Te entregué el anillo.
Y las alas por si quieres, solo si quieres, puedas emprender este vuelo conmigo que tal vez no tenga un destino concreto, pero tenía dirección hacia la felicidad (incluyendo las tormentas).
Y que esas mismas alas te sirvan para ser libre y que puedas tomar tu propio vuelo, cuando ya no te sientas bien conmigo y ya no puedas ser SIEMPRE.