Al igual que en su previa travesía en aquella motocicleta, los nervios le carcomían. El nivel de ansiedad había disminuido dramáticamente, pero no lo suficiente como para dejar de estrangular al conductor.
La lluvia azotaba sus fríos cuerpos sin piedad, y el tráfico por aquellas avenidas era tedioso; ni la motocicleta de Jungkook podía esquivarle con mucho éxito por lo que la velocidad no era la ideal. Los autos les rodeaban, provocando una marea de luces rojas hasta donde daba la vista desde la posición en la que se encontraban. Zoe escuchó al moreno maldecir disimuladamente, para luego murmurar en voz baja. –Si hubiese sabido que esta calle estaba así de trancada hubiese tomado el camino paralelo, lo siento mucho.-y es que ya hacía una hora que el embotellamiento les afectaba, no había mucho por hacer en cuanto a ello. – Quizás lleguemos antes del toque de queda, pero es muy difícil.
El campus quedaba a las afueras del área metropolitana y el reloj incorporado en el panel de la motocicleta marcaba las 10 pm, obstaculizando que Zoe pudiera llegar antes que el portón principal de su universidad cerrara de forma definitiva por el día. Por supuesto que la falta disciplinaria que implicaba aquello perjudicaría su registro estudiantil, y por ende la frágil estabilidad emocional de la aludida.
–¿No podemos tomar algún atajo?- sugirió la castaña enterrando instintivamente sus dedos en los costados del muchacho.
Él pareció sopesarlo por unos momentos, con nada más que las bocinas resonantes a sus costados como sonidos de ambiente. –Sí, pero no es lo recomendable. Estamos casi en el límite de la urbanización, por lo que los caminos alternos no son los ideales. Casi ni están pavimentados, y lo cierto es que no los conozco mucho.
Zoe quitó uno de sus brazos de alrededor de su cuerpo, mirando el reloj de muñeca prácticamente empapado marcando las 10:24 pm. El ritmo en el que la motocicleta se movía se veía interrumpido cada cinco metros, impidiendo una velocidad constante. Sacó el celular del bolsillo de su abrigo aferrándose con el otro brazo, estaba empapado; varios mensajes de preocupación de parte de su amiga invadían su casilla de entrada. El tintineo de la pantalla le hizo fruncir el entrecejo en confusión, unas tonalidades púrpuras y azules se deslizaban en formas de franjas horizontalmente, como si de un error se tratase. Sacudió su celular con impaciencia al notar como este se congelaba en el momento de intentar contestar uno de los mensajes. Se arqueó sobre el mismo procurando cubrirlo mejor de la tempestad de la lluvia sin mucho éxito.
La pantalla se apagó de forma definitiva, reflejando únicamente su preocupado y cansino rostro en la misma.
–Esto no puede ser...-se quejó por lo bajo ante el dispositivo estropeado por el agua. Ahora debería desembolsar dinero para arreglarlo; no era la primera vez que algo así sucedía. –Jungkook...- le llamó impaciente. – Toma el atajo, hagamos el intento, no puedo llegar tarde.
El susodicho suspiró de forma audible, no había mucho que hacer a esas alturas. Después de todo había sido idea de él ir al Tattoo Shop en la tarde. Observó hacia su derecha, a veinte metros uno de los accesos laterales se exhibía frente a sus desesperados ojos. No podía atravesarse en aquel momento, debía esperar a llegar al menos a unos pocos metros. Asintió, dándole a entender a la pasajera que haría como le solicitaba.
Una ráfaga de aire se levantó de un momento a otro, provocando que la chaqueta del pelinegro se abriera de sopetón al estar desabrochada, empapándole aún más; este chasqueó su lengua con molestia, limitándose a desplazarse entre las calles atiborradas. Las gotas de agua helada se sentían como pequeñas agujas sobre las pieles de ambos. Las respiraciones pesadas y quejidos eran tapados por la multitud de autos enfurecida tocando sus bocinas y maldiciendo a otros conductores. Algunos vehículos avanzaron delante de él, aprovechó que el auto junto a ellos aún no había avanzado para atravesarse al carril lateral.
ESTÁS LEYENDO
𝕴𝕟𝓴𝖊𝕕 ֆouls | J.J.K. +18
Fanfiction《 Nadie nunca pudo haberse imaginado que la inocente escritora a comisión que estudiaba fotografía, pronto se encontraría sucumbiendo bajo los encantos de la tinta en otros lugares ajenos al papel en el que escribía. ¿Será su imponente presencia? ¿...