-Les pedí un hermanito tantas veces.
-Es mejor así, Dest
Andy detuvo la camioneta frente a la casa que había comprado ocho años antes y que casi no llegó a disfrutar. Era bastante grande. La propiedad en su totalidad ocupaba 5,200 metros cuadrados, tenía dos pisos, seis habitaciones, cascadas, una piscina… En fin, el sueño de cualquiera.
-Déjame ayudarte con esto. –Tomó la mochila y su bolsa, dejando a la joven libre para abrir la puerta de la casa.
-Pensé que irían a comer antes. –Una mujer de mediana estatura salió de la cocina con un libro de recetas en la mano. Tenía grandes ojos color azul y una nariz respingona. El cabello Marron suelto y la piel blanca.
-Bueno… -Andy comenzó-. A Destiny no le pareció buena idea.
-Mis cosas. –Le quitó sus bolsas a Andy de la mano y corrió escaleras arriba.
Andy y ____ se estremecieron con el sonido de la puerta al tirarse.
-Parece que esta casa tiene puertas muy resistentes. –Andy trató de romper el hielo.
-Ni siquiera me saludó. -____ masculló y volvió a la cocina.
Él la siguió. -¿Crees que conmigo todo es miel sobre hojuelas? No pasan cinco minutos sin que discutamos…
-¿Acaso hemos hecho algo mal?
-No creo, ____. Eres una madre excelente. Deben ser las hormonas.
Ella asintió preocupada y continuó con lo suyo.
-¿Qué cocinas? –Andy preguntó.
-Es un pastel... De fresas y chocolate, lo serviré esta noche en mi reunión.
-Parece que todo va bien con tu negocio.
-En efecto. Como siempre soñé.
____aparte de su carrera como actiz y cantante había estudiado diseño de modas, y hace un par de años inició su propia boutique
.
-Me alegro mucho, lo mereces. –Andy se sorprendió a si mismo mirándole las piernas. Largas y perfectas piernas que llevaba años sin acariciar.
-¿Me haces un favor?-Claro.
-Ve con Destiny y revisa que todo esté bien. A veces me preocupa.-Claro. Veré que está haciendo.
Subió los escalones rápidamente de dos en dos y antes de llegar se detuvo frente a la puerta semi abierta de_____. Su antigua habitación. Recordó los momentos tan felices que había pasado allí, también los más tristes. ¡Cuánto había amado a aquella mujer! Pero obviamente las cosas jamás volverían a ser las mismas.
Sobre la cama se encontraba un diminuto vestido color lila de un solo hombro. Andy no se explicaba como entraría en él, pero sabía que le quedaría perfecto, como todo lo que se ponía. Suspiró y por un segundo deseó ser quien se lo quitara por la noche, como tantas veces había hecho antes de ir a la cama.
Salió del cuarto y se dirigió a la habitación de Destiny, era la última al fondo porque así lo había decidido ella cuando cumplió los trece.
-Princesa… -Dijo luego de tocar la puerta despacio-. ¿Me abres?
Escuchó las puertas del armario cerrarse y luego Destiny apareció frente a él. –Pensé que ya te habías ido.
-No, no. Estaba conversando con tu mamá.
-¿Mi mamá y tú? ¿Conversando? –Se sentó al borde de la cama-. No creo…
Andy se agachó frente a ella y le tomó las manos. –Dest, ___ y yo somos adultos. Entiende eso.