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CRAIG Y SU REALIDAD

Después de las vacaciones de invierno, vuelta a clases.

Craig se despertó aquél lunes temprano gracias a su molesto despertador. Buscó un buen atuendo cuidadosamente, y después de eso bajó a desayunar.

Desde que estaba enamorado, su apariencia se había vuelto algo importante.

Las cosas eran distintas. Craig se esmeraba en lucir presentable, y aunque odiaba sus feromonas, estas le daban un aroma naturalmente agradable.

Ya no era como antes cuando el pequeño Craig podía ir a la escuela en pijama con una chaqueta encima, y sin preocuparse por oler a alimento de cobaya.

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Craig ya estaba mentalizado con volver a la secundaria y no tenía demasiados problemas con ello.

Sí; para Craig la secundaria podía ser bravucones y problemas manteniendo sus notas altas... pero había otra cara de la moneda.

La secundaria tenía a Tweek, a su querido grupo de amigos y a un profesor que le apoyaba.

Era una extraña dualidad, pero así era la realidad de Craig.

Además, las cosas con su padre no estaban del todo claras. Era mejor asistir a clases que pasar demasiado tiempo en casa.

Desde que los pleitos por ser un Omega habían vuelto a la residencia Tucker en fiestas decembrinas, la casa se volvía a sentir algo hostil...
Sin embargo, habían dos grandes ventajas que Craig no tenía antes: su madre había reaccionado y era su apoyo, y su hermana, incluso sin saber bien sobre el tema, le ofrecía cierta comprensión.

Craig  estaba consciente de ello, y esto era lo que le daba confianza.

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Después de despedirse de Stripe y de que su madre lo llevara en auto hasta la secundaria (sacándole el dedo de en medio con amor al irse), el Omega entró al edificio estudiantil.

Apenas poniendo un pie dentro se encontró con dos personas conocidas: Token Black y Nicole Daniels.

Los chicos ya llevaban un buen tiempo saliendo, y parecía que aquél regreso a clases serían más unidos.

La forma en que los dos adolescentes se tomaban de las manos y se sonreían a Craig le pareció linda, incluso liberadora.

Después de todo, Nicole era Omega pero Token era Beta. Él no la apreciaba por sus feromonas, o por creer que debían estar juntos. Simplemente le gustaba.

Aquello era lo que Craig comenzaba a querer para él mismo: tener un noviazgo de Beta y Omega.

Mientras caminaba por los pasillos y conversaba con la pareja, Craig notó un aroma peculiar. Era un claro y agradable olor a durazno.

El chico percibió calma y dulzura de esa esencia. Craig cayó en cuenta que lo estaba haciendo de nuevo, como cuando reconoció la fragancia de vainilla proveniente de Heidi Turner, o hacía sólo un par de días donde identificó la dulce lavanda en las feromonas de su madre.

El profesor Garrison le había dicho que cada Omega y Alfa tenía un aroma especial y característico. Los Alfas siempre tenían aromas amaderados y de especias. Por otro lado los Omegas normalmente olían a dulces, flores o frutas, como el caso de Nicole, aparentemente.

El chico maldijo a la pubertad que acentuaba sus instintos Omega, reconociendo a otros involuntariamente por medio de feromonas.

— ¿Todo bien, Craig? Te quedaste como... congelado unos segundos.

Más que un Omega. [CREEK FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora