Yo.... Eh pasado por mucho, me e rendido cuando podía ganar y e ganado cuando me pude haber rendido, pero al final... Siempre llegó a la misma conclusión... ¿Qué cual es?.
Que no hay meta que no pueda alcanzar, maratón que pueda ganar y montaña que...
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2 años atrás
Tras sentir los hermosos rayos del sol, empecé a abrir los ojos, para luego sentarme en la cama y coger mi celular que se hallaba en la mesita de estudio al lado de mi cama, lo tome y vi la hora 9:40, oh no...
- ¡AHHHH!, No, no, no, no, Dios mío -me paré al instante de la cama y me dirigí al armario a buscar una ropa para ponerme, cogí un vestido largo negro con flores, lo tire a la cama y me metí corriendo al baño, empujado por accidente a Edward, mi hermano menor, que casualmente estaba pasando por ahí.
- ¡Oye!, ¡ten más cuidado Alison! -me grito parandose del suelo, yo sólo asenti desinteresada y cerré la puerta del baño, comencé a desvestirme para después meterme a la ducha y darme un baño rápido, al terminar me di cuanta de algo.
Olvide la toalla...
Me di un golpe en la cara con la Palma de la mano por mi torpeza y entreabrí la puerta.
- Emm, ¿mamá?, ¿me puedes buscar mi toalla por favor? -pregunté con la esperanza de que estuviera allí y me oyera, pero no recibí ninguna respuesta- ¿mamá? -volví a preguntar sin éxito, me estaba desesperado y empecé a gritar- ¡Mamá!, ¡Pasa me la toalla por favor! -grite desesperada por lo tarde que se me hacía, sin recibir respuesta alguna, vi como pasó mi hermanita menor por el pasillo y no dude en hablarle- ¡Melisa!, ¿me puedes buscar mi toalla por favor? -le pregunté sonriendo, ella me miro y se metió a mi habitación para después salir con dicho objeto en la mano y entregarme lo- gracias, ¿sabes donde está mamá? -le pregunté enrollando la toalla en mi cintura saliendo del baño.
- Se fue al salón -me respondió, para después hacerme unas señas con las manitas para que la cargara.
- Lo siento, estoy mojada y no quiero mojarte, en otra ocasión, además tengo prisa -le respondí y me metí a la habitación, cerré la puerta y me empecé a cambiar lo más rápido que pude, al abrir la puerta me casi me muero del susto al ver a Melisa todavía en la puerta- ¡ahhh!, ¡Melisa!, ¡me asustaste! -le reclame.
- Perdón, es que quería preguntarte, ¿a donde vas? -me pregunto con inocencia, es imposible estar molesta con ella.
- Pues, voy a la casa de nuestro padre celestial, ¿a donde más crees Meli? -le respondí tocando su nariz con mi dado índice haciendo que ella riera.
- ¿pero mami no dijo que no deberías ir allí?, Es que ella dice... -la pare poniendo una mano en su cara.
- Oye, se que quieres ser una niña obediente y hacerle caso a mamá, y Dios ama que sus hijos sean obedientes, pero si mami no tiene la razón en lo que dice no hay que hacerle caso, a los adultos sólo se les obedece cuando tiene la razón, ¿entendido? -ella se queda pensativa y luego responde.
- ¿cómo Sabes que Dios es real?, Mami dice... -la volví a detener, pero esta vez con una risa.
- Ella vive en su propia ignorancia pensando que lo sabe todo, y por desgracia eso también le perjudica en el caso de su creencia por Dios, tratando de justificar la existencia de el ser humano con cualquier cosa que no sea que Dios lo creo, pero tu... Nunca dudes de su existencia, no importa lo que mami diga, ¿okey? -le di una sonrisa calmada.