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3.📃

Pese a ello, el joven persistió en querer convencer a la joven griega. De que sus temores no podían ser debidos a una cosa cierta, si bien al mismo tiempo repasaba en su memoria todas las coincidencias que le habían incitado a creer en los poderes sobrenaturales del conde Jeon.

Poco después, SeokJin decidió realizar una excursión, que le llevaría varias horas. Cuando los padres de Nayeon oyeron el nombre del lugar, le suplicaron que no regresase de noche, ya que necesariamente debería atravesar un bosque por el que ningún griego pasaba, una vez que había oscurecido por ningún motivo.

Le describieron dicho lugar como el paraje donde los vampiros celebraban sus orgías y bacanales nocturnas. Y le aseguraron que sobre aquel que osara cruzar por ese sitio recaerian los peores males.

"Vamos que tan malo puede ser "

SeokJin no quiso hacer caso de tales advertencias, tratando de burlarse de dichos temores.
Pero cuando vio que todos se estremecían ante sus risas por aquel poder superior o infernal, cuyo solo nombre le helaba la sangre, acabo por callar y ponerse grave.

- No se preocupen, tendré extremo cuidado. - Tras decir aquello el joven se dispuso a descansar, tratando de conciliar el sueño.

A la mañana siguiente Seokjin salió de excursión, según había proyectado. Cuando se hallaba a punto de partir, Nayeon le suplico que regresase pronto.
Pues era por la noche cuando aquellos seres malvados entraban en acción.

- Te lo prometo, llegaré antes que la noche caiga. -
Aseguró el joven.

Sin embargo, estuvo tan ocupado en sus investigaciones que no se dio cuenta de que el día iba dando fin a su reinado. Finalmente, monto su caballo decidido a recuperar su retraso.

Pero ya era tarde.

En los países del sur apenas existe el crepúsculo.
El sol se pone inmediatamente y sobreviene la noche.

Un grito femenino le hizo girarse hacia un paraje ahí se encontró a Nayeon quien había ido en su búsqueda y cayó en las manos de los desalmados amantes de la noche.

- Por favor Nayeon despierta, quédate conmigo. -
Se aferró a su cuerpo Seokjin no podía siquiera pensar, pues tenía el cerebro ofuscado. Pareciendo querer refugiarse en el vacío.

Tomo a la joven y la llevo de vuelta a la cuidad, advirtiendo a sus padres de la tragedia.

- Yo lo lamento, no fue mi intención que esto pasará.- Hablo el joven con lágrimas en los ojos.

Sería imposible describir su dolor.

- No se culpe joven Kim, no fue su culpa, si no de esos desgraciados sin corazón.- Hablo el padre de la joven.

Cuando comprobaron la causa de la muerte de su hija, miraron a Seokjin y señalaron el cadáver. Estaban inconsolables y ambos murieron de pesar.

Seokjin ya en la cama, padeció una violenticima fiebre. Con mezcolanza de delirios.
En estos intervalos llamaba al conde Jeon y a Nayeon. Mediante cierta combinación que le parecía una súplica a su antiguo compañero de viaje, para que perdonase la vida de la doncella.

Por casualidad, el conde Jeon llegó por aquel entonces a Atenas. Cuando se enteró del estado de su amigo, se presentó inmediatamente en su casa y se convirtió en su enfermero particular.

- ¿Como te encuentras? - Pregunto el conde, con preocupación en su voz.
- Estoy mucho mejor, gracias. ¿Cuando llegaste? -
Hablo el.joven sentándose correctamente en la cama.

- Llegue hace dos noches, en cuanto me informaron tu estado, viaje cuanto antes para acompañarte. -
Al escuchar aquello el joven Kim, sintió una opresión en el pecho.
- ¿Te quedarás o volverás a marcharte?. -
- Solo mientras te recuperes. - agrego el conde con su característica seriedad.

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