-Jimin...me gusta.
-¿Uh?, ¿de qué estás hablando, Tae?
-Me gusta, me gusta el estúpido chico del apartamento 512.
En donde Hoseok y Taehyung viven en el mismo edificio e incluso en el mismo piso.
O en donde a Hoseok parece fascinarle provocar bonito...
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"Pero hoy por fin me he decidido de veras
Todo mi amor a confesarle"
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"¿Taehyung?, ¡Idiota! Llevo tres minutos tratando de llamar tu atención y nada, ¿en qué diablos piensas?"
La voz de su mejor amigo le sacó del mar de pensamientos en el que se había sumergido sin querer, parpadeando más de un par de veces para volver a centrar su atención en la persona que se encontraba al otro lado de la pantalla, mostrando una sonrisa arrepentida mientras sus mejillas se teñían de un lindo pero casi nulo rojizo.
—Jimin, cielos, lo lamento tanto, es sólo que yo...ya sabes, últimamente he estado pensando en algunas cosas.
Se apresuró a contestar, haciendo que el contrario sólo frunciera su entrecejo, entrecerrando sus ojos, oh, Taehyung sabía que venía después de eso.
"Bien, después te contaré que es lo que sucedió, pedazo de imbécil — un suspiro de resignación se escucho mientras su expresión se relajaba un poco, esta vez mirando con curiosidad hacia la cámara— ahora dime, bebé, ¿en qué estabas pensando?, ¿qué es lo que te acongoja?"
La sonrisa tonta en los labios de Kim regresó mientras que, esta vez, el color rojizo incrementaba, haciendo sonreír al pelirrubio de lo bobo que se veía su "alma gemela", aprovechando la distracción del contrario para tomar capturas de pantalla, estando seguro de utilizarlas para burlarse de él más tarde. Mientras tanto, el castaño suspiró al recordar la razón de su "estadía en las nubes", y es que ni siquiera era la primera vez que alguien le llamaba la atención debido a su poco interés en diversas situaciones.
— Jimin...me gusta.
"¿Uh?, ¿de que hablas, TaeTae?"
— Me gusta, me gusta el estúpido chico del apartamento 512.
Sólo pudo visualizar como la cámara de su amigo parecía moverse al punto de caerse del lugar en donde había colocado su móvil para evitar cansarse al continuar con la llamada, quedando en negro mientras que un grito ligeramente agudo se escuchaba desde las bocinas de la laptop del menor de ambos, quien río ante la exagerada pero tierna reacción del chico de labios gruesos, el cual, después de unos segundos pareció calmarse y volvió a tratar de acomodar a cámara en su lugar.
