St Claire: internado para rebeldes - Emiliaco

10.Mi Julieto

- solo llevamos dos semanas y ya me quiero tirar por la ventana no me quiero imaginar cómo estaré a final de curso - deje en el suelo  la mochila y me deje caer sobre la cama de Nicole con pereza

- oh venga no ha sido para tanto - respondió Azul poniéndose la pijama

- ¿Qué no ha sido para tanto? Definitivamente no eres humana Azul Guaita

- me organizo bien, qué es algo muy distinto

- pues entonces apiadate de dos simples mortales que nacieron una capacidad inferior a la tuya y por favor dejanos el trabajo de literatura para que te lo podamos copiar - contraatacó Nicole y yo le choque la mano

- vale - cedió - pero solo por esta vez aunque la próxima vez juro que les voy a cobrar

- vas de niña buena pero luego mira que bien te lo tomás - susurré empezando a quedarme dormido

- tengo un cerebro empresarial - dijo riendo - ustedes son vagos y yo hago mi trabajo que les vendo por un cómodo precio a esto se le llaman negocios

- ¿Y dónde quedó la amistad? - respondí poniendo ojos de cachorrito

- no hay amistades que valgan en el mercado - solté una carcajada e ignore las patadas de Nicole con la intención de que me fuera de su cama para que pudiera estirarse

- si lo ves por el lado bueno, mañana es la primera asamblea con los chicos - siguió Nicole

- en la que supongo que estará el señor Darcy ¿No?

- ya te he dicho que Emilio es un pez gordo entre los colegios así que obviamente que estará al igual que todos los alumnos de su colegio - respondió y yo me cruce de brazos

No había sabido de el en toda la semana desde nuestra "maravillosa" conversación del domingo y era un alivio. Lo último qué necesito para suavizar mis cargas de exámenes y deberes es el tener que estar pendiente de contestar y rebatir cada palabra suya dirigida hacia mi.

- se que no te cae bien pero dale una oportunidad es realmente encantador, solo que no han empezado con el pie derecho

- supongo qué por qué Joaquín usó su pie para pegarle - dijo Azul revolviéndose en su cama de la risa

- ¿Hasta cuándo voy a tener que aguantar que me lo recuerden cada cinco segundos?

- hasta que pase algo más gracioso y vergonzoso que superé a esto - siguió Nicole - además no sé de qué te quejas si mis padres llegasen y me dijeran que tengo que salir, no hace falta que me lo digan dos veces

- por muy bueno que esté no deja de ser algo impuesto y forzado como si estuvieramos en el siglo quince y parece que ni tú ni los unga unga de mis padres lo entienden

- concuerdo contigo - dijo Azul con un tono de voz somnoliento

- te entiendo pero ya te dije que la manera de pasar desapercibido era sin llamar la atención y tú lo primero que hiciste fue enfrentarte

- yo no tengo la culpa de que su chulería me alteré, además yo no voy a dejar que me hablen como si fuera un afortunado qué debería estar besando el suelo que pisa solo por qué me haya dedicado cinco segúndos de atención

- como quieras - me pegó una patada que me tiro de la cama - pero ahora déjame dormir o las ojeras que tendré mañana no las podré tapar ni con todo el corrector del mundo y te juro que como eso pase aparecerás ahorcado  misteriosamente y yo me daré a la fuga - negué con la cabeza y con pereza me moví hacia mi cama, pero antes de tumbarme un papel llamo mi atención