Capítulo 4

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Conociendote

Una semana después.

—Más a tu derecha— Acato la orden y me muevo un poco— Así y ahora suelta.

Cierro los ojos para concentrarme y sin aviso suelto dejando que la flecha salga disparada y pare en el centro de la liana.

No estuvo nada mal

—¿Segura que nunca jugaste arco y flecha?— se acerca y me da una botella de agua.

—Es mi primera vez— 

—Para ser la primera estuvo bastante bien— Me quita el arco y lo guarda en su caja con las flechas.

Ya ha pasado una semana, si una semana, desde el día en su casa Sebastien me ha llevado a su viñedo para enseñarme más sobre la preparación de vinos y hoy decidimos venir pero a jugar arco y flecha donde estuvo una hora enseñándome a como sostenes el arco y como jugar.

Y si, acepte el trato pero con la condición que no me diera absolutamente nada, lo que me lleva a preguntar que me motivó para aceptar este acuerdo.

— ¿El trato permite preguntas?— mueve la cabeza de un lado a otro.

—Como te dije antes, este contrato no tiene reglas Malika y puedes hacer preguntas con la excepción de que si no respondo es por que no quiero —Asiento sentándome en la banca de madera al frente del lado que está dentro del viñedo.

—El hombre que vi el otro día ¿Es tu hermano?— Una duda que ronda por mi cabeza durante mucho.

—Si te refieres al rubio que me gritaba el por qué no lo dejé usar mi jet entonces si, es mi hermano — y no te equivocas .

—¿Qué fin tiene este contrato?— se encoge de hombros terminando de ordenar.

—Que tu disfrutes y experimentes mientras yo me encargo de que todo eso suceda—

— Eso es lo que quiero me me expliques— Me mira sin entender— Sebastien, no nos conocemos de años si no de días y quiero la razón por la que tu quieres que yo disfrute y tenga una experiencia de todo esto.

—¿Te arrepientes de aceptar? — Me levanto acercándome a él.

—No me respondas con otra pregunta—

—Y tu deja de preguntar idioteces— toma mi muñeca y me jala a su pecho— Lo hago por que tú no sabes que rumbo darle a tu vida y te ayudo con eso por que soy un hombre caritativo.

—Gracias pero tu caridad no me hace falta— El me da una sonrisa ladina.

—Lo sé pero a mi nadie me dice que tengo y no tengo que dar, así que cierra la boca y disfruta el tiempo conmigo — acerca su rostros al mio sin dejar de mirar mis ojos— por que lo disfrutarás al punto en que no podrás dejar de retorcerte de placer.

Se aleja y camina por mi lado rozando el hombro con el mio, suelto un suspiro y mi cuerpo extrañamente empieza a temblar.

Este hombre me vuelve loca, y no hablo en el sentido lujurioso pero está de hacerlo también.

En silencio llegamos a la casa y mientras el se da un baño yo me dedico a mandarle un mensaje a Keyra diciendole que no me espere para el almuerzo. Sebastien a decidido llevarme a a comer pero no quiere decirme donde exactamente.

Luego de unos minutos, me doy una ducha y me visto con pantalones blancos de tiro alto, un top vinotinto de manga largas y unos tacones bajos blancos de tiras. Dejo que mi pelo se le hagan ondas en las puntos y solo coloco delineador en mi ojos para que resalten.

El placer de Sebastien (M3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora