Que no hacer en "The Mic"s Place"

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"Desde bebés llorando, hasta pasteles volando"

❇ "Desde bebés llorando, hasta pasteles volando" ❇

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BAKUGOU:

Sería hipócrita de su parte decir que sabía exactamente que hacer, porque no lo sabía.

Aquel bebé se le quedaba observando, mudo, sin hacer muchos movimientos más que mover sus pies y manos de arriba abajo, ahora acostado en el sofá boca arriba. Balbuceaba algunas cosas, pero muy rara vez le quitaba sus ojos azules de encima.

Sentía escalofríos cada que miraba esos ojos. Nunca le gustaron los ojos azules, o bueno, no un azul tan claro como el de ese niño.

Era temprano, relativamente temprano para lo que él sentía. Ya esperaba lo que vendría a continuación esa tarde; Un sermón del viejo por haber mentido sobre la escuela, un montón de mensajes del idiota y la tabla preguntando por la situación, quizás un Shinsou chismoso que se la pasaría en un rato por su casa, Riot reclamando su atención como bien merecido tenía, y el inevitable llanto del mocoso cuando este se cansará de jugar con sus pies.

A ese ritmo deseaba solo irse a dormir. Pero una inquilina indeseada ya ocupaba su espacio, y él no estaría dispuesto a meterse de nuevo en la habitación del viejo. Se arrepentía de ni haber tocado la puerta al momento que subió, minutos atrás, a su habitación, quizás de ese modo hubiera sacado a la intrusa a patadas.

Sentía su ceño fruncido, y como el calor se apoderaba de él a causa de la ira e impotencia que sentía ante todo. Porque si juntaba los cables, sentía como todo esto había terminado por ser su responsabilidad. Solo suya.

Dio un gruñido ahogado, restregandose la cara, como respuesta a sus pensamientos, y queriendo pretender que nada de eso estaba pasando.

El rechinar de la escalera fue lo que le alertó, e hizo que despejará su cara mirando expectante hacia el final de la escalera. Los pasos eran pausados, y pareciera que bajaba de a un escalón y no como normalmente se bajaría una escalera, cada paso le ponía más los nervios de punta, y con eso la desesperación parecía estar dispuesta a dominarlo más de lo que ya hacía.

La cabellera azabache poco a poco empezó a emerger, y con eso la figura de aquella joven que había llegado en la madrugada. Su cabello negro llegaba por debajo de la cintura, despeinado y sucio a la vista, la pose que tenía denotaba una joroba causa de estar encorvada, y sus pies descalzos hacían denotar más las venas en esa zona como en sus manos delgadas. Su palidez no llegaba a lo enfermizo, pero si era sorprendente su tonalidad tan pulcra si se descontaba las ojeras en su rostro, unas que parecían querer hacerse notar poco a poco. Todo eso, sumado a aquellos ojos tan oscuros, hicieron que Bakugou perdiera el aire al no saber que hacer.

❈ 𝑰𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐 ❈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora