Capítulo 3

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Inmediatamente llego el amanecer, Urokodaki la levantó y ambos comenzaron a subir por la montaña

Estoy agotada, casi no puedo mover las piernas, además, estoy mareada cada paso que daba sentía como se empezaba a quedar sin oxígeno en sus pulmones, pero se detuvo al ver como el propio Urokodaki también se detenía, para girar y verla a la cara

- desciende desde aqui hasta la casa al pie de la montaña, esta vez no esperaré hasta que amanezca - dijo el hombre con un tono frío y serio luego de ello, desaparecio entre el polvo y humo del lugar, eso la dejo sorprendida

Eso es todo?? Claro, debe pensar que me puedo perder entre toda esta Niebla, solo tengo que regresar antes del amanecer, eso será sencillo. O eso espero luego de eso comenzó a correr colina abajo, aun que una cuerda resultó dándole otros planes, luego una lluvia de piedras le dio en el rostro dejándola levemente aturdida

¿Piedras? Cuando se movió un poco, cayó en el interior de un agujero, agitó la cabeza para dejar de estar aturdida y poder observar de mejor manera en la situación en la que se encontraba

Ya lo comprendo, esta montaña está llena de trampas, esa es la dificultad se comenzó a arrastrar para salir del pozo, pero cuando estuvo afuera agarro una cuerda de otra trampa

¡Oh, no! Dio un pequeño salto para alejarse de esa cuerda cuando un tronco la golpeo por la espalda, rápidamente se dio cuenta de que no podría llegar a tiempo sin activar todas las trampas del lugar y para colmo había muy poco aire en esa montaña, volvió a ponerse de pie mientras corría montaña abajo con la esperanza de llegar, no le importaba cuantas trampas activará, se detuvo al darse cuenta del error que estaba cometiendo

No debo entrar en pánico, debo controlar mi respiración, pensar y ver desde otros ángulos, puedo llegar tras haber recuperado el aliento volvió a correr, las trampas saltaban muy cerca de ella, agradecía tener buenos reflejos, los dardos y cuchillos que caían sobre ella lograban generar pequeños cortes, pero su cuerpo ya se lograba adaptar al clima de la montaña, pero en ese momento un gran palo de bambú la arrojó con violencia lejos del camino que intentaba tomar, aquel golpe la había dejado nuevamente mareada

Debo volver... Por Giyu se estaba dando más motivación para que su cuerpo no colapsara en ese momento, aun así se le complicaba mucho, pero finalmente logró llegar pocos momentos antes del amanecer

- ya... Estoy aq.. Aquí - respirar y hablar le dolía de sobre manera, sus piernas ya no aguantaban más el brutal trabajo de solo mantenerla de pie y al final su cuerpo y su voluntad no aguantaron más y se desmayo pero logró escuchar finalmente lo que tanto ansiaba

- te aceptó como mi discípula, Tomioka Tsutako - dijo con una extraña tranquilidad en su tono, tras recuperarse estuvo viendo a Giyu dormir, solo esperaba lograr volver a traerlo a la normalidad

- vamos - escucho decir a Urokodaki detrás de ella, y así volvió a iniciar su entretenimiento, de momento se dedicaba únicamente a escuchar las palabras que le decía Urokodaki y sobre su última prueba para poder ser una cazadora de demonios y así comenzó a descender nuevamente por la montaña

Decidí empezar un diario para poder liberar mi mente después de las secciones de entrenamiento la Tomioka mayor pensaba mientras que seguía con su entrenamiento cada vez se hiba acostumbrado más a la dificultad que tenía esa prueba

Giyu, ahora tengo una kanata para poder pasar de mejor manera el entrenamiento el tiempo pasaba con rapidez cada vez que su entrenamiento se intensificaba con cada semana que pasaba, a pesar de que Urokodaki la hacía blandir aquella arma cada uno de los días

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