Marcas del pasado.

Build god, then we'll talk

Desde que el Chico elegante fue rechazado por su amado amigo, su complemento, el que lo comprendía, la única persona que lo quería en este jodido mundo, decidió maldecir al amor frente a la fogata para quemar todos esos sentimientos que lo llevaron al sufrimiento.

Decidió irse para nunca volver, al fin y al cabo ya lo había perdido todo. Bah... ¡No le quedaba nada en ese lugar que lo vio crecer!

Decidió refugiarse en los placeres que le brindaban el alcohol, las drogas y una vida sexual descontrolada. Estaba cegado por estos manjares, imaginando así que su vida no era tan asquerosa.

En medio de muchas locuras, hizo de las calles su hogar. Los valores tan preciados por la raza humana en su vida, no tenían lugar. Si querías sobrevivir en un mundo que te arrebataba todo tenías que jugar sucio.

Poco a poco la cordura abandonaba su cuerpo y su nuevo vicio ingresaba por todo su ser. Sentía que todos sus males desaparecían con cada acto sexual, no importaba si eran hombres o mujeres, todos eran iguales al entregarse al placer que les brindaba el sexo desenfrenado.

Un día se encontraba tomando en las nefastas calles, la gente lo miraba con asco y desprecio. Se creían los Dioses de este mundo para juzgar a una persona. Igual a él no le afectaba.

Un hombre gordo de dinero y con vestimenta elegante se le acerco y se agacho hasta su altura. Le acaricio como un hombre lo hace al ver a un ser inferior. Como acariciar un perro.

-Pobre criatura inmunda, sin un propósito para su miserable vida, sin un rumbo. Sígueme y obedéceme te daré un propósito para seguir viviendo. Te haré un hombre recto

Y así fue como nuestro hombre elegante entro al espectáculo nocturno, un espectáculo que disfrutaban las personas en secreto. Un espectáculo oculto al ojo humano al que solo podías llegar si tu alma estaba en el infierno.

Era un espectáculo que a nuestro hombre elegante enorgullecía tanto, que podría ser considerado sublime como lo más innovador en el área de espectáculo.

Es la fantástica, única e inigualable "porno mime".

Las personas de alta sociedad hacían fila para ver a un mimo alburear el acto que crea una nueva vida. No querían ver algo dulce como lo pintan todos los demás, querían ver con sus propios ojos sus deseos más carnales siendo cumplidos.

Una muchacha rubia hija de papá y mamá adinerados se adentraba a un mundo de deseos y placer.

Nuestro hombre elegante de 25 años aproximadamente se presentó ante su público con elegancia como solo él lo podría hacer.

Su rostro se encontrada cubierto de una capa de maquillaje y su vestimenta era una camiseta blanca con rayas rojas, un saco blanco al igual que su pantalón y un bonito sombrero cubría su cabeza.

El público estalló en aplausos pese a no haber visto nada aún, nuestro mimo con sus manos les pidió que callaran para poder dar así inicio al show.

Con su mano derecha simulo bajar el cierre de su pantalón para sacar su miembro... el público con ojos llenos de lujuria miraba como el mimo penetraba a una mujer invisible.

El hombre movía sus caderas tan rápido para simular las embestidas. En el momento del clímax simuló golpear el trasero de la chica.

El público quedó encantado esperando volver para poder saciar sus deseos. En especial la chica rubia que quedó hipnotizada por el mimo, deseando algún día ser a la que embestían.

Ella fue a todas las presentaciones quedando fascinada por los actos que se realizaban ya que nunca eran iguales. En algunas ocasiones eran chicas en otros hombres, incluso hubo momentos en los que eran varios.

Al finalizar el espectáculo, el mimo fue a su camerino a tomar una botella de alcohol, últimamente lo que hacía no llegaba a satisfacerlo como antes, así que volvió a refugiarse en el alcohol.

La chica rubia no podía esperar más para conocerlo, así que se dirigió al camerino.

Lo encontró bebiendo y le pregunto si podía acompañarlo a beber. El actor aceptó dando inicio a una extraña relación.

La muchacha volvió a darle hasta cierto punto la estabilidad que necesitaba. Aunque el hombre al ya no tener todos sus sentidos cabales empezó a creer que realmente era un mimo.

Ya no hablaba, pero eso no importa. En su relación todo prosperaba de maravilla tenían citas, paseaban en bicicleta, incluso vivían juntos, todo era perfecto.

Aunque uno no puede olvidar el pasado, el mimo regresó a consumir drogas, emborracharse y discutir tanto con su novia. Le había prometido que dejaría el espectáculo para concentrarse en ella.

Pero...la chica se dio cuenta que no podría esperar de él nada más que el placer sexual. Nadie cambia realmente, mientras el mimo follaba a un chico invisible frente a muchas personas que lo ven con fascinación la chica llego a verlo con vergüenza.

Lo vio fijamente a los ojos buscando su la mirada remordimiento y culpa. Pero lo único que encontró fue unos ojos vacios.

Al terminar la función fue a casa para tratar de arreglar lo que quedaba de su relación, pero, encontró a su novia disfrutando del placer que le otorgaba un hombre. Uno que era real...

El mimo explotó de furia que tomó un cuchillo de la cocina y lo apuñaló muchas veces, lo golpeaba y descargaba en él toda su ira. La chica trataba de detenerlo, pero era imposible, el mimo se había convertido en un monstruo.

El mimo luego de asesinarlo se retiró de la habitación. Ese día había matado a un hombre y con él sus sentimientos.

Dulce es también a la feroz venganza,

Que no obedece al tiempo ni al olvido,

Los sedientos rencores que ha sufrido

Apagar entre el fuego y la matanza.

A un bien aspira todo vicio humano
teñida en sangre, la ambición impía

Sueña con el mando y el laurel glorioso.

La envidia de Alberto Lista

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