P.O.V BILL
Y ahí estaba ella nuevamente sentada en el sofá viendo una de sus series favoritas.
Yo estaba saliendo de la ducha por que teníamos que asistir a una fiesta en un par de horas. Y ella tenía que hacerlo también. Solo que esta vez solo estábamos ella y yo en casa.
Ella seguía teniendo toda mi atención y frecuentemente seguía pensando en ella haciendo cosas sucias. Después de todo lo que sucedió.
Solo que seguía un pequeño y gran problema, ella era más chica que yo y somos familia. . .Me estaba volviendo loco por qué no la podía sacar de la cabeza y sabía que estaba bastante mal en por lo menos pensarlo por que es mucho más chica que yo y lo peor de todo mi hermana.
Mientras ella se bañaba tenía pensamientos sucios con ella, estaba como loco no sabía qué hacer. Me daba vueltas en la cabeza por lo menos volver a besarla.
Al escuchar que ella salía del baño no pude soportar las ganas en asomarme para mirarla. Y ahí estaba ella en toalla y con sus torneadas caderas y su trasero redondo y enormes pechos. Ella solo volteo y me dio una sonrisa, se notó que no le molestaba que la mirara, ella siguió hasta al cuarto sin cerrar la puerta, y en ese momento fui tras de ella, sabía que estaba haciendo las cosas mal pero mi instinto animal hizo que fuera tras de ella.La tome de un hombro y la volteé quedando ella y yo frente a frente, puede notar su respiración acelerada incontrolable y su corazón que latía rápido al igual que el mío. Nos miramos unos segundos sabíamos que lo que estaba apunto de suceder estaba mal pero al igual a ninguno de los dos nos intereso en ese momento y nos dejamos llevar.
Comenzamos a besarnos como locos, y ahí pude notar que lo que deseaba hacer con ella también lo deseaba con desesperación. Pude notar que por alguna razón estaba nerviosa.
Sus besos eran mejor como me lo imaginaba, sus labios, su legua todo era perfecto, le daba una ligera mordida en sus labios saboreándolos, mientras mis manos tocaban su cadera y poco a poco tocaba sus nalgas y las apretaba mientras ella soltaba un leve gemido, ella está ardiendo de excitada tanto como yo.
En ese momento decidí quitarle la toalla y recostarla en la cama , me subí en ella para besarle el cuello y poco a poco ir bajando hasta sus grandes pechos tan hermosos y redondos y lamerle aquel majestuoso pezón que estaba tan paradito y absorberlo con mi boca una y otra vez, subí nuevamente para volverla a besar tan apasionante la boca pero esta vez puse mi mano un su vagina que estaba tan mojada como yo, comencé a darle masajes a su clítoris rápidos y después lentos de arriba y abajo y haciendo círculos a la vez sumergiendo uno de mis dedos dentro de su vagina, cuando hacía eso ella pujaba para después morderme mi labio también queriéndolo casi arrancarlo.
Estuvimos unos cuantos minutos hasta que ella decidió tomarme con su mano derecha mi pene que estaba tan erecto que sentía que iba a reventar para comenzar a hacer masajes de arriba y abajo arriba de mi pantalón, me dijo que me la sacará para poderlo hacer bien y lo hice.
Nos estábamos comiendo a besos y masturbándonos uno al otro, no lo podía creer. No podíamos más, pude notar que ella quería que ya se la metiera pero yo quería seguir, quería que fuera genial y mágico, que decidí ir bajando poco a poco besándola en el cuello, pechos, abdomen para llegar a su vagina pero ella tímida no me lo permitía, entonces comencé a besar sus piernas hasta los pies y de ahí volví a subir nuevamente hasta ahora sí lograr que abriera sus piernas y comenzarle a mamar su vagina comenzando a lamer su vagina haciendo movimientos con mi lengua y ella me tomó del cabello y comenzó hacer movimientos con su cadera circulares. Ella cada vez gemía más y más sabia que lo está haciendo bien. Su vagina estaba tan mojada pero eso no me importó, seguí de su clítoris pase a jugar un rato con mi lengua con sus labios vaginales hasta meterle mi lengua dentro de ella.
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TENTACIÓN PERVERSA
RomanceQuería acariciarla, besarla. Hacerla mía. Pensaba cómo me encantaría tomarla del mentón y besar esos hermosos labios gruesos y rosas. Pensaba en saborear ese brillo labial de fresas qué usaba siempre. Sé que debo estar enfermo por pensar así de ella...