Mi primera semana en la universidad se pasó volando, cuando menos me acordé ya era lunes de nuevo y estaba listo para poder ir de nuevo a mi rutina, aunque había algo en lo que no dejaba de pensar. Era ese chico del grupo de natación y aunque no quisiera hacerlo, inconscientemente mis pensamientos paraban a él y ni siquiera sabía porque.
Y aquello me provocaba una ola de sensaciones difíciles de expresar, la primera que más miedo me causaba era aquella que me hacía sentir como si algo en mi garganta me carcomiera y bajará hasta mi pecho, me hacía sentir asfixiado de alguna manera y me dificulta muchas cosas, entre ellas respirar y comer con normalidad.
Fue fácil ocultar esa sensación, pero papá había estado más centrado en mí que de costumbre y cuando deje el plato a medio comer fue cuando me dio una mirada seria que hizo que mi corazón se parara.
— ¿Qué es esta vez? — preguntó con voz paciente, yo trate de sonreír, pero me salió fatal.
— Hay algo que me carcome la garganta — solté al final, porque no podía mentirle, no cuando se preocupaba tanto por mi.
— ¿Te carcome en el sentido de un ataque de ansiedad? — dejó el plato a un lado y yo asentí.
— Puede ser eso, no lo sé con exactitud, pero cuando aumenta aquella sensación, mis palmas comienzan a sudar y mis piernas flaquean — explique, papá asintió.
— ¿Cuando es tu sesión con la señorita Kang?
— Dentro de dos semanas — mordí mi labio y mi padre me observó con cuidado.
— Dame las manos, Kyung — pidió y me congele en mi lugar, Dios no de nuevo.
— Papá — me queje, pero no hizo el amago de flaquear, muy a mi pesar tuve que obedecer.
Puse las manos encima de la mesa y mi papá escaneo mis brazos hasta mis dedos, torció el gesto al darse cuenta que otra vez había curitas en mis dedos. No lo hacía a propósito, era un gesto casi inconsciente, me pasaba la uña del dedo índice por los bordes de la uña de mi dedo pulgar, lo hacía así hasta que sangraba y cuando me daba cuenta de aquello, ya era tarde, porque ya no podía evitarlo.
Pero, de alguna manera aquello hacía que el burbujeo en mi pecho calmara o al menos eso creía, papá dejo mis manos y se tomó el puente de la nariz, me sentí avergonzado de mis actos. No era justo que siguiera haciendo aquello, que papá cargara con todo el peso de tenerme como hijo y esperar solamente el día en que no pudiera más y...
— Llamaré a la señorita Kang cuando esté en el trabajo, tal vez pueda hacer algo por nosotros — dijo dándome una sonrisa ladeada, mis ojos se llenaron de lágrimas.
— Lo siento — pero el nego, se levantó de la mesa y recogió ambos platos.
— Lavate los dientes, te llevaré a la universidad — y la parte más dura de aquello era escuchar a mi papá sollozar en la cocina.
Me tomé las pastillas que me tocaban y también lleve licuado de almendra para cuando me tocara el desayuno, no dije nada en el camino, pues me sentía demasiado culpable como para poder siquiera abrir la boca, papá tampoco dijo mucho, pues respetaba mi silencio, pero aún tenía los ojos lagrimosos, no comenté nada y dejé que pensara que no sabía de aquello.
En la entrada no me tope con Luhan ni con Youngmin, pues Luhan a veces tenía que irse corriendo hasta donde daban los cursos de danza y Youngmin por lo general llegaba a media clase, entonces la señorita Kim ya no la dejaba pasar.
La primera clase me la pase en completo silencio haciendo los apuntes correspondientes, aunque de vez en cuando mis pensamientos vagaban en otras cosas y perdía el hilo de todo. No me gustaba estar distraído en la escuela porque me perdía de muchas cosas, pero no dependía del todo de mi, sino de factores anteriores, si dormía bien, entonces podía estar bien en clases, sí comía bien, entonces entendería los temas, sí tenía un ambiente ligero en casa, entonces sería un buen día.
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over again | HunSoo |
Fanfiction| Segunda temporada de promise | "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que estan destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar, contraer o enredar, pero jamás romperse." Nuestra otra vida fue...