Un Futuro Diferente.

Capítulo 26. Hojas Silenciosas.

La nieve caía suavemente sobre la tierra. En las zonas más altas, incluso se quedó allí hasta hace poco. El cielo estaba cubierto de nubes grises y cubría toda la cordillera con un velo profundo.

Bulma se acurrucó más en la chaqueta de plumas que Milk le dio antes. Ella estaba tan fría. Fue un error irse con tanta prisa. Pero quién hubiera adivinado que deberían esperar afuera por las próximas malas noticias.

Cuando miró a Vegeta, solo se congeló aún más. ¿Cómo podría no tener frío allí, por favor? Simplemente se sentó junto a ella en su camiseta sin mangas y la miró todo el tiempo en la distancia. Un punto que simplemente no podía distinguir con sus ojos azules. ¿Había arreglado un lugar o simplemente estaba perdido en sus pensamientos?

"¡Creo que Gohan está llegando al fin!", escucho detrás de ella y miró por encima de sus hombros.

En efecto. Solo unos metros separaban a Gohan de su portería. Lo vio saltando por los campos. En su mano derecha tenía una pequeña bolsa. Semillas de Ermitaño.

Incluso si no creía que funcionaría, solo esperaba que lo hiciera. Esperaba un milagro.

"¡Bueno, finalmente llegaste! ¿Dónde has estado durante tanto tiempo? "Dijo Yamcha cuando el pequeño medio Saiyajin se les acercó.

Pero no respondió a su pregunta en absoluto, simplemente se abrió paso entre los Guerreros Z, abrió la puerta principal y entró en su casa. La puerta se cerró de nuevo abruptamente.

Y de nuevo esta eterna espera por novedades. Bulma suspiró y miró hacia el lago frente a ellos. Lenta pero constantemente, estaba demasiado helado afuera. Solo en unos pocos lugares podía todavía ver el agua clara.

El frío ya había perforado su ropa, por lo que sintió brevemente una puñalada en el estómago. Sacudió su mano izquierda sobre él y al mismo tiempo notó la mirada del príncipe sobre ella.

"¿Qué sucede?", Preguntó rápidamente, siseando.

"Nada. El frio, supongo. ", Ella solo respondió y notó nuevamente como el pequeño dolor desaparecía.

"Deberías entrar." Ella negó con la cabeza obstinadamente.

"Quiero quedarme contigo."

Ella escuchó un bufido y él apartó la mirada de ella de nuevo. Bulma tuvo que sonreír levemente a pesar de esta extraña situación. Las palabras de Goku volvieron a su mente y pensó por un momento cómo había sido su actitud hacia él hace unos meses.

No confiaba en él. Al menos no del todo. Había explotado cuando se enteró de que Vegeta se estaba quedando con ella. Que ella lo había acogido.

Su mejor amigo acababa de contarle sus pensamientos que aún tenía que decir. Quería explicarle por qué lo había dejado vivo entonces. No podía explicárselo exactamente, pero estaba en un conflicto complicado en ese momento. Por supuesto Vegeta y en ese momento sus otros dos compañeros de armas intentaron conquistar la Tierra. Pero, de nuevo, eran de una misma raza. Una familia a la que Goku nunca había pertenecido, pero que de alguna manera tenía un vínculo.

Quería darle una segunda oportunidad. Que esta oportunidad resultaría ser tal que ella se enamorara de este Saiyajin no había sido de acuerdo con su plan. El adorable Saiyajin se había preocupado cuando escuchó la conversación. Confiaba en Vegeta hasta tal punto que ya no quería conquistar o incluso destruir la Tierra, pero tampoco le confiaba a su mejor amigo. Simplemente había crecido en esta aprensión y solo volvió a salir cuando estaba tratando de hablar con él en ese momento.

Solo desde ese día pudo decir con certeza que Vegeta ya no significaba peligro. Solo tuvo que mirar cuidadosamente a Vegeta para entender cuántos sentimientos había en él. Y la mayoría de ellos pertenecían a Bulma. Solo a ella.

"¡Oh no!", Dijo Krillin.

Bulma fue arrancada de sus pensamientos y miró brevemente al ex monje. Sus rasgos se descarrilaron y los rostros de los demás parecían horrorizados.

"Exactamente ...", comenzó de nuevo y los demás apretaron los puños, "... el aura de Goku se había extinguido, él ha muerto."

Su corazón se sentía como si acabara de detenerse con su mejor amigo. Lágrimas que inmediatamente intentaron salir por el rabillo del ojo. Sus ojos se pusieron vidriosos y se volvieron tan velados como el cielo sobre ella.

Su cabeza se estiró hacia Vegeta y entró en pánico por su mano izquierda. Al instante lo vio en la hierba. Fue enterrado convulsivamente en el suelo. Como por un motivo interno, ella puso su mano derecha sobre la de él, notó cómo se relajó por un momento y ella cerró los ojos antes de dejar caer la cabeza sobre su hombro.

Vio a Goku en su mente cuando se conocieron. Las muchas aventuras divertidas que habían dominado juntos. La búsqueda de las Esferas del dragón. El gran torneo de artes marciales en el que incluso ganó una vez ...

Todo eso ... ahora era cosa del pasado.

"¡Eso ... eso no puede ser!", Siseó Yamcha y frunció las cejas con furia.

"Pero ... ¿Las semillas de ermitaño?", Escuchó a Tenshinhan ahora.

Chaos comenzó a llorar suavemente.

Bulma respiraba fuerte, por lo que notó la mirada de Vegeta nuevamente. Pero ella no pudo reaccionar cuando él le habló en voz baja. Ya no podía controlar todo su cuerpo. Fue demasiado. Su corazón dolía al pensar que Goku realmente había ... muerto.

"¿Qué le pasa a Bulma?" Escuchó su nombre, pero luego todo se volvió negro a su alrededor y se hundió más profundamente en los brazos de Vegeta.



Su cabeza palpitaba mientras astutamente colocaba sus manos en su frente. Se acostó suavemente, como lo notó a continuación, e intentó abrir los ojos. Solo logró hacer esto con dificultad y tuvo que parpadear un par de veces antes de poder acostumbrarse a la oscuridad.

"Q-qué ..." comenzó, confundida.

"Shhh." Alguien le susurró y ella se volvió hacia esta voz.

Su corazón se iluminó cuando vio a Vegeta a su lado.

"¿Dónde ...estoy?"

"En casa.", Dijo él rápidamente y ella sintió su mano en su estómago, "Tú ... tuviste un ataque de debilidad."

Ella quería sentarse, pero él suavemente la presionó de nuevo en el suave Colchón.

"Te traeré algo de comer", dijo, "Acuéstate ahí".

Se acercó rápidamente a la puerta antes de que ella abriera la boca de nuevo.

"¿Qué ... qué hora es?"

"Las dos de la mañana", dijo y desapareció.

Recordó acaloradamente que había estado fuera de la casa durante más de siete horas. Habían pasado siete horas desde que Goku ...

Como si lo hubiera salvado, sus lágrimas ahora caían por sus mejillas sin impedimento. Ni siquiera se molestó en contener el llanto. Sus sonidos eran desgarradores e insoportables. Tan triste que pensó que la rompería.

¿Por qué tuvo que ser así? ¿Por qué él de todas las personas? ¿Qué hizo él? ¿Acaso este era el destino? Tantas preguntas y, sin embargo, no pudo responder ni una sola.

Cuando escuchó los rápidos pasos de Vegeta, trató de calmarse de nuevo. Probablemente él era como ella en ese momento, incapaz de atrapar al otro.

Justo antes de que el príncipe Saiyajin volviera a entrar en la habitación, pensó en una línea poética que la hizo sonreír levemente y sus lágrimas se secaron.

»Las vidas humanas son como hojas que caen silenciosamente,
no puedes detenerlas en su camino. «
(Autor desconocido)