Out Of Vegas

Capítulo 7

Seattle, Wa,

"¡Ana! ¡Ana, Ana!"

Ana gimió cuando escuchó los pasos de Kate correr por el pasillo hacia su habitación. La cama se movió cuando ella se subió y comenzó a brincar arriba y abajo como una niña.

"¡Ana, despierta!"

Ana había dejado que Kate y Elliot se quedaran a pasar la noche porque insistieron en que necesitaba todo el apoyo que pudiera obtener, pero en este momento, lamentaba la decisión. Se cubrió la cabeza con una almohada, demasiado cansada y mentalmente agotada para entretener a su amiga con una respuesta.

"¡Vamos, solo mira! Un pequeño vistazo", exclamó Kate mientras saltaba y se acercaba a la cama de Ana.

Ana levantó la almohada un poco, solo para mirar su reloj, que afortunadamente, estaba en el lado opuesto de Kate. Leyó 4:08 am. Ella puso los ojos en blanco y rápidamente dejó caer la almohada sobre su cabeza.

Kate dejó escapar un suspiro exasperado.

"¿No quieres saber lo que me emociona?"

"No tan temprano," Ana se amortiguó en su colchón. Con un suspiro, se incorporó lentamente. "Está bien, ¿qué es?"

Kate levantó la mano izquierda muy cerca del rostro de Ana y la luz de la habitación brilló contra el anillo de diamantes.

Los ojos de Ana se agrandan.

"Te - ¡Dios mío! ¿Elliott te lo preguntó?"

"¡Y dije que sí!" ella chilló.

Ana se inclinó sobre la cama y le dio un abrazo lateral.

"Estoy tan feliz por ti."

"Gracias, yo también estoy muy emocionada. Ya estoy pensando en la boda".

Ana se rió.

"¿Por qué tengo la sensación de que va a ser realmente exagerado?"

Kate solo sonrió en respuesta cuando Maria y Emma entraron, luciendo cansadas por haber sido despertadas de su sueño. Emma estaba arrastrando su manta detrás de ella.

"Chicas, ¿qué pasa?" preguntó Ana.

"Escuchamos gritos y correr en el pasillo", respondió María.

Ana miró a Kate, pero Kate no estaba prestando atención. Ella simplemente se abrió paso hacia las niñas, sonriendo.

"¿Cómo les gustaría a ustedes dos ser niñas de las flores?"

Los ojos de las gemelas se abrieron de golpe, todo rastro de somnolencia desapareció.

"¡A nosotros también nos encantaría!"

"¿Sabes lo que hacen las niñas de las flores?" Ana meditó, ya sabiendo la pregunta.

María y Emma se detuvieron y miraron entre las dos mujeres y finalmente negaron con la cabeza. "...¿Es malo?" María preguntó en voz baja.

Ana sonrió. "Para nada. Simplemente caminarán por un pasillo y arrojarán flores al suelo".

"¿Un pasillo?" Preguntó Emma, ​​la curiosidad clara en su voz.

"¡Me voy a casar!" Kate anunció, incapaz de seguir callada. "Y ustedes dos tienen los trabajos más importantes. ¿Quieren bajar y practicar?"

"¡Si!"

"Espera, espera, ¿todavía no siguen cansadas? Quiero decir, es muy temprano", dijo Ana.