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Normalmente, era usual para él ser confundido por su altura; algunas personas, por no decir todo el mundo, pensaba que era un niño. ¡Ja! Él tenia el triple de su edad y unos cuantos años más. Exactamente casi 400 años, pero en todos esos años no había crecido nada, maldito enanismo. Sus 1.58 no eran suficientes, no cuando sus hermanos superaban por mucho esa estatura ¡Hasta Bolivia era más alto que él! Con sus 1.66 se tomaba la libertada de llamarlo "Enano".

Y su estúpida altura le jugaba malas pasadas. Aunque algunas veces terminaba con señoras de edad defendiéndolo mientras tenia sus manos llenas de dulces, cortesía de aquellas lindas señoras. Solo era cuestión de gritar y llorar, y ¡Bum! Ya tenia a alguna anciana dando carterazos a diestra y siniestra, intentando protegerlo. Sabia que estaba mal que se aprovechara de eso, pero era su don y su maldición. Porque también había situaciones en las cuales odiaba su condición de enano.

Como la primera vez que asistió a una reunión cumbre, esas reuniones de jefes de estado o lideres de diferentes organizaciones. Había asistido como colonia del Imperio Español, era la primera vez que asistía a una de esas reuniones, no como algunos de sus hermanos.

No estaba nervioso o emocionado, no como Bolivia, o Alto Perú, como se le conocía en esos tiempos. La cosa había sido cuando llegaron al lugar de la reunión,  el palacio de Buckingham en Londres, el corazón de Inglaterra. Bolivia para ese momento ya estaba que se comía los uñas, bufo por su actitud nerviosa pero a pesar de eso intento ayudarlo, sus intentos de tranquilizarlo no funcionaron, él aun estaba nervioso.

Y cuando ya estaban adentro de la asombrosa edificación, Bolivia trastabillo con algo y al perder el equilibrio, lo arrastro contra el suelo, usándolo de amortiguador para su caída. Inmediatamente sus hermanos voltearon a verlos, algunos se rieron de esa vergonzosa caída. Imperio Español se apresuro a ellos, y luego, ya ambos de pie, el español los mando a arreglarse y limpiarse al baño, él no permitiría que sus "hijos" se mostraran al mundo en ese aspecto. Perú intento tranquilizarse, jalo a Bolivia hacia los baños, siguiendo las indicaciones de su padre, bajo su atenta mirada.

-Cuando terminéis, volved aquí y seguid de frente este pasillo- dijo a sus hijos, cuando ellos ya estaban a punto de desaparecer tras las paredes.

-No te mato solo porque el viejo sospecharía- susurro a su hermano, Bolivia se apresuro a abandonarlo ni bien estuvo listo, dejándolo solo en el baño; con tal, él había caído sobre él, solo tenia que arreglarse los alborotados cabellos y arreglarse el cuellos de la camisa, y listo, como nuevo.

-Voy yendo donde nuestro padre- el cobarde se escapo.

Perfecto, ahora tendría más tiempo para calmarse, suspiro estrepitosamente, se limpio la suciedad en su traje, acomodo sus cabellos, arreglo su camisa y la corbata; y ya estaba, salió del baño.

Ya más calmado llego a la sala donde se realizaría la reunión, no fue tan difícil seguir las indicaciones de su padre. Obviamente.

-Disculpa, está es una reunión de países, pequeño- dio una sonrisa forzada a ese guardia ingles, le explico a este quien era, conservando la poca calma que tenia. ÉL solo lo miro extrañado.

-¿Estás seguro niño? ¿No estas perdido? Si quieres te puedo ayudar a buscar a tú mamá, no tengas miedo y dímelo- eso fue como una luz verde para Perú.

¡Listo! Perdió la paciencia, le pidió al hombre, más bien le exigió que abriera esas putas puertas. Pero el hombre no cedió, siguió exigiendo saber donde estaba su mamá, se gritaron un buen rato hasta que el hombre perdió la paciencia y lo tomo de la muñeca, dispuesto a sacarlo del lugar.

-¡Me estas lastimando!- se quejó, pero eso no sirvió de nada, el guardia aumento la fuerza del agarre. 

Perú ya estaba que echaba humo, había sido confundido por un niño y ahora venia este a lastimarlo, no lo pensó mucho y actuó, mordió la mano del hombre y sin esperar nada, golpeo la boca del estomago del hombre, un golpe certero que dejo al hombre sin aire y retorciéndose de dolor en el piso, dirigió su mano al mentón de este y levanto el rostro de ese hombre arrodillado, teniendo la total atención de este.

-Te dije que abrieras esas putas puertas- el hombre tembló de miedo al escuchar sus palabras.

Oyó unos aplausos y dirigió su mirada detrás de su espalda. Los reconoció al instante, eran el Imperio Ruso, acompañado de su hijo URSS. Además del Imperio Germánico y su hijo, Second Reich, ambos imperios lo miraban con cierto orgullo por alguna razón.

-Buenas noches- saludo y les dio una sonrisa.

Puede que halla estado a punto de darle la golpiza de su vida a ese hombre, pero ante todo los modales, también no quería más problemas con su viejo, ya de por si lo mataría por haber golpeado a ese guardia, quien estaba al servicio de Reino Unido, frente a dos grandes imperios y sus hijos como para no saludarles.

Fue como si hubiera invocado a su padre, este no tardo en aparecer en escena.

-Chaval ¿Ahora que mierdas hicisteis?- por suerte no se había percatado de la presencia de esos imperios.

-No me dejo entrar- comento, viendo como su padre ayudaba al hombre, mientras un sirviente cercano, imitaba las acciones de su señor.

-Te te había dicho que no podéis simplemente reaccionar de esa manera- I. Español llevo su mano derecha a su frente, masajeando su cien, buscando paciencia para tratar con su hijo.

Perú lo miro enfadado, no era su culpa que ese hombre no entendiera por las buenas, además se había atrevido a lastimarlo, bufo molesto. Recibiendo la inquisidora mirada de su padre ante tal gesto.

-¿Ese ser tú hijo?- dijo alguien, a duras penas y con un acento que delataba su origen ruso.

Aquel que inmediatamente se callo al recibir la mirada de ambos, Imperio Ruso trago seco, sentía miedo de esos dos, aunque uno fuera más pequeño que él.

-Si ¡Saludad!- el español dejo pasar el tema, aunque no por mucho, se acerco a su hijo mientras daba indicaciones a su fiel sirviente de llevar al hombre por atención medica.

-Hablaremos más tarde de esto- susurro su padre cuando estaba lo suficiente cerca de él, Perú se preparo para lo que venia.

-Soy el Virreinato del Perú, un gusto- se presento formalmente ante ellos.

-Un buen niño, lo criaste bien- dijo Imperio Germánico, I. Español le sonrió de vuelta mientras la vena de su ojo palpitaba, lo único que su hijo sabia hacer era barullo, además de claro, meterse en problemas, tenia ese don para atraer problemas el gil este.

Bueno al final del día pudo decir que todo fue bien, I. Español no lo castigo al saber sobre la marca morada que ese hombre había causado en su muñeca, así que todo fue un rotundo éxito. No todos los días podías partirle la puta madre a alguien y salir ileso del castigo de su padre Imperio.

Enano Gruñón [Todos x Perú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora