Capitulo 9 - Un nuevo amigo.

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Volvimos al lugar de donde habíamos partido, la señora Anne y mi madre se encontraban paralizadas, exactamente como la última vez.

Nori- Muchas gracias Cándida, sabía que serias de gran ayuda, fue increíble como manejaste toda esta situación.

Cándida- De nada, solo hice lo que debía hacer, espero que seas más cuidadoso esta vez, cambiar una mínima cosa puede ser aun peor. -cruzada de brazos-

Nori- No te preocupes, lo seré, sé que todavía estas molesta, pero mis razones fueron muy fuertes para haber llegado a esta situación. Ahora debo partir, y no te preocupes cuando desaparezca todo volverá a la normalidad, Adiós Cándida, cuídate- desaparece-

Cándida- Adiós, tú también, Nori.

De pronto todo volvió a la normalidad, mi madre bajo del auto y se acercó a saludar a la señora Anne.

Emma- Hola Anne, ¿Cómo se ha portado mi pequeña?

Cándida- Mama basta, ya no soy una pequeña. -se cruza de brazos-

Emma- Para mí siempre serás una pequeña. ¡Mi pequeña!

Anne- Tu pequeña ¡Se ha portado excelente! es más me que fascinada con ella, tu hija tiene un gran potencial, deberías estar orgullosa.

Emma- Me alegro mucho, claro que lo estoy, soy consciente que mi pequeña es muy inteligente.

Mientras estábamos hablando se acercó un chico que parecía ser el hijo de la señora Anne,
tenía el cabello negro oscuro, delgado, tez blanca, ojos color celestes, usaba lentes, estatura promedio, vestía de una manera inusual, camisa cuadrille abotonadas, pantalones de jeans, tirantes y zapatos, pero quien sería yo para juzgarlo, si yo siempre visto con pantalones de jeans azul, camisas o camisetas de color blanco, zapatillas de lonas. A pesar de tener otras zapatillas, zapatos, u otras camisas, camisetas de varios colores, prefería el blanco y el azul. Y vestirme siempre de la misma forma.

Anne- ¡Hola hijo! -le da un beso en la mejilla- ¿Cómo te ha ido con tus amigos?

Sigmund- ¡Hola mama! excelente como siempre. ¿y a ti?

Anne- ¡Excelente! también, Sigmund quiero presentarte a Anne una amiga de la infancia y su hija Cándida.

Emma- Un gusto Sigmund, recuerdo haberte visto en algunas ocasiones y eras muy pequeño, como has crecido.

Cándida- Es un gusto Sigmund. - extiende su mano- Te llamas como el padre del psicoanálisis ¿Sera casualidad? -Mira a la señora Anne y sonríe-

Anne- Mi marido y yo adoramos a Sigmund Freud, y he aquí la prueba- Sigmund se quedó congelado mirando a Cándida- Sigmund por favor ¿No piensas saludar?

Sigmund- ¡Oh! ¡Si! Discúlpame Cándida, -extiende su mano y la saluda - Muy bonitos ojos, tienen una linda tonalidad, ¿Tienes el síndrome de Alexandria? Y es un placer señora Emma.

Anne- ¡Sigmund por favor! - lo mira de reojo-

Cándida- No se preocupe Anne -sonríe- Según los médicos sí, pero nunca me hicieron los estudios a profundidad, mis ojos habían cambiado una vez, por un tiempo los tuve de color azules.

Sigmund- ¡Fascinante! Estoy seguro que a mis amigos les encantara conocerte. Estamos trabajando en un proyecto secreto, si te gusta la ciencia te mostraremos en que estamos trabajando.

Cándida- No estoy tan interiorizada con la ciencia, pero me encantan los misterios del universo y será un placer conocer a tus amigos y aprender algo nuevo.

Anne- ¿Cómo es eso? Yo que soy tu madre no sé nada sobre tu proyecto secreto, y Cándida que recién acabas de conocer, ¿Ella si lo sabrá? La ventaja de ser una chica bonita.

Sigmund- ¡Mama! No me avergüences, por favor - se ruboriza-

Anne- Solo bromeo hijo- se ríe- No lo tomes personal.

Emma- Cándida es hora de irnos, fue un placer volver a verte Anne y a ti Sigmund.

Anne- El placer es mío Emma, la verdad que tienes una hija maravillosa.

Emma- Muchas gracias Anne, no conozco mucho a Sigmund, pero a simple vista se nota que es muy inteligente.

Anne- Gracias a ti, así es, es muy inteligente, estoy muy orgullosa de él.

Cándida- Sigmund seguiré con las sesiones, así que es muy posible que nos veamos pronto. Tendremos más tiempo para conocernos mejor.

Sigmund- Me alegra escucharlo. Sé que nos llevaremos muy bien.

Nos despedimos de Anne y Sigmund, había pasado una tarde muy entretenida. Me sentí muy bien compartiendo mis experiencias, fue muy liberador. Lo más sorprendente fue que hace aproximadamente 15 minutos ignoraba algunas cosas que no me cerraban, y gracias a la llegada de Nori algunas de mis dudas fueron aclaradas, pero era evidente que solo era el comienzo porque todavía me faltaba descubrir quién soy realmente. Mi madre me había contado que la señora Anne junto a su marido, y dos matrimonios se la pasaban viajando, dando conferencias concientizando a la humanidad, se distinguían por ser las personas más inteligentes. Y si sus hijos habían heredado dicha inteligencia quizás podrían ayudarme.

Cuando llegamos a casa, mi madre dijo que con solo ver la mirada de Anne se había dado cuenta de que todo estaba bien, pero ella estaba ansiosa por saber de lo que habíamos hablado. Como tarde o temprano lo sabría, entonces decidí contarle lo hablado en la sesión, pero creo que no estaba preparada para saber sobre Nori y el viaje que habíamos realizado al pasado. Para ella todo eso sería una locura. Más adelante buscaría la mejor manera para contarle.

En la hora de la cena estábamos por comer Thali, es uno de los platos más sabrosos de India y el favorito de papa. Se sirven diferentes curris (normalmente vegetarianos), salsa de yogur (perfecta para apaciguar/rebajar el picante), arroz y nan (el pan plano tan típico de India)

Steven- Mmm ¡Delicioso! Cada vez te sale mejor cariño. Cándida ¿Cómo te fue con Anne?

Cándida- Si es verdad mama. ¡Está muy bueno! Papa muy bien gracias.

Anne- ¡Muchas gracias! Bueno si o si tenía que aprender bien la receta, porque tu padre se quedó enamorado de este plato de la última vez que fuimos a la India. ¡Fue hace tanto tiempo!

Steven- Me alegro escucharlo Cándida. El Thali para mi es una de las mejores exquisiteces culinarias de la India. Anne ¿Te acuerdas cuando encontramos inconsciente a una chica en la expedición al Himalaya?

Anne- Como no recordarlo Steven, pobre chica, había perdido la memoria, lo más asombroso fue que sabía varios idiomas, pero no se acordaba quien era y nada sobre su familia, siempre me pregunte como había llegado a estar en esa situación, estar tirada sola, cerca de una roca, como si desalmado la hubiese empujado.

Steven- Según los doctores que la examinaron dijeron que tenía un traumatismo de cráneo, no le habían encontrado otro tipo de daño, habían dicho que podía recuperar la memoria, en días, meses, o años, que dependía de ella.

Anne- Si, nosotros decidimos hacernos cargo de ella, estuvo 3 días hospedada en el hotel con nosotros, hasta el día de hoy de vez en cuando me quedo pensando que habrá pasado con ella, sinceramente le había tomado cariño porque tenía los ojos del mismo color que Cándida. Eso me conecto más con ella, no creo en las casualidades, sino en las causalidades.

Steven- Cándida era pequeña, tenía unos 6 años, y ella fue quien nos avisó de que ya no estaba más.

Cándida- Si me acuerdo de ella, yo también me quede pensando adonde se habrá ido.

Steven- Quizás en algún momento recupero la memoria, se asustó y se fue. Solo esperemos que al día de hoy este bien.

Lo que mis padres no sabían fue que, en el momento de ir a la habitación, me había acercado a ella, le tome de la mano y le pregunte algo, y en ese momento se asombró, dijo ¡Oh! ¡No! Se tapó la boca y desapareció. Todavía no me sentía preparada para contarles lo que había sucedido. Pero buscaría un buen momento para contarles muchas cosas que quizás les asombrarían.








Cándida - También Disponible En Físico Con La Editorial Dunken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora