Capítulo 1

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Shen no podía conciliar el sueño esa noche, los deberes lo tenían atareado, además había una nueva novela que lo tenía enganchado y no quería dejar de leerla, pero el día siguiente tenía que ir a una reunión muy importante.

"Tal vez necesito cansarme para dormir profundamente". Pero, ¿qué podía hacer él a mitad de la noche? No lo pensó mucho y llamó a uno de sus colegas en el trabajo, que era algo así como su mejor amigo.

"Liu, no puedo dormir". La voz de Shen era un tanto suave, pues a pesar que estaba en su pequeña casa solo, sentía que había un acuerdo tácito entre la noche y el silencio, solo escuchar el sonido del aire acondicionado encendido podía calmarlo al menos durante un tiempo, incluso arrullarlo, pero ésta noche fue la excepción.

"¿Y qué quieres que haga? ¿Me ves cara de Morfeo? Hazte un puñeton y duermete". La voz de su amigo sonaba adormilada pero no menos mordaz de lo que solía ser siempre, por alguna razón le hizo sonreír, no por lo que le dijo, si no por que sabía perfectamente que lo estaba molestando y esa era una de sus cosas favoritas en el mundo.

"QingGe, eres tan malo, siempre salgo contigo cuando estas desanimado, no puedes solo dejarme mientras sufro de insomnio, ¿o si?". Claramente lo estaba manipulando, después de todo, Liu solía negarse solo una vez a sus peticiones para después aceptar.

"Bien... ¿Quieres algo para entretenerte? Te mandaré una dirección, tengo un amigo que trabaja ahí". Dicho esto el menor colgó para que unos instantes después llegara una dirección por mensaje, seguido por un Diviértete :).

Shen cambió su pijama por un conjunto casual que consistía en una camisa azul oscuro manga larga de botones, unos vaqueros negros, tenis deportivos (a su parecer son más cómodos que los zapatos de vestir, ¿ok?) y su cabello atado en un moño bajo. Nada demasiado elegante, pero no parecía desaliñado.

Salió de su casa, subió a su auto y fue hacia la dirección que su amigo le había mandado.

(...)

Esto debía ser una jodida broma, ¿verdad?

Él. Estaba. Frente. A. Un. Teibol. Masculino.

Ok, él siempre había sido abierto con su sexualidad, solo con personas cercanas, así que Liu ya lo sabía, pero ¿no podía seriamente mandarlo a un teibol en sus noches de insomnio? Al parecer si. Lo había hecho... Pero ya estaba aquí, no podía solo quedarse afuera y mirar, ¿cierto? No perdía nada con entrar un rato.

¿Pero como que uno de sus amigos trabajaba aquí? Liu QingGe, ¿qué clase de amigos tienes además de  mi?

Al menos era un distrito en el que no lo conocían. Dios. Si su familia se enteraba probablemente lo tendrían más satanizado de lo que ya lo tenían. Ni hablar de sus colegas, se burlarían de él por días. Pero aquí estaba, sentado en una mesa solo mientras esperaba que llegara el bailarín. No podía simplemente ver como los demás lo disfrutaban. Si iba a estar aquí, tendría el trato completo.

Después de unos cortos minutos de espera en el que solo podía mirar a su alrededor y calmarse diciendo que era algo que muchos hombres hacían, no había nada de malo con ello y nadie lo reconocería, menos con la poca luz que había, pues solo iluminaba a los bailarines. Llegó él. Era un Dios griego, tenía una cara hermosa, si bien sus rasgos parecían delicados y preciosos, no era femenino exactamente, tenía una mandíbula marcada, ojos afilados rojos, cuerpo firme y trabajado, sin duda podría morir asfixiado por cualquier parte del cuerpo del joven y sería feliz. Se miraba que no tenía más de 23 años, 10 años menos que los de Shen, eso lo hace sentir algo avergonzado, aun que la mayoría de los bailarines parecían de esa edad.

"Soy Luo, estaré bailando para usted ésta noche, por favor cuide de mi". Le dió una brillante sonrisa y subió a la mesa, la ropa que usaba no dejaba mucho a la imaginación, traía unos pantalones cortos que marcaban sus caderas y sus muslos grandes, así como un chaleco que apenas cubrían sus pectorales voluminosos. Repentinamente Shen se sintió atraído por el lugar al que su amigo lo había mandado.

"Soy Shen, espero que también cuides de mi". Tal vez no quitaba los ojos del trasero del joven, pero era por una buena razón, ERA DEMASIADO, NO PODÍA VER A OTRA PARTE. Cada parte del cuerpo del otro chico era erótica, incluso sus afilados ojos que lo miraban con intriga. No sabía si por su ropa que en ese lugar parecía muy formal, o por que nunca había estado en éste lugar.

La luz tenúe no dejaban que el menor mirara bien la cara del mayor, sin duda parecía adinerado, la ropa que vestía, el caro reloj en su muñeca, su porte también daba aires de un joven amo, estaba muy fuera de lugar aquí. 

"Shen". Su voz salió profunda y sensual mientras tomaba el tubo con una mano y se acercaba lentamente a éste para inclinarse hasta él otro solo manteniéndose en esa posición con sus pies pegados a la base del tubo, una mano en el mismo y la otra en la barbilla del mayor. "Nunca lo había visto por aquí, estoy seguro de que es nuevo".

"No te equivocas, nunca había venido aquí, pero creo que puedo hacerlo más seguido". Descansaba su barbilla en el cálido toque de la mano bajo ella, sus ojos verdes viendo directamente a los rojos contrarios, el cabello del otro muchacho negro caía por su espalda en ondas.

Volvió a ponerse de pie junto al tubo, dió una vuelta en éste para luego comenzar a subirlo. Sus bíceps se tensaban con la fuerza ejercida y una capa de sudor se notaba por su piel, haciéndola brillar. Bajó lentamente del tubo para sentarse en la mesa frente al mayor con sus piernas a ambos lados de las caderas del mismo.

"Me alegra escuchar eso, aquí puede vernos todo lo que quiera". El chico era realmente atrevido, entendía que éste fuera su trabajo, pero creía que se estaba excediendo un poco para su primera vez aquí, aun que nunca hubiese entrado a un lugar como éste antes.

"Supongo que ver está bien". Dicho esto tomó un billete y lo colocó dentro de los pantalones cortos del muchacho. "Pero no siempre va a ser suficiente". Si el mocoso creía que estaba siendo atrevido, él no se dejaría intimidar, deslizó una de sus manos por los poderosos muslos del pelinegro para después recargarse en el asiento.

El más joven le sonrió, su mirada puesta en las manos aparentemente delicadas del otro hombre, pero por alguna razón se miraban capaces, como si tuviera varias habilidades, tal vez tocara un instrumento, pero él no lo sabía, solo le agradaba lo que veía. También la piel de Jade, los ojos verdes y el rostro cincelado que el hombre aparentemente mayor poseía era muy agradable a la vista, le gustaban mayores, de eso estaba seguro, alguien en quien pudiera confiar y tuviera metas seguras, lastima que fuera solo un cliente, pero le pagaban por ello, así que siguió con su trabajo.

"Tiene razón, tal vez no sea suficiente... ". Los ojos del joven no lo abandonaron ni por un segundo, bajó sus piernas y se paró frente a él inclinándose para quedar a la altura de la cara del mayor. " Pero por hoy, mi turno se ha terminado". El joven alto, musculoso y ridículamente apuesto se fue dejando a Shen caliente y desorientado.

¿Qué carajos fue eso?

Epifanía irreal || BingQiu/QiuBingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora