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Wonpil tiene tres conejos, sus mascotas y su espíritu animal. Ama a aquellas criaturas tanto o más que a Sungjin exagerando pero un poco. Y si tiene que pasar un año entero en Seúl, lo hará, pero solo si ellos van con él, por lo que en el momento en el que tiene que subirse al avión de su padre, lo primero que hace es montar a sus mascotas una a una en sus respectivas jaulas.

- ¿En serio, Wonpil? pregunta divertido su padre.

- El espíritu de la mansión no les dará de comer, ¿o sí?- responde Wonpil alzando sus hombros y sentándose en el asiento que está más cerca de sus mininos.

- Tu madre se enojará-. Murmura el señor Kim con la vista en su celular. - A Sungjin no le ha dejado tener un cachorro y tu llegarás con tres conejos.

- Por eso lo hago.

- Te encanta molestar a tu hermano, ¿no?

- Es mi hobby papá. El pan de cada día-. Se burla Wonpil y su padre solo rueda los ojos.

- Despegaremos en cinco minutos, señor Kim-. Un señor de traje negro se acerca al padre y su hijo, pero su mirada se dirige estrictamente al mayor. - El tiempo de viaje es de media hora a cuarenta y cinco minutos aproximadamente.

- Eso quiere decir que a las...

- Siete y quince minutos estaremos llegando a Seúl-. Wonpil hizo el cálculo mental en cuestión de segundos. Él y su mellizo Sungjin son unos niños prodigios.

- Lo que dijo el joven.

- Gracias, Cho.

El señor hace una reverencia y el de ojos verdes recibe una mirada de su padre.

- Quien puede contigo, Kim Wonpil.

El nombrado suelta una risa y empezó a leer los últimos mensajes de sus amigos.

"Saluda de mi parte a tu hermano y dile que cuando lleguemos en tres días, le ganaré en los videojuegos. Patearé su trasero". Wonpil no puede evitar reírse al leer el mensaje de su amigo Dowoon.

"No seas tan duro con los amigos de Sungjin, que te conozco. Onefeel. ¡Y ve por una maldita vez a esa fiesta!". Ese era nada más y nada menos que Jaebum, siempre se preocupaba por todos, pero al parecer, Wonpil era un caso a parte.

Apaga su celular cuando el piloto les avisa que despegarían en unos minutos y cierra sus ojos. Cuando los abre, ve aterrizar un avión al mismo tiempo que el suyo despega.

Sungjin baja del auto de su madre bastante malhumorado. Jae le dijo que lo podía acompañar a recoger a Pil al aeropuerto, pero el vuelo se adelantó y tuvo que salir hace menos de una hora y unos minutos.

- Cambia esa cara, Sung-. Su madre le sonríe cuando se recuestan al capot del auto. - Sabes que al igual que tu padre, el de Jae también tiene que viajar en cuanto antes por trabajo cuando le avisan. En tres días Jae conocerá a Wonpil y estoy segura que se harán grandes amigos.

- Eso espero-. Susurra Sungjin con voz baja. - Lo último que quiero, es que mi mejor amigo y mi mellizo se lleven mal.

- Sé que no sucederá.

El pelinegro se gira para verla y sonrie. Él es la vil imagen de ella, con el cabello oscuro, ojos grandes y contextura delgada, su rostro en las mejillas y nariz esta bañado con pequeñas estrellas cafés que el heredo con orgullo y su sonrisa es igual.

En cambio, Wonpil es la copia exacta de papá, sus ojos grandes y rasgados cuando sus labios se curban, su cabello naturalmente castaño estaba teñido de un rojo vivo, sus hombros eran anchos y su sonrisa era como ver brillar el sol.

Los hermanos KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora