- No quiero.
- June, tienes que hacerlo. -insistía mi madre por enésima vez.
- No me gustan esas personas, mamá. Tienen algo horrible.
- Es por tu bien, linda.
- ¿Por qué no puedo quedarme como el resto de chicas de aquí?
- No quiero que vivas así, aquí habrán cambios, y es lo que temo. Debes ir a la utopía.
- Mamá, no me importa la utopía. No quiero vivir en la perfección, y lo sabes. Esas personas me dan mala espina. - dije lanzando un montón de ropa desordenada a la maleta.
- De las primeras impresiones no se vive, June. Tienes que conocerlas - reí con sarcasmo.
- No tengo que conocerlas para saber que son malas. Sabes que puedo verlo.
- June, por favor. - me miró como diciendo "hazlo por mi". Rodé los ojos
- Bien, me iré.
~
Eran alrededor de las 8pm y no venían por mí.
-Dime que se olvidaron de mi existencia y me dejarán tranquila. - le supliqué a mi madre mientras colgaba el teléfono.
- No, llegan en 20 minutos.
Fueron los 20 minutos más rápidos de mi vida.
El timbre sonó.
- mierda... - susurré. - adiós casa, adiós vida, adiós campos hermosos ,hola maldita nueva familia, maldita nueva casa y maldita nueva vida.
Guardé la camiseta de mi banda favorita en una bolsa junto con una que otra sábana y una manta.
Me acerqué a la ventana y me extrañé porque parecía como una gran fiesta andante. Distinguí a quien parecí un profesor de Educación Física retirado, muchos jóvenes y unos cuantos adultos.
Pero alguien que llamó mi atención fue un chico de unos veinti- tantos años al que no le veía nada malo. Más bien me llegaba a dar un poco de confianza.
De hecho, era casi la única persona que me transmitía una confianza mínima.
Me despedí de mi familia y suspiré mientras, se podría decir, me cerraban la puerta en la cara.
Al bajar, me recibieron con bombos y platillos. Silbaban, cantaban y se reían.
Podía ver a la que sería mi nueva "familia" a un lado de las personas.
Les lanzé una mirada fría y volteé hacia otro lado.
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Laberinto de sufrimiento.
General Fiction¿Cómo escapar de este laberinto de sufrimiento? Decía en mi libro... - ¿sabe cuál es mi manera de salir de este laberinto de sufrimiento, Doctor? - le dije mirándolo a los ojos. Por obvias razones, no respondió. - hacer sufrir mucho más al causante...