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En sus años en Aoba Josai, jamás había llegado a tener un problema realmente grave en cuanto lo que se trataba de su salud, si bien era cierto que había veces que se le presentaban algunos inconvenientes, nunca fue algo para que se preocupara de s...

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En sus años en Aoba Josai, jamás había llegado a tener un problema realmente grave en cuanto lo que se trataba de su salud, si bien era cierto que había veces que se le presentaban algunos inconvenientes, nunca fue algo para que se preocupara de sobremanera pensado que sería un tema realmente serio y delicado. Desde mediados de sus quince que comenzó a notar que le costaba un tanto respirar mientras practicaba deporte, nada muy serio que atribuyó ciegamente a que no debía estar en completa forma, pero que con los años fue un síntoma que continuó empeorando lentamente, nada demasiado agresivo. Por no ser agresivo, le restó importancia, lo más importante era poder ser el mejor. 

Luego apareció la congestión nasal continuada que siempre volvía, aquel síntoma apareció meses antes de graduarse de Aoba Josai y era realmente molesto a la hora de jugar vóley pero al menos logró reducirlo con unas pastillas para la alergia; no era la causa por lo que el medicamento apenas le servía para reducir el síntoma. Luego le continuó la pérdida de peso mantenida, que terminó atribuyéndolo a el continuo ejercicio que hacía pues no podía deberse a que comía poco porque no era el caso.

Todos pequeños síntomas que unidos, le declaraban la guerra al cuerpo del atleta. Oikawa llegó a uno de sus peores momentos meses después de haber llegado a Argentina, una tos persistente con mucosa se hizo presente logrando que el primer tiempo no pudiera estar de titular en UPCN. Pero poco sabía él que eso era solo el principio; tras acudir al hospital y obtener un diagnóstico erróneo,  mágicamente logró que la mucosa fuera despedida en gran parte y logró ponerse a la altura de sus compañeros a pesar de la fatiga muscular y el dolor de estómago. Pudo lograr continuar jugando por un período bastante prolongado incluso con una enfermedad tan grave sin ser tratada.

Pero todo tiene su límite, Oikawa estaba respirando un aire prestado todo ese tiempo sin sufrir realmente como lo hacían los demás enfermos de aquella enfermedad. 

En una práctica de alto rendimiento, una de las más exigentes que había, de un momento al otro, la vista del castaño se nubló por la falta de aire repentina junto a un dolor de pecho insoportable. Ese día, una ambulancia trasladó a Tooru hasta el hospital más cercano de la zona pues debía ser tratado de urgencia, había sufrido un neumotórax. El neumotórax se trata del colapso pulmonar y se produce cuando el aire se filtra dentro del espacio que se encuentra entre los pulmones y la pared torácica, la presión externa es la que finalmente hace colapsar al pulmón. Terminó finalizando el día internado en el hospital con un tubo entre las costillas para eliminar el exceso de aire.

Ya en busca de la causa del neumotórax, se descubrió que Oikawa padecía de fibrosis quística, una que gracias a su suerte, se había estado presentando realmente leve para lo que era la enfermedad. 

—Has sido víctima de negligencia médica, aquella tos persistente y los síntomas, tanto previos como posteriores, se debieron todos a la fibrosis quística que padeces.— Explicó el doctor.— En tu condición, estaba más que asegurado que todo terminaría de este modo o peor.  Mientras tus síntomas eran leves, tus pulmones se fueron deteriorando para mantener el ritmo de vida que llevas. Deberás dejar de jugar Vóley.— Sentenció.

ᴛʜᴇ ꜱʜᴏᴡ ᴍᴜꜱᴛ ɢᴏ ᴏɴ; ɪᴡᴀᴏɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora