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La luz comenzaba a hacerse presente haciendo menos necesaria la luz de la pequeña vela que tenía sobre el escritorio del joven príncipe.

Lo miró una vez más. Se veía tan precioso. Sus labios levemente abiertos, aún rojos por el leve maquillaje que traía puesto desde la noche anterior.

Su piel desnuda brillaba con la luz del sol saliendo para el amamecer. Su cabello, tan alborotado por todo aquello que habían hecho la noche anterior y el toque de Lucas sobre este mismo. Algunas pequeñas lágrimas secas sobre sus mejillas, provocadas por el placer que había vivido junto con su amado. Pero sobre todo, las pequeñas risas tiernas y adorables que de él salían.

Se acercó a su príncipe una vez más. Se inclinó lo suficiente como para ver su rostro y estar tan cerca de él. Su rubor se podía ver aún, y el adoraba eso de él. Adoraba cada pequeño centímetro de su rostro, cada pequeño detalle suyo, lo amaba tanto, que deseaba quedarse para siempre.

Besó sus suaves labios entreabiertos, esperaba despertarlo con aquello. Pero al abrir sus ojos y separarse de su amado, este aún dormía.

Lucas rió por su nariz y dio otro beso, está vez, en la frente de su amado Ten. "Sigue siendo difícil despertarte, ¿No es así?", pensó Lucas para si mismo.

Quiso quedarse ahí. Quedarse por siempre ahí. Pero escuchó la puerta ser abierta.

"Mierda".

—Es él.









Nevaba. Se preguntaba si podría hacer muñecos o angeles de nieve en cuanto su padre se fuese de viaje. Tal vez visitaría a su primo al día siguiente, con la esperanza de que la blanca nieve se consevara tan hermosa como aquella tarde.

Tomó otro trago de su taza con leche caliente y se sentó frente a su escritorio.

—¿Qué haces? —preguntó su padre, observando a su hijo desde la entrada de la biblioteca.

Vestía su traje tan elegante como cada vez que salía de su hogar. Se veía tan apresurado pero poco entusiasmado como la mayoría de la gente.

—Solo escribo —respondió Hendery, sonriendo, tomando su pluma y tinta nuevamente.

¿Es algo bueno o es algo malo?

—No lo sé, aún no lo termino pero no creo que sea bastante bueno escribiendo aun-

—Me refiero a que si es sobre algo que esté permitido, hijo —lo interrumpió —, no quiero que te ejecuten por escribir algo indebido —Hendery vió como su padre sacaba de su bolsillo un bonito reloj de bolsillo y maldecía con su mirada, era obvio que no terminaría de escucharlo —. Tengo que irme, es tarde, el señor Wong me espera, saldremos por un viaje. Te veo en unos días.

El hombre se despidió a lo lejos y se fue de la casa, dejando completamente solo a Hendery.

—Supongo que en realidad no es malo —dijo a los poco de minutos de que su padre se hubiese ido.











—¡Jinri! —dijo Ten muy exaltado en cuanto encontró a su nana.

La mujer lo miró un poco preocupada. Tenía su ropa más vieja, a pesar de ser de telas finas no eran las más elegantes precisamente. Solo su rostro parecía ser el de un príncipe en aquellos momentos.

—¿Sucede algo? —dijo preocupada —, ¿Te lastimaste?

El príncipe negó, buscando calmar a Jinri. Se veía extraña.

after midnight|lutenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora