Epílogo

385 28 21
                                    

Habían pasado 5 años, 5 largos años para un azabache, que se hallaba a punto de cometer, un atentado contra su vida.

- Naruto, perdón, perdón- dijo mientras procedía a cortarse lentamente la muñeca, sintiendo un gran dolor, que de algún modo sentía que merecía.

Se encontraba en el baño, el agua tibia resbalaba por su desgastado y esquelético cuerpo, el brillo de la piel, que alguna vez tuvo, ya no existía, solo la áspera y delgada piel, que apenas y cubría sus huesos.

Lágrimas caían de sus ya rojos ojos que desde hace mucho, no demostraban señales de vida, deslizándose por sus notables ojeras, negras, que se notaban, por su tono blanco, que ahora solo era palidez, por la falta de vida.

El agua se iba deslizando por el piso, era entre espuma, lágrimas y un tono rojo, evidentemente se trataba de la sangre que derramaba su cuerpo.

Poco a poco, fue perdiendo los sentidos, dolor era algo que dejó de sentir hace mucho tiempo, o tal vez, siempre lo sentía, que ya se había acostumbrado a ello.

Se escuchó un ruido, no estaba seguro de lo que era, las cosas ya habían dejado de importarle.

- Sasuke, Sasuke......

Era su nombre, parecía ser que lo llamaban, pero no importaba, quizá era algo importante, parecía ser la voz de su hermano, o tal vez no, ya nada importa, pronto, pronto, podría estar a su lado, al lado de su Naruto, solo eso importaba.

- Por dios, Sasuke, ¿Qué hiciste?.

Sasuke sonrió amargamente, estaba hecho, iría por su esposo, lentamente empezó a cerrar los ojos, los gritos eran fuertes, pero ya no lograba distinguir nada, y no quería hacerlo, solo se dejó llevar, hasta que todo se oscureció, ya no oía nada, suspiro, tal vez ya lo habría logrado, había muerto.

-----------------------------------------------------------

Lentamente abrió los ojos, ¿Donde estaba?, Se preguntaba, era un hermoso valle, lleno de flores, por todas partes, el sol resplandecia, y todo estaba iluminado, por alguna razón, no quemaba, o sentía calor, era una temperatura perfecta.

Vio a lo lejos un puente, un puente café, que brillaba, lo incitaba a cruzarlo e ir a ese otro lado, que le llamaba tanto la atención.

Conforme se iba acercando, vio una figura, una figura familiar, ¿sería el?, Veía como observaba el paisaje, pero no tenía intenciones de cruzar aquel puente en donde se encontraba.

La figura volteo hacia el, su hermoso cabello rubio, sus ojos azules, como brillaba gracias al sol amarillo.

- ¿Sasuke?- dijo el rubio.

Ahí estaba, la razón de todos sus problemas, esa voz que hacía tanto deseaba escuchar, verlo a el, verlo con vida, si así se pudiera decir.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, lágrimas de felicidad, al fin, al fin estaba donde pertenecia, junto a su rubio, ya todo estaba bien.

- Naruto- dijo entre sollozos, acercándose a él.

Naruto, dió un paso, hacia atrás, no podía creer que se tratara de su esposo, pero ¿Qué hacía el ahí?.

- Sasuke, ¿Qué haces aquí?.

- Vine, para poder estar contigo, te necesito.

- Teme, aún no es tu hora- dijo tranquilo.

- No importa, ya estoy aquí, mi vida sin ti, no tiene sentido, estoy solo.

- Eso no es cierto, tienes una familia, amigos, que se preocupan por ti, una hermosa hija, nuestra hija, no puedes dejarla sola, no debes.

Su muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora