Capítulo 2

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Cuando Remus terminó la señora Weasley se ofreció para continuar la lectura. Como estaban cerca Remus le entrego el libro y se fue a sentar junto a Sirius.

- Capítulo dos. Las cartas de nadie - comenzó.

- Es la carta de Hogwarts - chilló Sirius emocionado sacudiendo a Remus.

La fuga de la boa constrictora le acarreó a Harriet el castigo más largo de su vida.

Cuando le dieron permiso para salir de su alacena, mas allá de ir a clases y hacer las labores de la casa, ya habían comenzado las vacaciones de verano y Dudley había roto su nueva filmadora, conseguido que su avión con control remoto se estrellara y, en la primera salida que hizo con su bicicleta de carreras, había atropellado a la anciana señora Figg cuando cruzaba Privet Drive con sus muletas.

- Pobre señora - dijo  una pequeña Hufflepuff.

Al menos pudo coser varias de las prendas que tía Petunia le trajo de la iglesia, aunque pronto tendría que hacerse de hilo, quizás si iba a cortar el pasto de la señora Figg conseguiría dinero suficiente.

La carta de admisión en el internado llego un día después de que salieron de clase, Harriet se armó de valor y una tarde en la que su tía estaba tomando su té y leyendo una de esas revistas de chisme se acercó a ella con la carta de admisión que debía firmar su tutor.

-Tía Petunia- comenzó en tono sumiso, la mujer bajo su revista y alzo una ceja esperando a que siguiera- En la escuela la profesora de mi clase me ayudo a tramitar una beca en un internado lejos de aquí, me aceptaron, ustedes no tienen que pagar nada y me iré en agosto puedo pasar navidad en los dormitorios y regresaría hasta mayo- Harriet se apresuró en hacer notar que se librarían de ella por diez meses enteros sin ningún costo.

" Ese hubiera sido un buen plan" pensó Harry , "pero mis notas no eran tan altas".
Hermione le pregunto en voz baja, solo para que ellos, si él también tenía esa idea, Harry le hizo saber que no.

- ¡ No puede ir a ese internado! - grito alterado Sirius, que pasó de estar alegre a alterado en una fracción de segundo - ! Debe venir a Howarts!

- Y estoy seguro que no lo hará Sirius, así que siéntate y no interrumpas tanto - le dijo Remus tomándolo de los hombros y empujándolo de nuevo a su asiento. Con una pequeña nota de la mesa hizo que los elfos le trajeran una taza de chocolate caliente  que hizo tomar a Sirius, el cual se quedó más tranquilo en su asiento.

Varios se lo agradecieron en silencio.

Petunia entorno los ojos -¿Y? ¿Qué necesitas?-

-Tú firma, en este documento, es todo, no tienes que comprarme nada, ellos mandaran los libros antes de Septiembre y alguien pasara por mí para llevarme a comprar lo demás, les di la dirección de la Señora Figg así que no tendrás que hablar con esa persona, no te molestaran-

Petunia alargo la mano para tomar el documento que debía firmar, lo leyó frunciendo los labios en algunas partes para después levantarse buscar un bolígrafo y firmar donde le indicaban.

-Aquí tienes, espero que sea cierto que no debemos pagar por nada de ese lugar- dijo Petunia tendiendo los documentos a una muy alegre Harriet.

-No tendrán que pagar nada, conseguí un empleo los fines de semana, ustedes no tendrán que gastar en mí, lo prometo- Harriet guardo con cuidado los documentos en el sobre blanco de aspecto académico.

Leyendo Harry is HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora