Capítulo 3.

11 0 0
                                    

-Tenía el pulso muy débil. Ha tenido suerte de encontrarla antes de que pasara algo peor.

-¿Qué es lo que le han hecho?

-Le hicimos un lavado de estómago ya que había tomado varias pastillas y bueno...tuvimos que reanimarla porque no respondía.

-¿Por qué hace esto mi niña?

Comienzo a despertarme y escucho vagamente unas voces.

-Señora, va a tener que estar vigilándola constantemente o poner alguna enfermera.

-Doctor, lo hemos hecho y siempre se van... Mi hija... Es difícil de controlar y de tratar. A veces, mi marido y yo no sabemos qué hacer para que cambie.

-Tiene una enfermedad muy dura. Hay gente que la enfrenta de distintas maneras. Su hija no la enfrenta, se niega a aceptarlo y simplemente lo ignora, sin tener interés en intentar luchar por su vida.

-Por fin hay alguien que me comprende. Exactamente todo lo que ha dicho es cierto exceptuando que quiero negar mi enfermedad y no enfrentarla. Veamos... ¿Tiene sentido enfrentar algo que va a acabar contigo? Usted, los demás médicos y mis padres sabéis que voy a morir pero no tenéis el suficiente valor para decírmelo en la cara. Llevo años pero muchos años soportando todas estas porquerías.

-¡Pues esas "porquerías" te están manteniendo viva! ¡Y deja de hablar así!

-¿A esto le llamas vida? Vosotros tenéis que darme de comer, prácticamente parezco un bebé. Sí esto es vida, prefiero no tenerla.

El médico se lleva a mi madre a un rincón y le dice algo que no logro escuchar.

-Está bien, voy a ponerte un calmante. Al menos, por hoy, te dejaremos en observación. Depende de cómo amanezcas mañana, te daremos el alta.

Comienzo a despertar. Miro el reloj que está al lado de la cama del hospital, en una pequeña mesita. Son las 09:00 AM.

Miro a mi derecha y veo a mis padres durmiendo en el pequeño sofá que hay en la habitación.

No me gusta verlos así, yo sufro, pero realmente sé que ellos sufren el doble que yo, si a mi enfermedad le añado mi terrible humor.

Veo que mi madre comienza a despertar y rápidamente me giro y cierro los ojos, escuchando a mi madre hablar en voz baja.

-Juan, cariño, despierta. Ya son las 09:00, ¿hoy no tenías que trabajar?

-Sí, aunque anoche hablé con mi jefe, le comenté lo sucedido y me dijo que hoy no fuera a trabajar, que comenzara el lunes.

-José es un gran hombre, me alegra que comprenda nuestra situación. Si tan sólo Natalia intentara poner un poco de su parte... No sé, que comenzara por ejemplo por retomar el contacto con sus amigos, siempre la llaman, nunca se cansan de hacerlo pero ya sabes cómo son algunas personas... Se acaban cansando.

-Tienes razón mamá, algunas personas se acaban cansando. Si me dan el alta hoy, prometo hablar con Antonio y con Lidia.

Mis padres me miran con los ojos bien abiertos. Les comprendo, yo miraría así a mi hija, la que hace un día intentó suicidarse y ahora parece encontrarse algo viva.

-¿Es cierto lo que dices Natalia? ¿De verdad que vas a hablar con tus amigos?

-Sí papá. Además de haber sido injusta con vosotros, también lo he sido con ellos, que siempre están al pie del cañón conmigo y nunca me han dejado de lado. Han sido los únicos amigos que siguen actualmente conmigo.

-Mi amor, no sabes lo feliz que nos haces, y muchísimo más feliz vas a hacer a tus amigos, ¡están deseando hablar contigo!

-Ve a buscar al médico y por favor, dile que ya me quiero ir de aquí. No soporto estar más tiempo en esta cama.

Mi madre se levanta y es mi padre el que se queda conmigo. Se acerca a la cama, me mira y agarra mi mano suavemente.

-Sabes que te quiero mucho, ¿no? Y también, por desgracia, que nosotros no vamos a durar toda la vida, pero hija, el tiempo que sigamos aquí, estaremos a tu lado, dándote amor y cuidándote.

-Eres el mejor padre del mundo. No te cambiaría ni por todo el oro del universo.

-Lo sé cariño, lo sé.

Se acerca y me abraza. Un abrazo que cura todas mis heridas y muestra todo el amor que siente mi padre por mi.

Llegan el doctor y mi madre, y éste parece encontrarse de muy buen humor.

-Según nos ha contado tu madre, hoy te has despertado con ganas de seguir viviendo, ¿no?

-Bueno doctor, lo que dure, duré- respondo de forma irónica.

Algo que siempre he escondido es el humor. Sí que es cierto que no soy muy buena contando chistes, también es cierto que las chirigotas no me hacen reír mucho, más bien me hacen reír vídeos de YouTubers como Rubius, 8cho, Auronplay entre otros.

-Bueno, lo importante es que a través de ese comentario sarcástico, puedo observar que estás cambiando tu manera de pensar y créeme, es lo mejor, tanto para ti como para tus padres. No te des por vencida, chica.

Sonrío a su comentario. Sí, al menos quiero hacer un esfuerzo, no por mí, sino por ellos, aunque esté en este mundo menos de una semana aunque... No suena tan loco contando los años que han pasado...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 05 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A través de la ventana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora