo el físico, pero no para que los demás lo admiraran y conseguir a las chicas, lo hacía por que cuidar su cuerpo y ejercerlo era como un hobbies. Por eso cogió la carrera de nutrición. Adoraba comer sano, cuidarse, el ejercicio.

Lucas se secó el cuerpo y se vistió con unos pantalones grises apretados por la pantorrilla pero anchos por el muslo con una sudadera de vans roja a conjunto de sus air max granates y negras. Miró el reloj de la cocina y se dio cuenta que eran las nueve “Mierda” Salió corriendo de su apartamento y cogió el coche para dirigirse al supermercado más cercano. Llovía a cantaros y habían bajado las temperaturas a horrores. Los pocos segundos que Lucas había salido del coche al supermercado había sentido como si caminara desnudo.

Las bolsas de plástico le pesaban mucho sobre sus dedos. Corría apresurado por la calle cargando con todas ellas. No veía nada y no había encontrado sitio para aparcar más cerca que a una manzana de su portal. La lluvia caía tan congelada y tan intensamente que Lucas estaba chapado. No veía nada a unos metros de él a causa del agua. De repente escucho un llanto entre suspiros. Vio una sombra apoyada en la pared cerca de su portal. Lucas entre cerró los ojos. La sombra volvió a suspirar mientras temblaba de frio. Lucas se acerco un poco más. Había reconocido ese suspiro pero no se lo creyó hasta que no tuvo a Claudia en frente.

-¿Claudia? ¿Estás bien?- Lucas dejó las bolsas en el suelo y posó sus manos sobre sus hombros. La joven estaba chapada y no paraba de temblar- ¿Qué haces aquí?

-He venido a buscarte pero no estabas, no tengo donde ir Lucas- Dijo llorando Claudia.

-Ven, ven. Vámonos a mi apartamento antes de que te enfríes más.

Dime que me quieres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora