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Justo en estos momentos quiero escuchar a mi cabeza y no a mí órgano reproductor.

Era una habitación de distancia, los gemidos eran tan fuertes. Y si algo me ponía eran los gemidos de hombres. Eran dos hombres provocando placer mutuamente y yo estoy al otro lado del cuarto en donde los actos están ocurriendo.

Mi mano esta muy cerca de la cremallera de mi jean pero no podría hacer eso, no me iba a masturbar. No lo haría por él, porque lo conozco, lo considero como mi mejor amigo. No podía hacer eso.

De repente los gemidos pararon. ¡Que bien la tentación se irá!

Pasaron unos segundos, creí que eso habría terminado. Y derrepente escuché un golpe.

El chico pasivo gritó fuerte.

—¡Ahhh!

Y lo acompañó la voz del sexy activo que conocía.

—Te voy a enseñar lo que es una polla.

¿Por qué yo?

La tentación se dió mi mano ya estaba posada sobre mis pantis. Y fue cuando ya no sólo se escuchaban gemidos, se escuchaba golpes, como de una cabecera y choques de cuerpo con cuerpo.

El pasivo gemía, no gritó cosas sucias ni pronunciaba el nombre de su penetrador. Pero sus gemidos eran la sinfonía perfecta para que mi vulva palpitara y sintiera un leve ardor.

Entonces comencé a frotarla, ya ni pensaba en que tanto respeto y cariño la tenía al activo. Sólo sabía que escucharlo darle duro a un tipo me hizo desear querer estar en su lugar.

El pasivo no dejaba de gemir y mis dedos estaban a punto de entrar en mí. Y justo cuando los gemidos se hicieron más fuertes y rápidos, fue el momento en el que decidí introducirlos.

—¿Te gusta?

—Damelo todo. ¡Ah! No pares

Escuché por primera vez la voz del pasivo, le tenía tanta envidia en esos momentos.

Y los golpes eran muy repetitivos y tan veloces, como la velocidad que le aplicaba a la entrada y salida de mis dedos en mí. Los gemidos de ambos empiezan a ser sonoros. Y segundos después los míos también.

Mis dedos alcanzaron una velocidad ritmica junto a las embestidas de los chicos. Y ya sentía el orgasmo venir. Justo cuando ellos también se vinieron y proclamaron la última embestida acompañada de un fuerte grito por parte del pasivo.

Entonces me vine, un líquido conocido salió de mí junto con mis dedos llenos de el. Me mordí la mano libre para no que mis gemidos no fueran sonoros. Pero no fue de mucha ayuda porque sí se escuchó satisfacción, esperaba que solo se escuchase en la habitación donde me encuentro.

Y después todo es silencio, en la habitación y en la de los chicos. Y me sentí muy muy sucia.

Me sentí culpable.

Enamorada De Un Gay //LGBT//(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora