Epifanía irreal || BingQiu/QiuBing

Extra 1

¿Alguna vez has estado en medio de una tormenta?
Parece que no tienes un lugar donde ir, buscas desesperadamente un refugio, hasta que por fin lo encuentras bajo un árbol... Pero este acaba incendiandose y haciéndote daño.

Corres por todos lados hasta que se hace de noche, dónde la oscuridad juega con tu cabeza, las sombras se mezclan con los relámpagos y lo truenos , haciendo que tus sentidos se abrumen.

Te provoca tanto miedo que buscas un nuevo refugio, una cueva húmeda... Llena de animales que te comienzan a seguir y hacen ruidos escalofriantes.

Dejas de confiar en árboles y cuevas, huyes lo más lejos posible, tu corazón acelera por el pánico, tu respiración se vuelve agitada, no confiabas ni en tu propia vista.

Ahora estás frente a una casa en medio de la nada, dudas en entrar, pero las casas siempre han sido cómodas, ¿no? Caminas silenciosamente hasta dentro, buscas en la oscuridad un interruptor, tal vez haya electricidad. Tocas un pequeño bulto en la pared que podría ser una cucaracha o un interruptor, ya te da igual así que solo lo presionas.

Al instante una luz recorre la casa, era pequeña, pero parecía bonita por dentro. Sonríes por primera vez desde... ¿Cuándo fue la última vez que sonreíste? Niegas con la cabeza y buscas un lugar donde descansar, un sillón viejo te espera a mitad de lo que parece la sala de estar. Aún inseguro, tomas asiento solo para comprobar que nada parece estar mal en esa casa, se sentía cálida y segura.

Pero eres tú, ¿Crees que mereces un momento bonito y tranquilo? No, no lo mereces, nunca te lo has ganado No eres un buen hijo.

Un latido es lo que dura en llenarse la casa de horribles sonidos de disparo, alguien estaba tratando de matarlo, o solo a la persona que viviera ahí. Siendo así, volvió... Volviste a huir. Hablamos de tí, por supuesto.

Tus pasos te llevan hasta un templo, se supone que es un lugar sagrado, ahí no podría pasar nada, ¿verdad? Ni siquiera los dioses podrían estar tan ensañados hacia una sola persona en el mundo. Abrazaste tus rodillas con lágrimas brotando de tus ojos, no podías contenerte, estuviste un momento a salvo... Pero aún no tienes tu karma.

Un grupo de gente comenzó a tirarte cosas, diciéndote "Hereje", "Marica", "Hijo del diablo", junto a demás cosas que ni siquiera podía distinguir por los gritos de todos juntos.

Cómo las últimas veces, volviste a correr sin un rumbo fijo. Ahora encontrabas muchas casas, árboles frondosos y cuevas cálidas que no parecían ser como las anteriores, mucho más acogedoras. Pero ya no lo quería, no podía confiar como antes.

Aún que deseaba tanto un lugar seguro... ¿Algún día podría encontrar uno si ni siquiera le daba la oportunidad por lo que había pasado antes?

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Ya casi va siendo año nuevo otra vez, pero he vuelto con un pequeño extra, no prometo publicar seguido por qué será mentira, pero aún no me olvido de esta historia, a los que aún la esperan... ¿Cómo le hacen? Esa fé necesito yo.

Tomen awita