¿𝘖𝘱𝘰𝘳𝘵𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥? || 𝘉𝘢𝘯𝘨 𝘊𝘩𝘢𝘯

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Supongo que las madres siempre nos dijeron que jamás hablaramos con extraños o que no confiaramos en nadie que de pronto se acercara, pero... ¿Qué más podía hacer? Me encontraba perdido, en un lugar que jamás había estado y todo mi yo estaba por el suelo. Sólo quise por una vez no ser tan cuidadoso, finalmente, ¿de qué me servía serlo? Terminaba perdiendo de igual manera. Sin pensarlo, seguí a Christopher Bang Chan hacia un parque, me senté a su lado mientras me hablaba, la verdad no le puse atención, no quería hacerlo, no me interesaba, solo quería sentir que podía seguir vivo y consciente de mí mismo.

Entonces fue cuando decidí venir de Australia. — ¿Ah? ¿Dijo Australia? ¿Este tipo acaba de decir que es del mismo país de Lix? Sentí interés.

¿De Australia dijiste? — pregunté aparentemente curioso.

— ¡Así es! ¿Conoces Australia? — con una sonrisa bastante amplia, me respondía el chico con un entusiasmo particular.

Tuve un buen amigo de allá. — La verdad es que no quería recordar a Felix en ese momento, pues siempre me hacía mal pensar en él, pero por alguna razón esta vez era diferente. Recordarlo con alguien de su mismo país, lo hacía sentir un momento especial.

Oh entiendo. ¿Y pudiste visitarlo? Es un país hermoso~ — Mientras me preguntaba, mi mente recordaba cuando Felix me enseñaba fotografías de su país y de mis deseos de ese entonces era ir a recorrer junto a él todos esos lugares. — Disculpa, pero... ¿Tienes dónde ir?

¿Eh? — No supe cómo, pero mis pensamientos eran interrumpidos de golpe, creo que noto que no estaba poniéndole atención. Sólo respondí con sinceridad, a esta altura, ya me daba igual todo. — No realmente.

Uhm, ya veo... Pude notarlo desde que te ví y escuché. — Me dijo ante lo cual no me sorprendía para nada, era una cuestión evidente. — ¿Te gustaría venir conmigo? Si no tienes dónde ir, puedo ofrecerte algo para que puedas vivir mientras...

¿Qué era esto? ¿Una especie de salvador o algo asi? Algo me decía que no debía confiar del todo en su propuesta, pero... ¿Qué más podía hacer? Tal vez el lugar que me ofrecería no sería tan malo o que yo.

Es una broma supongo, ¿no? — reí de manera sarcástica. — ¿Por qué un desconocido como tú querría ayudar a un desconocido como yo? No tiene lógica.

Bangchan parecía tener ahora una actitud de confianza, apoyó toda su espalda en el respaldo de la banca en donde estábamos sentados, llevando ambas manos hacia su nuca mientras miraba hacia el cielo. Respondió sin titubear.

Porque no eres la primera persona que le doy un lugar dónde ir. — Ligeramente volteó a verme con una pequeña sonrisa que comenzaba a envolverme. — Si no confías en mí... ¿Deberías haberme dejado de hablar desde hace un buen rato, no? No tienes otra opción.

Definitivamente era un chico extraño, con apariencia poco confiable, pero efectivamente, sentí una sensación familiar al verlo y acepté hasta ahora dejarle que me acompañara, aunque no fuera con un fin determinado, lo hice de igual manera. Tenía dudas, quizás algo de miedo de aceptar, pero ya antes había actuado con miedo y si quería darle una segunda vuelta a mi miserable vida, debía arriesgarme, ¿no?

Y si acepto ¿qué? Supongo no es gratis. — Obviamente no sería gratis. Al decir eso, sentí que el rostro de Bangchan sonreía con algo de maldad.

Claro que no lo es. Ven, acompañame.

Caminamos aproximadamente unas cinco calles más allá desde donde estábamos hasta llegar frente a un auto deportivo, bastante lujoso. ¿Acaso era de él? Era lo que pensaba cuando sacó unas llaves del bolsillo de su chaqueta para desactivar los seguros del auto y decirme que subiera. ¿Quién era realmente Christopher Bangchan? ¿Un mafioso o qué? Ya no podía dar un paso atrás, ya había casi aceptado, así que sólo subí y lo acompañé. Pasamos muchas calles desconocidas para mí, conducía a bastante velocidad, admito que eso me asustó, pero en ese momento no tenía ganas de quejarme o algo.
Nos detuvimos en una calle sin salida, frente a un edificio que parecía en ruinas más que un edificio lujoso o algo parecido. Ambos bajamos. La verdad no entendía qué era este lugar, pero seguí sus pasos hasta que llegamos a uno de los apartamentos del edificio que estaba en el cuarto piso. Me sorprendí tanto cuando ví el apartamento por dentro, es que era totalmente diferente a lo que aparentaba por fuerta, parecía una hostal de cinco estrellas y más, quizás una habitación presidencial, que se yo.

 𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒐𝒏𝒆|| 𝑯𝒂𝒏 𝑱𝒊𝒔𝒖𝒏𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora