I write sins not tragedies

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Un hombre con vestimenta elegante de aproximadamente unos 34 años, se encontraba vagando en las silenciosas y putrefactas calles de la ciudad en la que ahora vivía. No se encontraban personas alrededor, únicamente eran él y su sombra... puede ser que de noche todos prefieren estar en casa ¿verdad?

- ¡Oh! Pero... qué sonido tan repulsivo mis oídos escuchan- El hombre se giró de forma inusual como si estuviera danzando algo tan característico de él. En seguida se dirigió a la iglesia frente a él.

Entró sin que nadie se percatara de su llegada.

En la iglesia se llevaba a cabo un acto bello, ante los ojos de los mortales, lo que todos sueñan alguna vez... se celebraba una boda.

Recorrió las bancas por el pasillo de la iglesia y no pudo evitar escuchar un intercambio de palabras, que desde lo más profundo de su corazón le repugnaba escuchar.

"Te amo..." ¡Yo también!

"¿Qué hermosa boda?" Le dice una dama de honor a otra Todos los invitados en el lugar se encontraban cautivados por el impecable romance de la joven pareja.

- "¡Pero qué hermosa boda!"-Dijo el hombre en tono burlesco. El hombre se encontraba parado sobre una de las bancas para que todos los presentes pudieran verlo.

- ¿Y quién es usted para opinar? -Dijo el padre de la novia, molesto por ver a un Don Juan opinando sobre la boda de su hija. El hombre lo ignoró, por el momento no le interesaba el notable señor. Él quería divertirse y sería a través de hurgar en la vida de los demás.

- ¿En que estaba? A sí, es una hermosa boda. Lástima que la novia... -acercándose a la chica, mientras simula besarle la mano- sea una ZORRA.

Los invitados quedaron desconcertados por la fuerte declaración de aquel desconocido. Que ante sus ojos lucía como un predicador infernal. Cuchicheos rondaban por las paredes de la iglesia. El padre de la novia, rabioso y al mismo tiempo incómodo; chilló:- ¡Saquen a este bruto de la iglesia! ¡Ya!

Los muchachos al escuchar al notable señor, inmediatamente obedecieron la orden y echaron de la iglesia al repugnante visitante.

-Por favor Padre puede continuar con la misa. –Dijo la madre de la novia tratando de calmar la situación. El Párroco asintió y continuó con la homilía. Los murmullos pronto cesaron y todos se hicieron de la vista gorda de lo sucedido anteriormente.

La misa continuó, tras media hora de rezos y Dios te salve finalmente se escuchó un acepto por ambas partes, para proseguir con un casto beso. Los invitados aplaudieron con delirios hacia la futura pareja.

Lástima que esto no es un cuento de hadas donde exista un final feliz...

Terminada la ceremonia, la pareja se tomó fotografías con los invitados, que posteriormente quedarían colgadas en la pared de su monótona vivienda.

Los presentes les dieron su bendición, aunque no lo sintieran y solo hayan asistido por la "exquisita" comida que servirían en el evento, y los nuevos chismes que surgirían con tan relevante celebración.

Nadie imaginaba lo que pasaba por la mente, de cierto hombre elegante. Que apresurado tomó el tranvía que lo llevaría a su macabro destino...

Llegó a una lujosa mansión, engalanada con luces y exquisitos arreglos, traídos de todas partes. Se encontró de pronto sentado en una de las mesas alejadas de los invitados ruidosos, para unirse al brindis junto a todos los invitados, por la joven pareja que en unos minutos llegaría para continuar con la celebración. Esperó a que le llenaran la copa con champan fino, mientras ponía orden a sus alocados pensamientos.

La espera valió la pena, la pareja por fin hacía su aparición y los presentes aplaudieron emocionados.

-Nuestro matrimonio está salvado, esto merece un brindis, así que sirvan el champan. ¡Sirvan el champan que estamos celebrando! - Dijo el hombre elegante con un tono de superioridad y burla mientras sonreía. Ignorándolo, los meseros coordinadamente sirvieron en las copas vacías de los invitados para luego servirles a los novios.

Todos elevaron sus copas representando un acto excepcional. El poco alcohol del champan pasó quemando la garganta seca de nuestro invitado. Algo capto su atención, el novio se encontraba conversando con unos invitados, pero.... ¡Oh! ¿Dónde se encuentra la novia?

El hombre elegante se retiró del salón, para encontrarse con algo que deseaba ver desde hacía mucho tiempo. Haciendo que su rostro se llenara de una falsa sorpresa.

Regresó al salón donde se realizaba el evento. Las personas se encontraban bailando y disfrutando de la fiesta. El novio se encontraba solo y tenía una pinta de aflicción. El hombre elegante recordó la discusión que tenían el novio y la novia después de entrar al evento...

- ¿No entiendo que hace él aquí? –dijo el novio molesto. -No entiendo cómo haz invitado a tu expareja y más si lo recibes con tal confianza...

-Mi padre lo invitó, acaso querías que no lo saludara. –Dijo la novia excusándose.

-Pero eso no significa que tengas que tratarlo "tan amablemente". –Dijo el novio con insinuación.

-Acaso me estás diciendo que estoy haciendo algo mal-Dijo ella llenándose de un aire inocente.

-Solo no dejes que los invitados fisgoneen, no nos conviene que levanten rumores, ¿de acuerdo? - Dijo el novio furioso para posteriormente abandonar la habitación.

Después de recordar tal discusión el hombre elegante se dirigió hacia el novio. Muy cerca del oído, le dijo: – ¿Sabes dónde se encuentra tu devota esposa? -El novio lo vio extrañado, pero al mismo tiempo intrigado. - ¿Por qué? ¿Acaso la ha visto?

-Puede ser que la haya visto afuera...- indicó el hombre elegante.

-La has visto, sí o no. Responde de una buena vez. –Dijo el novio indignado.

-No lo sé... mejor mira por tu cuenta - dijo el hombre elegante, casi jalando al enfadado novio.

El hombre elegante junto con el novio caminó hacia el patio donde encontraron a la novia besando al hombre por el cual habían discutido anteriormente. Así es... era el ex novio.

- ¡Pero como te atreves! –Dijo el novio viendo decepcionado a la mujer que amaba.

-Lo siento, pero no te amo. –Dijo la novia de una manera tosca.

El novio, con cólera tomo un jarrón y se acercó bruscamente al ex de su prometida y empezó a golpearlo muchas veces hasta hacerlo sangrar.

Los invitados estaban gritando y se encontraban en pánico al ver semejante cuadro. Intentaron detenerlo pero el novio ya no se encontraba con cordura. Cuando descubrió que el hombre estaba muerto se acercó a la novia y la tomó del cabello para arrastrarla por todo el patio hasta llegar al salón donde se celebraba la boda.

La golpeó un par de veces y luego tomó una veladora para quemar el lugar una y otra y otra hasta que finalmente comenzó a arder todo y con ello quemar el amor que alguna vez sintió por ella.

El hombre elegante se sentía realizado y bailaba efusivamente entre las llamas de esa trágica historia, sonriendo como un loco.

-Adoro los finales felices...alcanzó a escucharse en medio de los gritos ahogados de los invitados.








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¿Porque crees que hizo todo esto el hombre elegante?

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