Capítulo 4

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Era miércoles por la tarde, Louis sabía perfectamente que Harry estaba descansado en su casa, había hablado con su madre para darle una sorpresa. 

Aunque ellos se veían sagradamente cada viernes debido a que este era el único día de descanso de Louis, él pidió que le adelantaran su día al descanso de Harry, quien tenía dos días libres: miércoles y viernes. La idea era celebrar su segundo mes de novios, pero de sorpresa. Realmente llevaban poco y aunque la química entre ellos fuera fantástica, las cosas se concretaron mucho tiempo después. Todo pasó en el momento que tenía que pasar.

El ojiazul pasó por una tienda para comprar un osito de peluche, estaba consciente de lo cliché que era regalar algo así, pero la idea era que el osito llevaba una tarjeta en su lazo con una invitación a cenar esa noche, como ya había hablado con su suegra no iba a presentar problemas en la hora de llegada de su hijo. Lo tenía todo planeado.

Llegó a la reja negra, pidió permiso así nadie lo estuviera escuchando y se adentró a la residencia de los Styles, la dueña de casa lo recibió encantada y le pidió que pasara, le señaló las escaleras pues Harry estaba en su habitación. 

-Oh Louis- le interrumpió Anne, la madre de Harry, mientras este subía las escaleras.

-¿Sí?

-Harry tiene visita hoy, no sé si te lo habrá dicho, pero me pareció prudente comentártelo.

-Muchas gracias Anne, golpearé antes de entrar para no incomodar- sonrió el castaño y avanzó hacia la puerta de Harry.

Sintió voces al otro lado de la pared, sabía que escuchar detrás de los muros era de mala educación, pero había una voz que le parecía demasiado familiar y no era precisamente la de su novio, sino la de su mejor amigo. ¿Qué estaría haciendo allí? Zayn no le dijo que iría a ver a Harry. Se pegó un poco más para poder escuchar mejor antes de entrar.

-Mira, yo no sé en qué idioma quieres que te lo diga, pero estoy enamorado de Louis, ¿lo logras comprender?- hablaba Harry, el castaño no entendía a qué venía ese comentario -además, es tu mejor amigo, ¿no te sientes mal haciéndole esto a sus espaldas?

¿Haciendo qué?

-Yo sé que lo amas, pero él no te ama como yo, créeme.

Mentía, nadie en el mundo podía amar a Harry más que él.

La respiración de Louis se cortó, su corazón comenzó a acelerarse de forma agresiva y sus manos tiritaban sin piedad. Sus piernas flaquearon, sentía que no podría mantenerse en pie por mucho tiempo.

-Vete Zayn, ya hemos hablado de esto.

-No Harry, solo tocamos el tema una vez y lo evitaste por completo.

-Porque no quería hacer de esto un problema, pero al parecer eso es lo que quieres -suspiró -solo vete.

-Me iré cuando me digas quien besa mejor- sentenció el moreno.

Louis abrió los ojos de par en par, un calor empezó a recorrerle el cuerpo y sin pensarlo dos veces, irrumpió en esa habitación, pero sus ojos no querían creer lo que escondían aquellas paredes que fueron testigo de complicidades mayores. Era su pequeño Harry en brazos de otro hombre, el mismo que le juró lealtad y que jamás haría algo que pudiera dañarlo, que lo cuidaría siempre en compensación por lo mal que lo había tratado la vida. Eran los hombres más importantes de su vida, unidos en un beso.

Quedó helado, no pudo articular palabra, quería gritar, pero su voz no salía. Sus ojos fueron los únicos que le respondieron acorde a sus sentimientos y un millón de lágrimas comenzaron a caer sin permiso por sus rojas mejillas mientras se mordía el labio inferior con fuerza y apretaba el puño que le quedaba disponible. Harry empujó a Zayn y con los ojos vidriosos lo abofeteó en la cara.

-Te dije que dejaras las cosas como estaban Zayn, ¿Por qué mierda te gusta complicarlo todo?

-Si Zayn, explícanos porqué te gusta hacer las cosas difíciles- dijo por reflejo Louis, pero luego de eso se le hizo un nudo en la garganta.

-Louis!- exclamó Harry- perdóname lou, todo esto es un mal entendido.

-Louis... todo esto es culpa mía, ya lo viste... por favor hablemos y arreglemos esto de la mejor manera- suplicó Zayn.

-No hay una buena manera de arreglar esto- dijo Harry.

-Deja que Louis responda Harry, le estoy hablando a él.

-Yo... no quiero hablar nada contigo Zayn- el castaño pudo sacar un hijo de voz desde el fondo de su abdomen -venía a buscarte porque pensé que podíamos celebrar hoy rizos- le dijo directamente a Harry logrando captar toda su atención -pero eso ya no será posible.

-Louis yo- se detuvo un segundo el moreno -yo no sabía.

-CLARO QUE LO SABÍAS IMBÉCIL- le gritó Louis de pronto -tienes la estúpida manía de romper todo lo que tocas.

Dicho esto dejó caer el oso que traía junto con la invitación y se marchó rápidamente, apenas pudo despedirse de Anne. No podía estar más tiempo en esa casa, realmente no quería verlos, no podía.

Millones de pensamientos abrumaban su mente y no lo dejaban tranquilo, ¿Por qué Zayn le estaba jugando chueco? ¿Por qué Harry no se separó de inmediato? ¿Cuánto tiempo llevaban escondiéndole este secreto? ¿En qué minuto Zayn empezó a ver con otros ojos a su pequeño rizado? ¿Por qué Harry no le dijo nada? 

Sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, sin darse cuenta había estado huyendo de quienes le habían roto el alma enceguecido por las lágrimas que caían por sus mejillas sin querer detenerse, frenó en seco al no escuchar a nadie conocido tras de él, pero sus húmedos ojos no pudieron advertirle sobre el peligro que se avecinaba y una moto impactó directamente con él sin poder esquivarla. Zayn lo había visto todo desde lejos, corrió hasta el lugar del accidente y llamó a una ambulancia para ayudar a quien solía ser su mejor amigo. 

Harry reconoció a el moreno desde lejos y apresuró el paso para impedir una tragedia, lamentablemente no pudo hacerlo porque esta ya había sucedido y encontró a Louis tendido en el suelo con su cabeza sangrando. Se impactó al verlo y gritó enmudecido, su voz no salía por ninguna parte y las lágrimas aparecieron sin permiso por todo su rostro.

-LOUIS- fue lo primero que pudo gritar el rizado una vez que su voz reapareció. 

-Estará bien Harry, lo prometo- intentó consolarlo el moreno en su desesperación.

-No me prometas nada- lo miró con ira -tu palabra no vale nada para mi.

Recuérdame, por favor [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora