☾ T h i r d.

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A la mañana siguiente Jungkook se sorprendió al igual que su madre al escuchar el timbre a esas horas.
El joven fue a abrir para encontrarse con el pálido con el mismo semblante serio de siempre.

Por unos segundos se perdió en el recuerdo de aquella bella risa que tenía aquel chico.

— ¿Quién es, kookie? — la suave voz de su madre lo trajo a la realidad.

La señora al no recibir una respuesta rápida se decidió por averiguarlo por su cuenta. Su sorpresa fue enorme al ver a un Alfa de aspecto imponente a pesar de su corta edad, además nunca supo que su pequeño tenía más amigos que Jimin.

— ¿No me lo vas a presentar? — preguntó ofendida.

Jungkook se disculpó con la mirada antes de que su madre llevará a su nuevo amigo a la sala para hacer sabe qué cosas. Yoongi prefirió acelerar el proceso pues paciencia es lo que menos tiene.

— Soy Min Yoongi, voy en el mismo salón que Jungkook y solo somos amigos.

Hizo énfasis en la palabra amigos para espantar locas teóricas de la mente de su madre la cual lo miro complacida.

— ¿Y Jimin?

Jungkook sintió un balde de agua helada ser volcado sobre él y su lobo bajo las orejas al escuchar ese nombre, no podría retrasar lo inevitable.

— Hablamos después de eso, lo prometo. Ya es tarde.

Salió huyendo de su propia casa con un preocupado Alfa detrás de él, subieron al auto del pálido y este arrancó.

— ¿Te sientes bien?

— Si, solo me preocupa su reacción...

Su lobo estaba al pendiente del Omega mientras el conducía, la mirada pacífica en el chico daba a entender que no volvería a ver la expresión triste en aquel rostro y el se encargará de eso.

Cuando aparcaron cerca de la escuela Min se sintió observado y estaba más que claro que el azabache era el dueño. El pálido con el afán de molestarlo un poco se apresuró en bajar para abrirle la puerta al Omega. Este agradeció con su descomunal sonrisa.

Apenas iban a entrar a su aula un tirón detuvo al castaño.

— Tú y yo vamos a hablar — ordenó el rubio.

Antes de que el pálido fuera a actuar Jungkook con la mirada le pidió que esperara.

— No tenemos nada que hablar — dijo entre dientes para y tirar de si mismo para safarce del agarre.

— Hablabas en serio con que no querías volver a verme — dijo con falsa sorpresa —. Bien, yo no te voy a rogar.

Dicho esto se fue perdiéndose de su vista. ¿Qué pasó por la mente de Jeon? Fácil, se pregunta qué sucedió con el dulce chico que era su mejor amigo, ahora solo sentía repugnancia de aquel joven que desconocía por completo.

El castaño no se dió cuenta en que momento Yoongi sujetó su mano y lo guío hasta un asiento al ver que no se movía, el pálido en realidad estaba de acuerdo con su lobo que no dejaría el risueño perdiera su rasgo distintivo, su risa.

— Despierta ya, cachorro — se quejó chasqueando sus dedos.

El nombrado sonrió en modo de disculpa y se olvidó de aquel azabache, no lo necesita ni ahora ni nunca.

Las clases siempre son lo mismo, aburridas. Y aquellos jóvenes que nunca antes se habían dirigido la palabra no dejaban de murmurar cosas y reír.

— Si tanto les aburre mi clase para que estén platicando pueden irse...

Se quejó su maestro, un Beta que subestimo al pálido que inmediatamente acomodó sus cosas en la mochila -incluyendo las del castaño- y salió del aula junto al Omega que se veía tan confundido como el maestro.

— ¿Por qué hiciste eso? — exclamó preocupado por lo que fuera a hacer su maestro.

— Era la última hora, no se va a pasar nada.

Al pálido no le importaba el haberse salido de clase antes de la hora y Jungkook no podía regresar. Por dentro su lobo daba vueltas y agitaba la cola con una chispa de emoción al ser una nueva experiencia.

No tenía ni la menor idea de a dónde se dirigía el mayor, pero confía ciegamente en él, por suerte el Alfa no tenía la mínima intención de dañarlo.

El pálido se describe a sí mismo como un Alfa diferente, pues el ni buscaba un/a Omega para pasar el resto de su vida y el olor tan dulce solía causarle dolor de cabeza.
Incluso el dulzor del aroma a gardenias y arándanos que portaba el castaño incómoda un poco.

— ¿Me acompañas a recoger algo o te llevo a casa? — El Alfa sabía que lo acompañaría pero tuvo la cortesía de preguntar.

— ¡Voy contigo!

No fue largo el trayecto, pero para ignorar el silencio prefirieron encender la radio. El lobo del menor estaba al pendiente de Yoongi, para el mal de Jeon su lobo se encariña demasiado fácil.

Se detuvo frente a una casa, el Alfa sacó su celular y tecleo un mensaje a su amigo.

Ya llegué, sal.

Está abierto, entra... Como
siempre lo haces...

No, vengo con alguien

También puede entrar, te voy a dar algo y quieres que salga
qué maleducado.

Podrían seguir discutiendo por mensaje por horas, eso no pasó porque su lobo le reclamó que no debe hacer esperar a un Omega.

— Voy a tener que entrar, ¿Vienes?

El lobo de Jungkook quería seguirlo y acompañarlo a donde fuera, mientras que el sentido común le recuerda lo peligroso que sería entrar a casa de un desconocido acompañado de un Alfa que apenas conoce que pudo fingir ser amigo para...

Olvídalo Jungkook asintió ignorando todo el peligro que su sentido común le advirtió.

— Tranquilo, lo peor que te pasará ahí dentro son pellizcos en las mejillas.

El pelinegro entró como si fuera su propia casa apenas cerraron la puerta detrás de ellos un grito asustó a Jungkook.

— ¡¿Yoongi, es tú pareja?! — Escandalizó sorprendido.

Jungkook lo escruto, por su olor a galletas recién horneadas es más que obvio que es un Omega. Su piel es clara, no tanto como la de el Alfa.

— No. — su tono cortante no pareció hacer efecto con el Omega mayor pero si consiguió estremecer al castaño —. Es mi amigo, Jungkook. Dame lo que me tenías que dar Jin.

El nombrado frunció el entrecejo disgustado por la mala educación de su primo.

— Alfa irrespetuoso — gruñó entre dientes —. Soy Kim Seokjin.

El Omega mayor lo apresó entre sus brazos para después agitarlo.
Jin duró aproximadamente diez minutos elogiando al castaño y lanzando señuelos para saber si era verdad que solo son amigos.

— ¿Me vas a dar por lo que me llamaste o no? — refunfuño el Alfa aburrido.

Jin solo apunto a la mesa donde reposaba una chaqueta de cuero negra, Min se la probó inmediatamente. Su primo es el mejor, pero nunca se lo dirá.

— Gracias...

— Oh por dios, te ves tan guapo — chilló Jin —. ¿Cierto Kook?

El nombrado asintió con una sonrisa, de acuerdo ese Omega ablanda muy rápido su máscara de Alfa gruñón.

— Vámonos, cachorro — le dijo al castaño después de despedirse.

El Omega todo el camino miró al pelinegro, realmente se veía bien con su portada de chico malo y no era un idiota como Jimin y el resto.

Celo con el Enemigo (Jikook)[Adap.]|Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora