capitulo 5

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Parte 5

Esta vez intenté concentrarme un poco más en las cartas, para no perder, y con un poco de suerte conseguí un hermoso póker de ases; todas aplaudieron ya que era el primero que se veía en el transcurso del juego. Vi que la perdedora era Jisoo. Quería vengarme por lo que me hicieron hacer. Admito mi cabeza ya estaba un poco obnubilada por el alcohol, por lo que decidí dejar de beber, al menos por unos minutos. Pensé en una escena morbosa, algo que lo afectara, porque yo nunca me olvidaría en mi vida de la vez que tuve la verga de Lisa entre mis tetas, y mucho menos me olvidaría del sabor de su líquido preseminal. 

―Hazle un oral a Rose. ―Fueron mis palabras, hasta yo dudaba de haberlas dicho, pero fue lo primero que se me ocurrió. De inmediato miré a Rose y noté la preocupación en su rostro―. Perdón ―le dije sinceramente―. Si te molesta, cambio el desafío.

―Está bien, no pasa nada, ―me respondió con una sonrisa un tanto forzada, debía admitir que la chica era valiente―. Imagino que yo tengo que decidir si ella pasó la prueba o no…

―Así es ―dijo Lisa, totalmente compenetrada en el juego―. Si lo hace mal, va a recibir otro castigo.

Ella deslizó su silla hacia atrás y Jisoo se le acercó con cautela, rascándose su maraña de cabellos negros. No sabía muy bien cómo lo harían, pero Rose me respondió al levantar sus piernas hasta que las rodillas quedaron cerca de sus tetas. La piba era bastante flexible y estaba dispuesta a entregarse por completo. Su vagina rosada se abrió, exponiendo una brillante entrada. Cuando Jisoo se agachó delante de ella noté que había una buena cantidad de espeso líquido fluyendo lentamente fuera del agujero vaginal. Al parecer las mujeres de este grupo lubricamos más que bien. 

Lisa apretó el botón del cronómetro, justo cuando nuestra mayor dio la primera lamida, juntando jugo sexual con su lengua. Rose cerró los ojos, supuse que no quería ver quién se la estaba chupando. Pensé que ésta sería su primera experiencia con el sexo oral, y eso sería intimidante para cualquier mujer. Lo peor de todo es que debía hacerlo con su propia compañera. Ya me imaginaba a la chica, dentro de muchos años, contándole a su pareja: “Quien primero me chupó la concha fue Jisoo”. Éste juego había llegado demasiado lejos, y creo que todas lo sabíamos; pero al mismo tiempo sentíamos una extraña fascinación, y no podíamos detenernos.

La lengua de Jisoo se movía de abajo hacia arriba con gran destreza, de vez en cuando dio algunos suaves chupones al clítoris, haciendo que la jovencita apretara más sus ojos intentando reprimir algún gemido. Era obvio que Jisoo tenía experiencia en el asunto, pero sabía que con su maknae se estaba limitando. Seguramente a varias se la hubiera chupado con más ganas. Empecé a imaginar qué sentiría Rose, y casi sin querer, mi mano derecha terminó sobre mi concha. Empecé a frotarme el clítoris suavemente, como si quisiera imitar los movimientos de la lengua de Jisoo. Si lo que Rose sentía era tan bueno como lo que sentía yo, entonces debería estar pasándola muy bien. Por más enfermiza que pareciera toda esta situación, al menos Jisoo le daría algo bueno para recordar.

Los cinco minutos llegaron a su fin, Jisoo se puso de pie y caminó hasta su sitio, aparentando toda la normalidad que podía darle a esta extraña situación. Rose permaneció inmóvil y se miró la concha, que ahora estaba más empapada que antes, al sumarse la saliva de su Jisoo. A pesar de que yo elegí el desafío, me pareció un verdadero exceso. Una vez más pensé que el juego ya había llegado demasiado lejos, pero no me atrevía a decirlo. Además, al hacerlo, contradeciría mi propio morbo; no podía entender por qué esto me excitaba tanto, sabiendo lo mal que estaba. 

Cuando Rose por fin se acomodó en su silla, pude notar que se llevaba una mano a la entrepierna y la dejaba apretadita ahí, manteniendo las piernas firmemente juntas. 

Blackpink - stripp póker (Lisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora