KEISUKE BAJI

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A medias

Narrador omnisciente

Tu cabeza subía y bajaba, cada vez un poco más rápido, yendo más profundo. El sonido acuoso y los gemidos roncos de tu novio eran lo único que resonaba en la habitación. Disfrutabas plenamente de ellos.

—Más... —Su voz grave solo te incitó a hacer lo que te pedía.

Keisuke tenía una de sus manos enredado en tu cabello, tomándote en una torpe coleta para que no te incomode y puedas darle una mejor atención.

Sin embargo, había veces que se dejaba llevar y ejercía presión. Empujaba más tu cabeza hacia su pelvis, haciendo que todo su miembro entrara a tu boca y sintieras como su glande tocaba tu garganta. Le prendía mucho el ver que lo tomabas por completo.

Tenían que ser rápidos, puesto que hoy iban a tener una noche de videojuegos con sus amigos y habían quedado que iba a ser en casa de ustedes, así que corrían el riesgo de ser interrumpidos en cualquier momento con la llegada de ellos.

Tu mano, aquella que masturbaba la longitud que no podías alcanzar, se movió un poco más rápido, pero sin llegar a hacerle daño. Te gustaba sentir en la palma las venas que se resaltaban en su ancho y duro tronco. Bajabas a lamer cada tanto esa zona para que quede lubricada.

Te separaste de su miembro para tomar aire un poco, pero, aun así, no dejaste de atenderlo. Esta vez solo te encargabas de lamer y chupar su glande delicadamente, el cual se encontraba rosado y brilloso por tu saliva y su líquido pre seminal, mientras que ahora tu mano se movía por toda su longitud.

Pero justo cuando otra vez ibas a meterlo todo a tu boca, el sonido el timbre resonó por todo el departamento, haciendo que los dos automáticamente se detuvieran y quedarán quietos tal y como estaban.

—Sigue... —Keisuke pidió, no le gustaba la idea que lo interrumpan cuando estaba contigo, mucho menos cuando estaba tan cerca de su liberación.

—No... —Diste unos cuantos movimientos con tu mano y te separaste, dejando un besito en su glande como despedida—. Lo continuamos más tarde, amor. —Él te miró anonadado, no quería que lo dejes así, tan cerca. Te paraste en tu lugar y comenzaste a acomodar tu cabello.

—Solo un poco más. —Dejando su dignidad atrás, volvió a pedir entre susurros, suplicante, en verdad te necesitaba. Iba a tomar tu muñeca para evitar que salieras, pero con una sonrisa pícara te separaste rápidamente. Te gustaba verlo rogar.

—No~, además ya me tengo que ir a abrir antes de que a Mikey se le ocurra tumbar la puerta. —Saliste de la habitación rápidamente entre risas, sabías que se molestaría por haberlo dejado así.

—¡_____! —Fue lo último que escuchaste antes de cerrar la puerta atrás de ti.

Ordenando tu ropa en el camino, atravesaste el pasadizo y, al abrir la puerta, una gran sonrisa se asomó en tu rostro. Pese a que hayan sido interrumpidos, te alegraba el hecho de que todos los fines de semana tus amigos, Baji y tú se reunieran para alguna actividad.

—¡_____! —Mikey fue el primero en abalanzarse hacia ti. Los dos se abrazaron fuertemente, eran muy unidos desde que se conocieron en la primaria.

Uno por uno fue entrando, saludándote con un abrazo por la confianza de años. A excepción de Hakkai, él solo te sonrió, aún no se acostumbraba a hablar contigo al 100.

Todos se acomodaron en los grandes sillones que el antojoso de tu novio había comprado pensando en sus amigos y en sus hijos, los cuales estaban durmiendo en la habitación exclusivamente para ellos. Sí, él especialmente había elegido un departamento con un cuarto extra para sus retoños de 4 patas.

One Shots || Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora