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-Cantas hermoso- soltó Yeonjun en cuanto la canción terminó.

Kai le miró con un brillo excepcional en los ojos, y con una sonrisa preguntó;-¿De verdad?

Yeonjun asiente, Kai le mira.

Las mejillas de Yeonjun se calientan, Kai tenía una expresión ida en el rostro y se veía bonito.

Además que las palabras que dijo antes las soltó sin pensar, simplemente su cerebro lo pensó y su voz lo dijo.

¿Qué pensará Hueningkai ahora? ¿Le dirá que es raro? ¿Tendría que disculparse? ¿Fué muy insolente?.

-Lo siento Kai..-

Kai le miró confundido aunque su sonrisa no se borró -¿Porqué?

-Dije las cosas sin pensar si te incomodaría o fué grosero de mi parte-

-No tienes porqué disculparte, ¿Fué un alago, no?- pregunta Kai y Yeonjun asiente.

Hueningkai iba a clases de canto y tocaba muchos instrumentos, pero esta era la primera vez que le cantaba a alguien una canción completa.

Simplemente lo hizo, la idea cruzó por su cabeza, sus manos actuaron, su boca se abrió y su voz salió.

Después se quedaron callados, el silencio tenía a Yeonjun con los nervios a tope, en su casa el silencio representaba peligro.

Pero Kai sentía el silencio cómodo y pacífico, la presencia de su hyung favorito lo hacía agradable, cómo cuándo su papá tocaba la guitarra las veces que salían de campamento.

Miró a Yeonjun pero este tenía una expresión de temor en el rostro, no entendía el porqué.

¿Acaso le incomodaba? No lo creía, el mismo le había dicho que le agradaba.

¿Su casa era tétrica? Realmente no, tenía muchos colores en las habitaciones y ahora estaban en la sala, dónde el color era blanco.

Se frustró un poco y lo único que pudo hacer  fué acercarse a Yeonjun y darle un abrazo.

Su madre le había dicho que muchas personas no lo decían pero muchas veces necesitaban un abrazo o palmaditas en la espalda.

Así que lo hizo, guío su mano hasta la espalda de su mayor y la frotó de manera cariñosa y lenta.

Yeonjun se quedó en blanco, no se movió.

¿Porqué le estaba dando un abrazo?

No le desagradaba, sentía su cuerpo cálido y el toque del menor era suave.

El cabello del menor olía bien y sin exagerar.

Segundos después sus manos se guiaron solas hasta poder rodear al menor, siendo éste más pequeño que Yeonjun lo rodeaba a la perfección.

Posó su mentón en el hombro del menor y se quedaron así, sin hacer nada.

Yeonjun no lo sabía pero estaban presentes unas inmensas ganas de llorar, quería ser pequeño, muy pequeño y abrazarse a si mismo.

Pero sintió el dulce toque de las manos de Kai acariciando su cabeza y cabello.

Podía sentir el calor que transmitía Kai en él.

Se sentía bien.

Se sentía en casa.

La madre de Kai entraba en la casa, el trabajo la tenía exhausta y caminó hacia la sala

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La madre de Kai entraba en la casa, el trabajo la tenía exhausta y caminó hacia la sala.

Vió a Yeonjun y Hueningkai abrazados, le pareció muy tierno la manera en que las manos de Kai acariciaban a Yeonjun.

Sacó su móvil de su bolsillo y les tomó varias fotos, después la enmarcaría en un cuadro.

Sonrió y se arrodilló cerca de los niños para luego rodearlos a los dos a un abrazo.

Los niños temblaron por susto, Yeonjun abrió los ojos, ya que los tenía cerrados para no llorar, y miró a la mamá de Kai.

Ésta le sonrió, sus ojos se achicaron y sus dientes blancos se hicieron presentes.

Le hizo sonreír también, después miró a Kai quién estaba cerca de su rostro y también estaba sonriendo.

¿Hace cuánto su madre no lo abrazaba?

No lo recordaba, ahora esos tiempos le parecían ajenos y lejanos.

No quería pensar en eso.

Simplemente disfrutó de eso, la madre de Kai se alejó y con ello los niños

-¿No quieren acompañarme a comer?- pregunta la madre de Kai y los niños asienten.

La tarde se pasó volando, los huening eran realmente agradables.

En todo momento tenían un tema de conversación y podían sacar sonrisas o chistes sin que lo supieran.

Yeonjun se sentía muy bien.

Tan bien que dolía.

Tan bien que dolía

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ℓαgriмαsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora