一 𝙢𝙮 𝙇𝙞𝙩𝙩𝙡𝙚 𝙗𝙤𝙮 一 [reescribiendo, Editando, d to', una chota todo]

一 𝑰𝑽 一

(●'◡'●)

𝑬𝒔𝒕𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆 𝒅𝒐𝒔 𝒂𝒏̃𝒐𝒔 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒔.

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一 ¿tienes lo que se necesita? 一 Dijo el doctor acercándose a una enfermera. 

一 sí, bien, Nombre: Gustabo
Apellidos: García
Tipo de sangre: AB+
Sala:05
Piso:07 一

一 Gracias, si termino su turno puede irse. 一

se encontraba despertando en aquella sala sin colores, sentía bastante frio por alguna razón, pensaba como había llegado hasta aquel lugar, no recordaba haber hecho algo además del atraco, ¿le abatieron?, salio de sus pensamientos cuando el sonido de la puerta se hizo presente, un chico de cresta entro a la habitación.

El chico heterocromático se acercó a aquella camilla, sus miradas conectaron, por un momento se sintió bien.

Horacio era la segunda persona que sabía todos sus secretos, no compartían el mismo sentimiento, claro que no, pero a Horacio le servía que el estuviera enamorando de él, sería uno más, como lo fue Claudio o Gringo.

Los días transcurrían con tranquilidad y el rubio sentía cómo una parte de él estaba vacía, aquella persona que le hacía feliz y olvidaba la "muerte" de su "mejor amigo" por momentos, ya no estaba tan presente en su vida.

Pablo buscaba a Gustabo, quería abrazarlo, besarlo, pero lo que más quería era volver a hacerlo reír.

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dos cuerpos acalorados en busca de mas placer, los besos aumentaban su intensidad, cada vez había más roces, ropa tirada en el suelo, cuerpos desnudos chocando haciendo sonidos realmente eróticos, el respaldo de la cama chocaba con la pared debido a la fuerza de las estocadas, el crestas gemía sin vergüenza alguna, el mayor solo soltaba algún que otro suspiro o gruñido.

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El rubio, se movía de un lado para el otro en un intento de conciliar el sueño, pero los recuerdos de su niñez junto a Pablo no lo dejaban, quería estar con él, abrazarlo y besarlo, Su mejillas se tornaron de un color carmesí, pero aquel tono carmesí se desvaneció al recordar que su primer amor estaba muerto, las lágrimas se hacían presentes, ya no estaba el para decirle que era mentira... para decirle que volvería, derramó lagrima tras lágrima mientras abrazaba a un peluche, hasta que en un momento sus ojos no aguantaron más el ardor, que cerró los ojos y se durmió, pero aún así su amigo le hacía falta... mucha falta.

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Pogo ya había encontrado un departamento para quedarse o por lo menos hasta que encontrara a Gustabo, el departamento no era feo, tenía unas cuantas ventanas, era algo pequeño pero se veía cómodo y cálido.

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Las calles estaban frías en aquellas horas, siete de la mañana, el de mirada azulada se bañaba, el agua caliente recorría todo su cuerpo desnudo, sus músculos se relajaban, de nuevo hacia a aquel trabajo que tanto odiaba, su jefe un completo hijo de puta, a el no le importaba si ponía la vida de los demás en riesgo solo le importaba atrapar a esas mafias.

Aquel día fue el mejor para Gustabo.

一 Pogo viene a poner una denuncia. 一

一 Pogo? Que nombre de mierda 一 susurraban entre ellos, Pablo lo tenia en cuenta, claro que era un nombre de mierda.

一 Pogo triste, ¡Pogo sin nada! 一 exclamó en tercera persona.

一 Señor, por favor cálmese.  一

一 Quien es usted? 一preguntó al policía de ojos azules, aquel color de ojos le había cautivado, era como si ya los conociera.

一 Yo soy el oficial Gustabo con b de bombón. 一

一 G-Gustabo? 一

一 Sí, ¿pasa algo? 一 Pogo abrazo a Gustabo 一 Soy Pablo, Pabl- Pogo.

Gustabo solo correspondió el abrazo mientras algunas lágrimas mojaban aquella camisa de colores.

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