One

1K 124 13
                                    

Cualquier falta de ortografía, por favor no duden en comentar.

La noche estaba tranquila, las estrellas podían distinguirse por su enorme ventanal, el río corría mientras los árboles se mecían suavemente con el suave aire que había, era una noche de lo más perfecto para descansar.

Menos para Johnny, quien no había podido pegar el ojo en todo lo que llevaba de la noche sintiéndose extrañamente inquieto, incluso su lobo rascaba fuertemente en su pecho demasiado ansioso para ser normal.

—¡Ya basta, perro estúpido deja de...! —Johnny iba a regañar a su lobo hasta que un estruendo los callo por completo.

Johnny agudizó su oído pidiéndole ayuda al animal en su interior quien le gruñó por haberle gritado pero muy a regañadientes le ofreció su ayuda.

Si no fuera porque era un cambia formas seguramente no le hubiera dado importancia ya que a veces solo son betas podando árboles, pero era noche y simplemente no tenía un buen presentimiento.

Johnny gruño ante la posibilidad, pues no todos los habitantes de esa montaña tenían conocimiento de que ese territorio pertenecía a una manada de lobos.

—Jodidos beta. —Johnny se levantó con irritación de la cama en busca de algunos de sus compañeros para ir a explorar la situación, algo no andaba bien.

Cuatro lobos corrían a gran velocidad, siguiendo al alfa quien los guiaba al lugar del acontecimiento, los lobos se hallaban somnolientos más eso no les quitaba la molestia y la duda sobre lo que estaba pasando.

Johnny tenía un trato con la gente que residía cerca de las montañas, pues muchos sabían que Johnny era más allá que un simple líder, si no que era un hombre lobo y el alfa de los alfas; no era sorpresa que no solía haber problemáticas entre los lobos y los humanos, pues no eran más que ancianos que no solían dar molestias, además que como condición Johnny junto con su manada, les brindaba protección a cambio de una comunidad tranquila.

Por eso es que Johnny no tenía una buena espina acerca de lo que había sucedido y todo empeoró cuando notó fuego y humo, para este punto estaba más que consciente que los betas no podrían haber provocado tal situación y mucho menos a altas horas de la noche; y el presentimiento del alfa líder empeoro cuando distinguió un aroma a sangre a medida que se iban acercando al lugar.

Y cuando llegaron al fuego, Johnny se quedó en blanco por un diminuto momento, la sangre no era el único olor que podía distinguir además del combustible y humo, era algo más, un olor dulzón como un durazno floreciendo. En ese momento no pudo describir que sintió al oler tan delicioso aroma.

Johnny siguió el olor, encontrándose con un hombre sin conciencia tirado en la tierra del bosque no tan lejos de lo que había sido un auto.

Johnny se puso de cuclillas y observó atentamente al desconocido.

Parecía un beta, parecía pequeño a simple vista, no solo por su estatura pues su rostro se veía un tanto aniñado, pero era difícil saberlo con las heridas que tenía, su cabeza sangraba además de que sus brazos y piernas parecían heridos.

—Yuta, ven aquí —Llamó a uno de los alfas, el mencionado rápidamente se dirigió con él. —¿Qué tan mal está? —Johnny pregunta mientras el mencionado se pone sobre una de sus rodillas para comenzar a inspeccionar el cuerpo del desconocido.

—Mmm... Algunas de sus heridas parecen graves y otras no tanto. —Yuta pregunta, agachándose a la altura del herido, observando bien sus heridas y agudizando sus sentidos. —Su corazón late tan débilmente que si no fuera un lobo, ni cuenta me hubiera dado de que sigue vivo.

Mate [Johnil]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora