Capítulo 3: Belleza

1.2K 134 40
                                    

Conway aparca su coche en la puerta de su casa. Antes de bajarse del vehículo le da una última mirada a Gustabo, que estaba mirando por la ventana, como si estuviera en otro mundo. Jack se había dado cuenta durante el trayecto de que el rubio había estado dándole vueltas a algo en su cabeza, cosa que le pareció extraña ya que lo conoce muy bien y sabe que no suele pensar mucho en las cosas. 

Gustabo se da cuenta de que han llegado y gira su rostro, encontrándose con la mirada del pelinegro que intenta descifrar en qué piensa. El menor le dedica una pequeña sonrisa como señal de que todo va bien. Jack acepta esa sonrisa y hace un gesto con la cabeza en dirección a su casa. Ambos se bajan del coche y caminan en silencio hasta la puerta. Conway abre y entra primero, seguido de Gustabo. En cuanto entran se quitan sus respectivas chaquetas y zapatos para más comodidad y se dirigen al salón.

Gustabo se espera a que Conway se siente primero en el sofá para él tumbarse con su cabeza en su regazo, como siempre hace. Es un pequeño gesto que a Conway le encanta.

Conway: ¿Te apetece cenar algo? - le pregunta al rubio mientras le acaricia su cabello.

A Gustabo le encanta la sensación de que Conway le acaricie. Cualquier acción que conlleve a que mantengan contacto físico le vuelve loco. Cierra los ojos disfrutando el masaje.

Gustabo: La verdad es que no tengo hambre, de comida... - suelta con una sonrisa ladeada en su rostro, aún con sus ojos cerrados.

Conway: ¿Y de qué tienes hambre, Gustabín? - le pregunta a la vez que detiene sus caricias.

Gustabo abre los ojos después de todo este rato y se encuentra con los oscuros orbes de Jack. Se endereza y se sienta sobre el regazo de Conway, con una pierna a cada lado y sus brazos rodeando su cuello. El mayor observa todos sus movimientos sin poner resistencia y una vez Gustabo se coloca encima de él, le agarra de la cintura ofreciéndole suaves caricias en esta.

Gustabo: De ti. - le susurra muy cerca de sus labios.

Conway ya no puede aguantar más y se abalanza sobre sus labios y los devora, como si fuera la primera vez que se ven en mucho tiempo. Gustabo le muerde su labio inferior y aprovecha para introducir su lengua en la boca contraria. Conway acepta sin rechistar y sus bocas entran en una batalla por el control del otro. Mientras se besan, Jack levanta suavemente la camiseta del rubio y introduce sus manos debajo de esta, pasando a estar piel con piel.

Gustabo se estremece por el contacto y empieza a deshacer la corbata del mayor. Una vez deshecha la tira Dios sabe dónde y comienza a desabrochar su camisa lentamente. Conway continúa acariciando toda la espalda del rubio, bajando poco a poco a su trasero y una vez allí, estrujarlo entre sus manos. Gustabo termina de quitarle su camisa y se separa de él para observar por fin su perfecto torso.

El rubio lo mira, como si quisiera grabar esa imagen a fuego en su mente. Acaricia suavemente los abdominales marcados del contrario y sus pectorales tan bien definidos. Conway disfruta del contacto del de ojos azules y pasa una de sus manos a la cara contraria, acunándola mientras da pequeñas caricias con el pulgar en su mejilla. Se quedan en esa posición y se observan en silencio. Gustabo se siente el más afortunado del mundo al tener a Jack Conway así, delante de sus narices y por él. 

Conway: No sabes las ganas que tengo de hacer esto. - murmura Conway con una voz más grave de lo normal, si cabe.

Gustabo: Hagámoslo. - le dice desesperado volviendo a besarle.

Jack agarra a Gustabo de su trasero y se levanta del sofá. Gustabo, por instinto, rodea las caderas del mayor con sus piernas y enrosca sus brazos en el cuello contrario, pero sin romper el beso. Conway camina hacia su habitación torpemente y una vez llega, deja caer lentamente a Gustabo en la cama, quedando él encima. 


-


Los rayos de sol se cuelan entre las cortinas del gran ventanal de la habitación. Gustabo siente mucha luz sobre sus párpados y empieza a abrir sus ojos azulados lentamente, acostumbrándose al intenso brillo. 

Todo está tranquilo, en silencio, solo se escucha una calmada respiración a su derecha. Los recuerdos de la noche anterior vienen a su cabeza y sonríe levemente. Gira su cabeza hacia el lugar de donde proviene esa respiración y se encuentra con una de las imágenes más bellas que ha contemplado en toda su jodida existencia. Jack Conway, dormido, totalmente indefenso, con la boca ligeramente abierta y abrazando su cintura como si se fuera a escapar en algún momento. El rubio se gira con cuidado quedándose cara a cara con el mayor. Le mira detenidamente, repasando cada una de las facciones del rostro contrario y siente como su corazón se acelera con simplemente observarle. Sonríe, porque se siente el hombre más feliz sobre la faz de la Tierra en estos momentos, repitiéndose en su mente que ojalá este momento fuera eterno.

Jack siente una mirada sobre él y empieza a abrir sus ojos poco a poco. Se encuentra con esos preciosos ojos del color del mar que le hacen sentir tantas cosas y con una leve sonrisa un poco más abajo de estos.

Conway: Buenos días. - habla por fin, con la voz ronca debido a que se acaba de despertar.

Gustabo: Buenos días, guapo. - pone su mano en la mejilla contraria, acariciando ésta.

Conway: ¿Sabías que tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida? - suelta Jack con los ojos cerrados, disfrutando de las pequeñas caricias del rubio.

Gustabo se sonroja, le ha pillado de imprevisto y no se le da bien responder a este tipo de cosas, directamente no se le da bien mostrar afecto, pero eso no quiere decir que no le guste recibirlo y darlo. Se queda unos segundos callado hasta que el mayor abre los ojos, extrañado al no recibir alguna respuesta irónica del menor. Gustabo se pone nervioso y decide atacar los labios de Jack. El otro le corresponde al instante y sonríe a mitad del beso, sabiendo que lo ha puesto nervioso con esa frase tan poco común en él, en ellos.

Gustabo: Eres un cabrón, ya sabes que no se me dan bien estas cosas. - le dice al acabar el beso.

Conway: Por eso lo hago, de vez en cuando me gusta ser yo el que te saca de quicio a ti. - dice riendo levemente.

Gustabo se separa "indignado" y se da la vuelta cruzando los brazos sobre su pecho. Conway rueda sus ojos y le agarra de la cintura para atraerlo hacia sí mismo. El rubio intenta mantener el tipo, pero le es imposible cuando el mayor empieza a repartir pequeños besos por su nuca y hombros. Finalmente desiste y se gira para volver a besar sus magníficos labios, esos labios que le tienen enganchado como si de una de las drogas más potentes del mundo se trataran. Ambos se separan después de un rato devorándose tiernamente.

Gustabo: Ahora sí que tengo hambre de comida, tengo el estómago vacío, papu. 

Conway: Normal, ayer no cenamos "comida" y eso trae consecuencias. - añade recordando lo ocurrido anoche.

Gustabo: Pues vamos a comer algo, abuelo. - le responde levantándose rápido de la cama para esquivar el golpe que se avecina por el mote que ha utilizado.

Conway: Capullo... - susurra para sí mismo, pero lo suficientemente alto para que el rubio le escuche.

Gustabo: Le he oído, superdetergente. - grita saliendo de la habitación en dirección a la cocina.

Conway: ¿Super qué? Te vas a enterar... - le grita de vuelta mientras se levanta y se va disparado tras el menor.


-


hOLUUUUUUS.

Sé que he tardado un poco en actualizar, pero es que estaba con exámenes finales, pero mañana ya empiezan las vacaciones de Navidad!!! :D

Espero que os haya gustado el cap, sé que os he dejado a medias con el mambo pero no estaba segura de si os iba a gustar, por eso he decidido dejarlo a medias y que vosotres me digáis qué os parece. 

¡Gracias por leer! Estas vacaciones actualizaré más seguido, I promise. -w-

( Créditos al autor/a del dibujo de la cabecera, que me encanta. <3 )



LIMERENCIA - Intenabo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora