Un sombrero muy audaz

Aquella sensación tan familiar[1]

Seguía viajando sin rumbo por este eterno sendero paradisíaco, con mi burro y mi guitarra acompañándome, me sentía completo y lleno de motivación.

de día daba todo de mi en planear mi futuros proyectos, concentración total y mucha creatividad en mis posibles inventos anotaba en mis planos, mientras Melvin aunque iba lento jamás se detenía, por eso decía que me impulsaba más a continuar con mi proyecto hasta llegar a la tierra donde hallare el material para mis proyectos de ensueño.

A las noches, yo les llamaba "el paraíso temporal " ya que mientras dormía, podía tomar el control de mis sueños, podía crear lo que yo quisiera, poder tener cualquier habilidad, recreaba distintos ambientes o estaciones de como sería el mundo a donde yo podría llegar a encontrar.

Como todos los días después de partir de casa, lleno de energía y rebozando juventud tocada a mi guitarra, componía dulces notas a parte para promocionar mi marca.

Hasta que un día inconscientemente quede dormido luego de tantos planos y cálculos de escribir.

Al despertar encontré el paraíso.
No quisiera alargar más el tema,
Empeze a armar la tienda mientras seguía bajando cosas de la carroza y una gran nostalgia invadió mi mente, se que es de mala suerte celebrar antes de tiempo pero evitaba no hacerlo a menudo, me puse de rodillas en medio de aquel edén y suspiré profundamente, luego mire al cielo.

A pesar de que aún era día podía ver las estrellas, oh infinitas estrellas, el cielo era tan claro que la opacidad era mínima, me sentía en calma tan solo verlas, mis problemas a diferencia de la cantidad de estrellas que veía, sentía que esos problemas se desvanecian y no significaban nada comparado a tal cantidad magnífica de estrellas