CALIDITAS HUMIDITAS

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Mi voz es deseo mi voz es la pluma, mi voz urbanista en vista impedida que impulsa sentidos predice caminos que extinguen fronteras y traza el descenso en tu piel manifiesto

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Mi voz es deseo mi voz es la pluma, mi voz urbanista en vista impedida que impulsa sentidos predice caminos que extinguen fronteras y traza el descenso en tu piel manifiesto. No anhelo la vista en un lienzo perfecto, no anhelo el sentido que historia requiere, fútil inmanencia que el tacto sin ciencia preside de un golpe, un cuerpo que vibra.

Desciendo en el caos, el caos de un cuerpo cuál ánfora espesa en materia forjada de simple apariencia, el caos de un cuerpo vasija floreada que clama en la nada que clama a su infierno.

Desciendo en el aire en la etérea distancia que ausenta la calma que niega el deseo, admiro el suspiro que cede al impulso una brisa genuina, prudencias esquivas que matan las formas, las formas que matan prudencias sabidas y acercan tu cuerpo y abren tu alma, no somos el mundo no hay juicio ni plano no hay tiempo no hay ruidos. Sensibles las pieles que atraen temblores, sensibles las pieles que al paso convidan.

Son dos principales que abordan su escena, humilde el reparto que abarca el proscenio y el diálogo entablan. Tus manos dirigen la injusta armonía, tus manos dirigen la orquesta implacable que ambienta este acto, tus manos dirigen mi mente dispuesta con tacto sensible y salvaje eficacia.

El aire se espesa y condensa en camino a la tierra evadida, al secreto vedado; penetra en el fuego del centro sin guardia que invoca a la diosa que rompe el vacío que extingue así el todo y las flamas se avivan, el clima se excita tormenta sublime no hay hombres de carne no hay sangre profana, no hay juegos de vida, mi voz es el agua.

AERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora