Los días siguientes seguia vigilando a Guillermo desde la ventana pero sus dos compañeros siempre me cerraban las cortinas lo que me daba poco de donde mirar, solo queria admirarlo un poco más. Un día me atrevi a tocar la puerta de ella salio Frank con una sonrisa y se podian apreciar la voz de cuatro personas más ahí adentro, su quijada cayo al suelo al verme, pase rápido y vi a Guillermo sobre Alex y a sus dos compañeros tirados mirando una pelicula animada, todos voltearon a verme quedando completamente expuesto
- ¿Que haces aqui? - pregunto Guillermo levantandose rápidamente del sillón, al parecer interrumpi la fiesta
- No sabia que te habias arreglado con Alex - respondi en un susurro, la risa socorrona de Frank me hizo girar sobre mis talones - ¿De que te ries?
- ¡Yo los junte chaval! ¿No ves que son tiernos los muchachos? - sonrio con seguridad, rápido sali cerrando la puerta, Me cago en Frank y en sus ideas tontas
Llegue caminando a casa para encontrarme con dos miradas acusadoras, Mariand y Airia, ambas me miraban completamente enojadas. Cerre la puerta y me acerque a ellas sigilosamente
- ¿Donde estabas? - Mariand rompio el silencio y Airia me acerco a ellas en el centro de la mesa donde se encontraban anteriormente tomando café, al ver que no obtuvo respuesta golpeo la mesa - ¿Donde mierda estabas?
- Estaba en lo de Guillermo - respondi nostalgicamente, la risa de Airia me hizo estremecer, algo andaba mal - ¿Que sucede?
- Sucede que eres un idiota, te hemos dicho que no te metas donde nadie te llama, pero claro el señorito escucha a Luzu y le hace caso - dijo con voz burlona cerca de mi oreja, la verdad es que estás chicas a veces me solian sacar de quicio y más ahora
- ¡Me tienen harto! ¡Vayanse de mi casa! - grite furioso, entonces se acercaron y dijeron ''No podemos irnos, Samuel, vivimos en tu mente'' fue entonces que decidi que era mejor acostarme y ponerme a dormir antes de seguir escuchando sus palabras
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Amenme por subir otra parte, en fin, me calmo. Los quiero - y mucho eh -
