Lets kill tonight

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Hay cosas que están destinadas a pasar y por más que se quieran evitar van a suceder. Así está decidido, tienes que aceptarlo.

Cómo dos niños que se conocieron en el mismo campamento al que sus padres decidieron llevarlos para no verlos por un tiempo.

El niño mayor era hijo de una madre alcohólica que no le interesaba en absoluto su hijo. Ella lo miraba como una carga y deseaba que desapareciera de su vida. Mientras que su padre los abandono cuando supo que la venia en camino a este podrido mundo.

Mientras que el más pequeño provenía de padres adinerados que lo único que les importa es el dinero.

Aunque los dos fueran de distintas clases sociales no les importaban esas cosas de adultos hipócritas, era más importante ver quien corría más rápido, quien comía más galletas o quien hacia las mejores travesuras.

A pesar de no tener las mismas edades se divertían mucho al punto de volverse inseparables. Excepto cuando terminaba el campamento.

Ese era el momento más triste en sus jóvenes vidas, el tener que despedirse. Aunque regresaran a sus vidas "normales" sus corazones estaban en ese campamento y ansiaban regresar para volverse a encontrar.

Así pasaron los años, los niños iban siempre al campamento y disfrutaban de la compañía del otro, su amistad se sentía eterna hasta esa trágica noche...

Los dos amigos ya adolescentes se encontraban teniendo una charla profunda en frente de la fogata. Todos los demás ya habían ido a dormir y solo ellos se encontraban.

La conversación había cambiado ahora hablaban sobre amor. El chico mayor (que se convertiría en el señor elegante) decidió atreverse a hacer algo que deseaba desde hace mucho. Decidió a cruzar la línea que divide la amistad y el amor...besó a su mejor amigo.

Había sido un beso tan inocente pero que traería consecuencias. Imaginó muchas cosas, pero jamás, ser rechazado.

Su amigo lo empujo y lo maldijo, "No seré amigo de un marica como tú, si te vuelvo a ver cerca de mi te mataré. ¡Fenómeno!" -Dijo para luego irse y dejar a su amigo con el corazón roto.

El chico elegante maldijo al amor frente a la fogata para quemar todos esos sentimientos que lo llevaron al sufrimiento. Se sentía herido, había sido rechazado por su ser amado, su complemento, el que lo comprendía, la única persona que lo quería en este jodido mundo. Al perder a la única persona que quería decidió irse. Igual nadie lo esperaba en casa.

El tiempo pasó y el niño menor jamás volvió a ver a su amigo, a pesar de ir todos los años al campamento su amigo nunca volvió. Lo extrañaba tanto pero, no podía buscarlo.

¿Qué pensarían sus padres? ¿Qué pensaría la sociedad? No quería ser tachado como un anormal y recibir tanto odio.

Aún recuerda el día que charlaba con su padre e inocentemente dijo que quería casarse con su amigo. Al tener tan solo 7 años no sabía el peligro de sus palabras. Su padre al escucharlo lo golpeo muchas veces y le dijo que jamás tendría un hijo MARICA.

Por eso ese día actuó así con su amigo. Él esperaba que algún día su amigo lo perdonara.

Así que el cariño que le tenía a su amigo prefirió guardarlo muy en el fondo de su corazón y lo mejor era convertirse en lo que querían sus padres.

Con el tiempo olvidó quien era en realidad, le vendió su alma a la sociedad y a las apariencias para convertirse en un gran hombre como lo es hoy ¿No es cierto?

Era el presidente de la compañía, era guapo y adinerado, además, pronto se comprometería con una hermosa mujer. Era lo que siempre soñó o eso quería creer.

Marcas del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora