Bath.

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Hay una historia detrás de la amistad secreta tan... singular, que manejaban Yaoyorozu, Todoroki y Bakugō y esta era en definitiva lo que muchos podrían interpretar como algo más.

Era más obvio que el cielo azul y la vida misma que Momo amaba a ambos chicos, que ellos eran la farola que guiaba sus pasos en la obscuridad de sus inseguridades, sus miedo, etc.

Era súper obvia la forma en la que Shotō le sonreía dulcemente a Yaoyorozu y como sus mejillas se coloreaban cuando pensaba en Katsuki.

Era obvio que Bakugō se cogía a ambos y que eran las únicas dos personas en el universo por las que daría, no solo uno, si no que sus dos testículos y que lo hacían sonreír desde el corazón.

Momo, como la vicepresidenta del grupo A, sentía la responsabilidad de ayudar a todo su salón en todos los aspectos posibles; tareas, algun concejo sobre como manejar su quirk o alguna traba personal que tengan, ella siempre está ahí para apoyar indiscriminadamente.
Como la vez primera vez que fue en contra de lo que sus padres le enseñaron y fue en rescate del explosivo rubio junto con Kirishima, Iida, Midoriya y el propio Todoroki justo después de que recibiera el alta del hospital. Su cuerpo aún titiritea al recordar el miedo que sintió cuando All for One se mostró y derrotó en un parpadeo a todos los héroes y policías que estaban ahí. Había tomado fuerte mente el hombro de Kirishima para evitar que tanto Todoroki y Midoriya -quienes estaban siendo sostenidos por Iida- salieran en ayuda del héroe no. 1.

—Oh, caracoles –maldijo Momo sintiendo como Bakugō se removió entre sus pechos riendo de la forma tan educada en la que decía "palabrotas".

—¿Ocurre algo? —Todoroki bajo la mirada a la pelinegra, parando la caricia en el bícep izquierdo de Katsuki.

—Oh, es solo que olvidé mi shampoo en mi habitación –confesó apenada; a ella nunca se le pasaba algo pero era que últimamente le daba vuelta a todo, en especial en las noches que dormía sola y se ponía a recordar las situaciones que la han hecho llorar y recriminarse sus decisiones del pasado que llevaron al fracaso o a alguno de sus amigos herido.

—Si quieres usa de aquella botella –Shotō apunto a una botella transparente con una etiqueta azul celeste y decorado con un par de dibujos de hojas de menta —es de Katsuki, pero creo que es igual al que usas y-

—¡¿Y A TI QUIEN MIERDA TE DIJO QUE PODIAS OFRECER MI PUTO SHAMPOO, MALDITO ESTÚPIDO MITAD Y MITAD?! –de entre la comodidad del pecho de Yaoyorozu, saltó Bakugō recriminado al de ojos heterocromos.

Momo puso una mano en su mejilla y le sonrió con las propias sonrojadas —No te preocupes Katsuki-san, no tienes que molestarte.

—No me molesto, tetas de vaca- –como por arte de magia, él se calmó y volvió a su cómodo lugar en Yaoyorozu con la diferencia que ahora su pecho chocaba con el vientre de ella, con su izquierda paso su mano hasta atrás donde abrazo la cintura de Todoroki y con la derecha comenzó a darle suaves caricias bajo el agua de la tina en el muslo de la chica —lo siento –se disculpó cuando recibió una mirada de regaño de su compañero —usa el shampoo, aunque oleras a mi –advirtió el rubio bajando un poco más la cabeza hasta quedar en medio de ambos pechos.

—Él tiene razón –dijo Momo aventando con delicadeza su cabeza al hombro de Todoroki —imagina cuando llegué a clases oliendo a Katsuki-san. No quiero que Mina-san pregunte algo indebido o que se haga ideas erróneas.

—Correctas –corrigió Bakugō sonriendo contra su piel —no muy alejadas de la realidad.

—Bueno, si –admitió ella algo cabizbaja.

—Pero si se hace un chisme grande y llega a oídos indebidos sabes lo que ocurrirá. Natsuo o mi padre me van a quemar vivo, luego me revivirán y volveré a ser quemado.

—Y si mis padres se enteran... –un escalofrío hizo que todo en ella se erizara, siendo percibido por ambos jóvenes —lo menor que harían seria llevarme fuera del país y la más grave...- –no pudo continuar, porque Katsuki la había besado en los labios mientras que Todoroki desde su espalda masajeaba sus hombros y besaba su cuello haciendo a un lado la cortina de cabello negro mojado que se pegaba en la espalda de ella y en el pecho de él.

—No voy a dejar que les hagan algo o les separen de mi –Katsuki, siendo él, vio los ojos negros de Momo. Eso no era una promesa vacía, no era un "posiblemente", lo que él decía era la realidad —a ninguno de los dos –ahora fue el turno de Todoroki al que le plantó un beso en los labios —lo juro como que soy rubio.

Los tres rieron cuando Katsuki hizo su cara de seriedad.

Bakugō se separó de Momo y se sentó de rodillas en la tina, quedando frente a su novia y su novio —Ahora, la pregunta por la que te ganarás estar arriba la próxima ronda de cogidas con el señor feo y con esta preciosidad –Momo no aguantó la risa y se tomó el estómago tapando su boca, pues a las 3 de la mañana todos en el dormitorio seguro que estaban dormidos.

—Más respeto para el que te pone en 4 idiota –con seriedad Todoroki abrazo a Momo por debajo de sus pechos alzandolos y recargando su barbilla en la coronilla de ella.

—Si, si, si, a la chingada –Katsuki se acercó lo poco que la pequeña tina de baño le separaba de ambos cuerpos de sus amantes y les dijo —¿Están listos para el round 3?

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Van a ser cortos, pero com mucho amor ❤

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