Facciones

436 34 5
                                    

LISBON:

No sabía nada de él desde que le vi caer en el suelo. No se si se encontraba vivo o muerto. Mi pecho no se hinchaba y el oxigeno no entraba. Era incapaz de relajarme, todo este tiempo me estuvo acompañando y no me fijé en que su herida seguía sangrando, solo me fijaba en mí cuando era él el que tenía una herida y yo , y yo no tenía nada. Que egoísta, soy una egoísta que no ha soportando que Jane pueda mover pagina. Él necesitaba irse a Mexico y pasar página y yo me enfadé con él por dejarme aquí, sola. Llevaba dos años pensando en que hubiese pasado si simplemente le hubiese pedido que se quedase, si le hubiese besado cuando pude y le hubiese acompañado a esa iglesia. Que hubiese pasado si la policía le hubiese atrapado, así por lo menos estaría cerca de mi y le podría ver. Fui una egoísta estando mal y enfadada por algo que él necesitaba hacer, podía haberme pedido ir con él, pero la verdad es que le hubiese dicho que no, que no iba a dejar mi vida atrás por escapar con él de la policía. Pero si hubiese llegado a saber como lo pasé durante estos dos años en los que he tenido que levantar sin saber si él estaba bien, sin poder verle la cara , sin poder conversar con él, sin poder abrazarle o pegarle. Sin él. Si hubiese sabido como lo pasé hubiese ido sin pensármelo dos veces. Pero, pero yo no sabía si él querría lo mismo que yo, si me sigo comportando como una egoísta y solo le quiero porque me hace feliz aunque yo a él no. Igual el necesitaba ir a Mexico solo y pasar página el solo. Pero ahora, ahora no podía pensar con claridad simplemente estaba aterrada, aterrada a perderlo para siempre. Ya no serian dos años en los cuales yo sabía, por lo menos por las cartas, que estaba vivo. Si esta vez, si esta vez mu-muriese, y así saber que no le volvería a ver nunca, que nunca más podría hablarle, reírle , tocarle ni sentirlo, todo iría peor que esos dos años. Y no puedo ni imaginármelo. Me levanté como pude de la cama, cogí la vía y caminé hasta toparme con algún medico que me pusiese explicar que le había pasado. Caminando a duras penas me fijé en una habitación con un hombre rubio en su interior, miré bien por el cristal y ahí estaba, dormido o eso quería creer. Estaba muy pálido y sus labios habían dejado de ser rojos a ser morados. Abrí la puerta con cuidado y un pensamiento entró de golpe en mi mente. Estaba muerto? No , no podía ni pensarlo, no tenía sentido. Porque iban a dejar a un muerto así sin tapar y a vista de todo el que pasase por delante, pero ese miedo no se iba, no desaparecía por mucho que lo intentaba. Alguien interrumpió mis pensamientos.

- Señorita, no puede estar aquí - un médico había entrado.

- Pe-perdone - me coloqué el pelo bien y me quité alguna lagrima que me había caído - Es mi compañero, soy del FBI. Es que - cogí aire - necesitaba saber si estaba vivo, esta vivo? -

- Si lo está, por los pelos. Había perdido mucha sangre y se estaba desangrando. Menos mal que estaba en el hospital y pudimos atenderle rápido porque si no hubiese fallecido - bien, estaba vivo, era lo único que me importaba ahora - Ahora por favor, si puede volver a su habitación -

- No puedo quedarme aquí hasta que despierte, quiero saber como se encuentra - le dije con un tono un poco desesperado.

- No lo siento mucho. Le diré a una enfermera que te avise cuando despierte - asentí apenada, pero no tenía nada que hacer. Yo tampoco estaba bien, me estaba empezando a encontrar mareada y necesitaba tumbarme.

- Lisbon? -

- Cho, Abott - saludé sorprendida al encontrarme a mi jefe y compañero en la entrada de mi habitación.

- Que tal estas? - me preguntó Cho.

- Mejor que antes, recuperándome -

- Y Jane? - preguntó Abott.

- No lo se , solo me dijeron que estaba vivo. Se-se había caído delante de mi y se lo llevaron un montón de médicos. Me levanté y fui a buscarlo, lo encontré y hablé con un doctor. Me dijo que se estaba desangrando y que tuvo mucha suerte de salir con vida - mi voz se estaba rompiendo y un nudo en mi garganta me quitaba el habla - Ya no me han dicho nada más -

Nunca va a haber un ADIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora